El 21 de julio de 2025, activistas y familiares colocaron 27 baúles de campamento frente a la Casa Blanca, exigiendo justicia por la muerte de niñas y monitoras en las devastadoras inundaciones de Texas a principios de julio. La protesta, que generó más de 30 millones de interacciones en redes sociales, se realizó en el parque de la Elipse, al sur de la mansión presidencial, para rendir homenaje a las víctimas y cuestionar la gestión de la tragedia. Las inundaciones, que dejaron al menos 135 muertos, incluyendo 27 menores en el Camp Mystic, han desatado críticas por recortes en sistemas de emergencia y falta de evacuaciones oportunas.
Protestan frente a la Casa Blanca por muerte de niñas en Texas: un reclamo de justicia
Samantha Gore, activista climática de Texas, lideró la manifestación, exigiendo responsabilidades por la tragedia. Los baúles simbolizaban a las niñas fallecidas en el Camp Mystic, un campamento cristiano a orillas del río Guadalupe. Gore enfatizó que el objetivo es evitar que desastres similares se repitan, instando a las autoridades a financiar sistemas de emergencia y a las empresas a asumir su responsabilidad en el cambio climático. Según el Servicio Meteorológico Nacional, las lluvias del 3 al 4 de julio acumularon 30 centímetros en 12 horas, elevando el río Guadalupe a 9,9 metros, su segundo nivel más alto registrado.
Críticas por la gestión de las inundaciones en Texas
La tragedia ha puesto en el punto de mira los recortes presupuestarios a agencias como la FEMA, que perdió $4,000 millones en programas de mitigación, según el Departamento de Seguridad Nacional. Aunque el presidente Donald Trump firmó una declaración de emergencia el 6 de julio para activar la FEMA, las autoridades locales enfrentan críticas por no evacuar zonas vulnerables, como el Camp Mystic, a pesar de alertas del Servicio Meteorológico Nacional. Un plan para instalar sirenas de alerta en el condado de Kerr, propuesto en 2017, fue rechazado por falta de fondos, según actas municipales.
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Billy Baird, cuyo sobrino fue evacuado de un campamento cercano, participó en la protesta, destacando el impacto emocional de la tragedia. “Muchas de esas niñas estaban en un terreno inundable. Es desgarrador”, dijo a medios tras el acto. La manifestación también buscó apoyar a las familias afectadas, con tres personas aún desaparecidas, según el sheriff del condado de Kerr, Larry Leitha. El 65% de los estadounidenses cree que los recortes al Servicio Meteorológico Nacional afectaron la respuesta, según una encuesta de Gallup. La secretaria de prensa Karoline Leavitt defendió la actuación federal, calificando de “falsedades” las acusaciones de negligencia.
Esfuerzos de rescate y contexto climático
El gobernador Greg Abbott movilizó más de 500 agentes y 14 helicópteros para rescatar a 850 personas, aunque la esperanza de encontrar sobrevivientes disminuye. Las inundaciones, calificadas como un evento de “una vez cada 100 años” por el Servicio Meteorológico Nacional, dejaron 104 muertos confirmados hasta el 7 de julio, incluyendo 30 menores en Kerr. Las lluvias, intensificadas por el cambio climático, alcanzaron hasta 38 centímetros en algunas zonas. Organizaciones como Greenpeace han señalado que la falta de inversión en infraestructura resiliente agrava estas tragedias.
Voces de las familias y la comunidad
Familias como la de Mary Grace Baker, de 8 años, y Renee Smajstrla, también de 8, expresaron su dolor en comunicados. “Su risa era contagiosa”, dijo la escuela de Baker. La comunidad de Kerrville, apoyada por voluntarios y donaciones locales, trabaja en la reconstrucción, pero la indignación persiste. La senadora Katie Britt pidió oraciones por las víctimas, mientras activistas exigen una revisión exhaustiva de los sistemas de alerta. La Casa Blanca confirmó que Trump visitará Texas el viernes, buscando equilibrar su presencia con las labores de recuperación, según Leavitt.