EE.UU. está en alerta por ataques de cárteles en la frontera; México lo niega.
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Funcionarios estadounidenses han encendido las alarmas al advertir que los cárteles mexicanos podrían estar planeando ataques con drones en la frontera sur, calificando la amenaza como “cuestión de tiempo”. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha rechazado estas afirmaciones, asegurando que “no hay nada de que alertarse” y negando cualquier riesgo de que drones del crimen organizado crucen la frontera. Esta discrepancia ha intensificado las tensiones entre ambos países, en un contexto de creciente presión de la administración Trump para combatir el narcotráfico y la migración “ilegal”, mientras México defiende su soberanía frente a posibles intervenciones extranjeras.
Una amenaza en ascenso
La advertencia de EE.UU. surge de un memorando interno del Sector de Operaciones del Valle del Río Grande que alerta a los agentes de la Patrulla Fronteriza sobre un grupo organizado en Matamoros, México, que planea usar un francotirador para atacar a personal estadounidense desde el lado mexicano. El documento también menciona el uso autorizado de drones armados por parte de cárteles contra agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), según fuentes del Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Estas amenazas se intensificaron tras un incidente, cuando agentes de la Patrulla Fronteriza en Fronton, Texas, intercambiaron disparos con presuntos miembros de un cártel que intentaban cruzar inmigrantes por el Río Grande, sin que se reportaran heridos.
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La administración Trump ha respondido con medidas drásticas. Desde su toma de posesión en enero, ha designado a ocho cárteles mexicanos, incluidos el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), como organizaciones terroristas extranjeras, otorgando al gobierno acceso a herramientas antiterroristas como operaciones encubiertas, según el Departamento de Estado. Además, la CIA ha incrementado los vuelos de vigilancia con drones sobre México, con la aprobación del gobierno mexicano, para recopilar inteligencia sobre las operaciones de los cárteles. Estas acciones forman parte de un esfuerzo más amplio para frenar el tráfico de fentanilo, que ha causado más de 100,000 sobredosis anuales en EE.UU., según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
La respuesta de México
La presidenta Sheinbaum ha minimizado las advertencias de EE.UU., afirmando en una conferencia de prensa que México colabora con sus vecinos del norte, pero “no se subordinará” ni aceptará intervenciones. “Rechazamos cualquier forma de interferencia. No hay evidencia de que drones crucen la frontera”, declaró. Sheinbaum destacó que México ha intensificado sus esfuerzos contra los cárteles, con la movilización de 10,000 efectivos de la Guardia Nacional a la frontera norte y la incautación de casi el doble de fentanilo en los últimos cinco meses que en todo el año anterior, según el ministro de Seguridad, Omar Harfuch.
México también ha tomado medidas legales contra fabricantes de armas estadounidenses, acusándolos de negligencia por la entrada de entre 200,000 y 500,000 armas ilegales al año. Una demanda presentada en 2021 busca $10,000 millones en daños, y Sheinbaum anunció planes para añadir cargos por complicidad con grupos terroristas tras la designación de los cárteles como tales por EE.UU. Estas acciones reflejan un esfuerzo por contrarrestar las acusaciones de que México no hace lo suficiente contra el narcotráfico.
Tensiones diplomáticas
La retórica de la administración Trump, que incluye amenazas de imponer aranceles del 25% a México si no frena el flujo de drogas y migrantes, ha complicado las relaciones bilaterales. Trump ha afirmado que México está “esencialmente controlado por los cárteles”, una declaración que Sheinbaum rechazó categóricamente, según Los Angeles Times. La designación de los cárteles como organizaciones terroristas y las propuestas de enviar tropas estadounidenses a México, reportadas por The Wall Street Journal, han avivado el nacionalismo mexicano. En TikTok, usuarios han llamado a boicotear productos estadounidenses, como Coca-Cola, en respuesta a lo que perciben como una amenaza a la soberanía.
Expertos advierten que cualquier acción militar unilateral de EE.UU. podría tener graves consecuencias. Según un análisis del Atlantic Council, los cárteles, con un estimado de 175,000 miembros y conexiones con redes criminales en más de 100 países, tienen la capacidad de retaliar en territorio estadounidense, atacando a civiles o funcionarios. El precedente de la “Batalla de Culiacán” en 2019, cuando el Cártel de Sinaloa desató violencia masiva tras la detención de Ovidio Guzmán, ilustra su poder. Además, las redes de tráfico de fentanilo, a menudo operadas por ciudadanos estadounidenses en cruces legales, complican la efectividad de las operaciones militares.
Impacto económico y social
La escalada en la frontera tiene implicaciones económicas significativas. El comercio entre EE.UU. y México, valuado en $800,000 millones anuales según la Oficina del Censo de EE.UU., podría verse afectado por los aranceles propuestos por Trump. En México, los cárteles han diversificado sus ingresos hacia actividades como el robo de combustible, que genera pérdidas de $1,000 millones anuales a Petróleos Mexicanos (Pemex), según el Departamento del Tesoro. Estas actividades financian la violencia que ha dejado más de 460,000 homicidios en México desde 2006, según el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR).
En EE.UU., la percepción de la amenaza de los cárteles ha polarizado a la opinión pública. Una encuesta de Reuters/Ipsos mostró que el 52% de los estadounidenses apoya el envío de tropas a México para combatir a los cárteles, pero solo si México lo aprueba. Los republicanos son más favorables, con un 64% de apoyo, aunque expertos advierten que las operaciones militares podrían fragmentar aún más a los cárteles, generando grupos más violentos y difíciles de controlar.
Un futuro incierto
La discrepancia entre EE.UU. y México sobre la amenaza de los cárteles refleja tensiones más profundas sobre la soberanía y la cooperación bilateral. Mientras Trump intensifica la vigilancia y considera opciones militares, México insiste en la colaboración sin subordinación. Sin embargo, la sofisticación de los cárteles, que ahora usan drones y armas de grado militar, plantea un desafío sin precedentes. El CFR estima que el tráfico de fentanilo genera entre $13,600 y $49,400 millones anuales para los cárteles, lo que les permite corromper funcionarios y expandir su influencia global.
La postura de Sheinbaum, que combina una defensa firme de la soberanía con esfuerzos visibles contra el narcotráfico, busca equilibrar las presiones internas y externas. Sin embargo, la retórica beligerante de Trump y las acciones como la designación de los cárteles como terroristas podrían escalar el conflicto. Según The New York Times, los cárteles están invirtiendo en equipos para detectar drones estadounidenses, lo que sugiere que están preparados para responder a cualquier intervención. Mientras tanto, la violencia en la frontera, como el tiroteo en Fronton, Texas, subraya la urgencia de una estrategia coordinada que evite una escalada mayor. Con ambos países en desacuerdo sobre la magnitud de la amenaza, el riesgo de un enfrentamiento diplomático o militar sigue creciendo.