Miles de fieles se congregaron este miércoles en la Plaza de San Pedro con la esperanza de ver la fumata blanca que indicara la elección de un nuevo Papa durante el cónclave. Sin embargo, la jornada concluyó con humo negro saliendo de la chimenea del Vaticano, señal de que ninguno de los cardenales logró alcanzar los votos necesarios para convertirse en sucesor de Francisco.
La expectación fue máxima desde las primeras horas de la tarde. A las 17:46, los 133 cardenales electores se encerraron en la Capilla Sixtina, dando inicio formal al cónclave. Poco después, comenzaron a llegar decenas de miles de personas a los alrededores del Vaticano. Según la jefatura de policía de Roma, más de 30.000 personas se encontraban en la plaza poco después del comienzo del proceso.
La primera fumata blanca no llegó
A partir de las 19:30 hora local, todos los ojos estaban puestos en la chimenea del tejado de la Capilla Sixtina. La posibilidad de una fumata blanca en la primera votación, aunque improbable, no se descartaba por completo. Sin embargo, el humo que finalmente emergió fue negro, indicando que ningún candidato había obtenido los dos tercios de los votos requeridos.
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La reacción en la plaza fue de resignación, pero también de entusiasmo contenido. Aunque no hubo anuncio de nuevo pontífice, muchos consideraron la jornada como un momento espiritual compartido. Las pantallas gigantes instaladas en la Vía de la Conciliazione y en la plaza transmitieron en directo la imagen de la chimenea, mientras miles de fieles observaban en silencio bajo el cielo gris de Roma.
El protocolo establece que los cardenales voten hasta cuatro veces al día: dos por la mañana y dos por la tarde. Como la votación del martes fue única, se espera que hoy miércoles el ritmo se intensifique, aumentando las probabilidades de que finalmente aparezca la esperada fumata blanca.
Gente se reúne en la Plaza de San Pedro en el primer día del cónclave para elegir al próximo papa, Ciudad del Vaticano, 07 de mayo de 2025. (Papa) EFE/EPA/ALESSANDRO DI MEO
Roma vivió una jornada de fervor y vigilancia
Durante la mañana, cerca de 5.000 personas asistieron a la misa “Pro eligendo pontifice” en la Basílica de San Pedro, presidida por el cardenal Giovanni Battista Re. Fue el acto litúrgico que marcó el inicio de la jornada, seguido más tarde por la procesión de los cardenales hacia la Capilla Paulina y luego hacia la Capilla Sixtina, donde quedaron incomunicados hasta que finalice el proceso de elección.
Las medidas de seguridad fueron visibles desde las primeras horas. Aunque no se cerraron calles al tráfico, se retiraron vehículos en las inmediaciones del Vaticano y se establecieron varios controles policiales para permitir el acceso de los fieles. También se acreditaron cientos de periodistas de todo el mundo, ubicados en la plaza Pío XII y en las plataformas habilitadas para seguir el evento en tiempo real.
Pese a la amenaza de lluvia y al cierre de la basílica por la misa matutina, la plaza nunca dejó de recibir visitantes. Algunos grupos permanecieron durante horas, atentos a cualquier señal que indicara una posible fumata blanca, mientras otros llegaban con la ilusión de presenciar un momento único en la historia de la Iglesia Católica.
EFE/EPA/ALESSANDRO DI MEO
La fumata blanca podría darse hoy
Aunque la fumata blanca no apareció en el primer intento, el cónclave continúa este jueves con nuevas votaciones. El reglamento vaticano establece que, de no lograrse consenso en la primera jornada, los cardenales deben seguir votando hasta alcanzar una mayoría de al menos 89 sufragios.
Los nombres de los principales candidatos siguen siendo materia de especulación. Algunos posibles sucesores de Francisco ya han estado en América Latina, incluido el Perú, lo que ha generado interés regional en su eventual elección. No obstante, como es tradición, todo el proceso se desarrolla con la máxima discreción y ningún nombre se oficializa hasta que se produzca la fumata blanca.
De producirse hoy la elección, el anuncio será realizado desde el balcón central de la Basílica de San Pedro. Allí, el cardenal protodiácono pronunciará el “Habemus Papam” y presentará al nuevo pontífice, quien saldrá a saludar a los fieles reunidos en la plaza.