El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, enfrentó una recepción hostil el 22 de julio de 2025 en Nantucket, Massachusetts, donde asistió a una recaudación de fondos del Comité Nacional Republicano (RNC). Cerca de 200 manifestantes, organizados por grupos locales y liderados por la activista Amanda McGonigle, recibieron a Vance con abucheos, carteles y referencias a memes virales, incluyendo uno que lo representa como un “bebé calvo”. La protesta, apodada “Meowtucket”, reflejó el descontento con las políticas de la administración Trump, especialmente tras la reciente aprobación de recortes presupuestarios y acciones migratorias que han generado controversia en la región.
Cómo JD Vance fue confrontado en Nantucket
La manifestación comenzó cuando el Air Force Two aterrizó en el Aeropuerto Memorial de Nantucket a las 11:30 de la mañana. Los manifestantes, reunidos en Airport Road y Children’s Beach, portaban pancartas con frases como “Fascistas no bienvenidos” y “Manos fuera de los inmigrantes”. Algunos llevaban orejas de gato y máscaras, aludiendo al comentario de Vance en 2024 sobre las “mujeres solteras sin hijos con gatos” que, según él, dirigen el país. McGonigle, creadora de la cuenta de Instagram @catsonacouch con un millón de seguidores, distribuyó 4,000 carteles de “se busca” con memes de Vance, incluyendo el popular “JD Vance Babyface”, que lo muestra calvo y con rostro liso. La protesta, que incluyó sofás inflables y cánticos de “USA”, se extendió hasta Cliff Road, donde Vance y su esposa Usha fueron abucheados al dirigirse al evento en la casa de Bob Reynolds, CEO de Putnam Investments.
Por su parte, el evento recaudó 3 millones de dólares para el RNC, con entradas de 100,000 dólares por pareja y 250,000 para el comité anfitrión, según el New York Post. A pesar de la fuerte presencia policial y del Servicio Secreto, no se reportaron incidentes violentos. Los manifestantes, que incluyeron residentes de Nantucket y visitantes de Cape Cod, se dispersaron pacíficamente tras la llegada de Vance al evento alrededor de las 6:30 de la tarde.
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Razones detrás de cómo JD Vance fue confrontado
La protesta reflejó la oposición a las políticas de la administración Trump, en la que Vance, como presidente financiero del RNC, ha jugado un papel clave. En julio, Vance rompió un empate en el Senado para aprobar recortes de 9,000 millones de dólares en el presupuesto federal, eliminando fondos para USAID, medios públicos y 30,000 empleos estatales, según fuentes oficiales. Además, las redadas migratorias del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Nantucket y Martha’s Vineyard en mayo, que resultaron en 40 arrestos, han generado temor en la comunidad inmigrante local. McGonigle destacó que estas acciones, junto con los recortes a Medicare y Medicaid, han devastado a la región, donde el 15% de la población depende de estos programas, según datos del censo de 2020.
Pese a todo, la protesta también tuvo un tono satírico, utilizando el humor para desafiar a Vance. “El humor combate el miedo y el fascismo”, afirmó McGonigle, quien organizó el evento junto a grupos como Indivisible Nantucket y Mass 50501. Los manifestantes criticaron a Vance por su voto en el Senado y su papel en la aprobación de la Ley One Big Beautiful Bill, que ha reducido servicios para veteranos y niños, según el grupo Cape Cod Women for Change. Carteles como “Vance Scallops in Jeans” y “Las chanclas son para las playas, no para los vicepresidentes” añadieron un toque irónico a la manifestación.
Contexto de cómo fue confrontado
El evento en Nantucket no es la primera vez que Vance enfrenta protestas. En 2025, fue abucheado en Disneyland y durante un viaje de esquí en Vermont, según reportes locales. Su índice de aprobación, del 38% según una encuesta de YouGov, refleja la polarización que genera. Mientras tanto, su visita a Nantucket, una isla conocida por su riqueza, destacó el contraste entre los altos costos del evento y las críticas a las políticas de la administración. La comunidad local, afectada por recortes federales y redadas de ICE, expresó su descontento, haciendo de la protesta un símbolo de resistencia frente a lo que califican como políticas “antidemocráticas”.