La historia de Kseniia Petrova, una investigadora médica rusa asociada a la Universidad de Harvard, ha dado un giro inesperado tras ser detenida en un centro de inmigración en Louisiana. El incidente comenzó cuando, el pasado mes de febrero, Petrova regresó de un viaje de trabajo a Francia y fue detenida por agentes de la Patrulla de Aduanas y Fronteras (CBP) en el Aeropuerto Logan de Boston.
Petrova, quien había estado trabajando con un visado de becaria J-1 desde mayo de 2023, se encontraba regresando a Estados Unidos después de un viaje profesional. Sin embargo, tras la revisión de su equipaje, los agentes descubrieron unas muestras científicas de embriones de rana que Petrova no había declarado. Su abogado, Gregory Romanovsky, explicó que las muestras estaban relacionadas con investigaciones de la científica, pero que no las había informado por desconocer los procedimientos aduaneros adecuados.
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La acusación y las consecuencias
El 16 de febrero, cuando Petrova esperaba su equipaje, dos agentes la condujeron a una sala para inspeccionar su equipaje. Durante esta revisión, encontraron las muestras de embriones de rana que Petrova transportaba para su investigación científica. En lugar de imponer una sanción administrativa típica, como la confiscación del artículo y una multa, la CBP decidió cancelar el visado de Petrova, lo que desató una serie de complicaciones legales para la científica.
“Encontraron una muestra científica de embriones de rana que ella traía a petición de su investigador principal, su profesor en Harvard, del laboratorio de Francia con el que colaboran”, explicó el abogado de Petrova. «Lo llevaba en su equipaje y no lo declaró. No tenía experiencia previa en el transporte de muestras», agregó.
Esta acción de la CBP podría poner a Petrova en una situación complicada, ya que, según las leyes de inmigración, se le podría denegar el reingreso a EE. UU. por varios años.
Una mujer posa con la aplicación móvil CBP One en su teléfono, en una fotografía de archivo. EFE/EPA/Caroline Brehman
La respuesta del gobierno estadounidense
El abogado de Petrova explicó que, tras la cancelación del visado, la CBP le ofreció dos opciones a la investigadora: la primera era retirarse voluntariamente de Estados Unidos, lo que implicaría la posibilidad de solicitar un visado desde otro país para regresar en el futuro. La segunda opción era una expulsión acelerada, lo que implicaría que Petrova no podría regresar a EE. UU. durante al menos cinco años.
Petrova optó por la primera opción, retirando su solicitud de admisión y abandonando el país. Sin embargo, la situación se complicó aún más cuando la CBP le ofreció un cuestionario sobre la notificación a las autoridades rusas, lo que ella rechazó rotundamente, temiendo por su seguridad al regresar a Rusia.
Los temores de Petrova y su activismo
Petrova no es una persona ajena a la persecución en su país de origen. En 2022, fue detenida en Rusia por su activismo contra la invasión de Ucrania. Su perfil político y su participación en protestas contra el gobierno ruso hacen que su regreso a su país sea particularmente peligroso. Según su abogado, Petrova enfrenta una posible encarcelación debido a su activismo en contra de la guerra en Ucrania y sus denuncias sobre las violaciones de derechos humanos cometidas por Rusia.
“El miedo a regresar a Rusia es legítimo”, afirmó Romanovsky. “El gobierno de Putin ya la ha perseguido por sus protestas y su apoyo a las manifestaciones en contra de la invasión”.
El proceso legal y la solicitud de asilo
A pesar de la revocación de su visado, Petrova solicitó asilo en Estados Unidos debido a su miedo creíble a la persecución en Rusia. Según la ley de inmigración de EE. UU., los no ciudadanos pueden solicitar asilo si demuestran que enfrentan persecución en su país de origen por razones de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social particular u opiniones políticas.
Petrova se encuentra actualmente a la espera de una audiencia ante un juez de inmigración en Jena, Louisiana, programada para el 7 de mayo. Sin embargo, si se le concede el asilo, el gobierno de EE. UU. podría apelar la decisión y mantenerla detenida, prolongando su incertidumbre.