La imagen de Donald Trump vestido de Papa se ha vuelto viral en redes sociales y ha generado una fuerte reacción por parte de líderes religiosos, especialmente en Nueva York. La fotografía, generada por inteligencia artificial (IA), muestra al presidente estadounidense con sotana blanca, mitra y una cruz dorada, simulando una bendición papal. El montaje, difundido apenas unos días después del funeral del papa Francisco, ha sido considerado una burla por parte de diversas autoridades católicas.
Donald Trump vestido de Papa: «No es ingenioso ni gracioso», responden los obispos
La Conferencia Católica del estado de Nueva York fue una de las primeras instituciones en manifestar su rechazo. En un mensaje publicado en X (antes Twitter), el organismo afirmó: “Esta imagen no tiene nada de ingeniosa, ni de divertida, señor presidente”. El mensaje fue emitido poco después del funeral del papa Francisco, al que Trump asistió en representación de Estados Unidos.
“Acabamos de enterrar a nuestro amado papa Francisco y los cardenales están por iniciar un cónclave solemne para elegir a su sucesor. No se burle de nosotros”, concluyó el comunicado. La fotografía ha sido interpretada como una falta de respeto en un momento de duelo para la comunidad católica global.
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La reacción de los fieles no se hizo esperar. En redes sociales, miles de usuarios católicos se sumaron a la condena, calificando la imagen de «blasfema» y «ofensiva», mientras otros la defendieron como una sátira política inofensiva.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump (centro izquierda), y su mujer Melania Trump (centro derecha) en el funeral del papa Francisco. EFE/EPA/Giuseppe Lami
Donald Trump vestido de Papa: ¿Una provocación o una broma?
El propio presidente Trump alimentó la polémica al declarar durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca que le «gustaría ser Papa», y que «nadie lo haría mejor». Las declaraciones, que parecían una broma al principio, tomaron otro tono tras la viralización de la imagen de Donald Trump vestido de Papa, ya que coincidieron con momentos clave dentro del Vaticano, como la preparación para el cónclave y la ceremonia de despedida del pontífice fallecido.
El vicepresidente JD Vance, convertido recientemente al catolicismo, salió en defensa del mandatario. En su cuenta oficial de X, escribió que “la imagen debería ser tomada con humor” y que “no era intención del presidente ofender a nadie”.
Sin embargo, esta postura no fue compartida por todos. Uno de los más críticos fue el cardenal Timothy Michael Dolan, arzobispo de Nueva York y uno de los prelados estadounidenses con derecho a voto en el próximo cónclave.
“Como diríais en italiano, ‘ha quedado mal’ (ha fatto una brutta figura)”, dijo Dolan este domingo en Roma, al llegar a la misa dominical en la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe. Y agregó, en español, que la publicación “no ha estado bien”.
Vista general de las autoridades que asisten al funeral del papa Francisco. EFE/EPA/Riccardo Antimiani
Donald Trump vestido de Papa irrita al Vaticano y divide a la Iglesia
Hasta el momento, la Santa Sede no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre el tema. El portavoz vaticano, Matteo Bruni, se negó a comentar el incidente durante una conferencia de prensa celebrada el sábado por la tarde. La omisión ha sido interpretada por analistas como una forma de evitar escalar una controversia que ya ha alcanzado a la política internacional.
El gesto de Donald Trump vestido de Papa también ha generado tensión dentro del mismo Colegio Cardenalicio. Algunos prelados se muestran cautelosos ante lo que consideran una provocación en plena deliberación sobre el futuro del papado. Otros, especialmente en sectores conservadores de Estados Unidos, ven en la acción de Trump una manera de afirmar su vínculo con los valores cristianos, aunque sea de forma polémica.
Trump, por su parte, ha mencionado que le gustaría que el cardenal Dolan fuese elegido como nuevo Papa. “Sería una excelente opción, un líder fuerte, muy respetado”, comentó. Esta sugerencia ha sido recibida con escepticismo en el Vaticano, donde se prioriza la neutralidad y el respeto al proceso interno de elección del sucesor de Pedro.