El Gobierno de Donald Trump ha solicitado a la Corte Suprema que le permita anular el estatus legal temporal otorgado por la Administración Biden a más de 500,000 inmigrantes bajo el programa de parole humanitario. Esta acción busca poner fin a una política migratoria que ha permitido a miles de personas provenientes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela vivir y trabajar en los Estados Unidos de manera temporal.
La lucha legal por el parole humanitario
Este jueves, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, pidió a la Corte Suprema que revoque el estatus de parole humanitario otorgado por la administración anterior, que beneficiaba a 532,000 inmigrantes provenientes de esos países. El parole les permitió vivir y trabajar en EE.UU. hasta por dos años, una medida que fue tomada por la Administración Biden para enfrentar la crisis humanitaria en varias naciones latinoamericanas.
En respuesta, el Gobierno Trump ha argumentado que la jueza de distrito de Massachusetts, Indira Talwani, no tiene la autoridad para determinar que cada persona beneficiada por el programa sea evaluada de manera individualizada. La administración también sostiene que Talwani ha invalidado una de las decisiones más importantes en términos de política migratoria. El procurador general, D. John Sauer, señaló en un expediente judicial que las decisiones sobre el parole humanitario son prerrogativas del Ejecutivo, y que no deben ser revisadas judicialmente.
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Fotografía del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. EFE/EPA/ Shawn Thew
¿Qué impacto tendría la revocación del parole?
Si la Corte Suprema concede la solicitud de revocar el parole humanitario, más de medio millón de inmigrantes podrían perder su estatus legal en EE.UU. y enfrentar la posibilidad de ser detenidos y deportados. Las detenciones y deportaciones de inmigrantes se han vuelto cada vez más frecuentes bajo la administración Trump, por lo que la revocación del parole podría ser un golpe duro para muchas familias.
El parole humanitario ha sido utilizado por varios gobiernos a lo largo de las últimas siete décadas, sin importar su orientación política. La historia del parole en EE.UU. comienza en 1956, cuando el presidente Dwight Eisenhower permitió que 30,000 refugiados húngaros ingresaran al país de manera temporal para huir de los disturbios en Europa del Este.
Historia del parole humanitario en Estados Unidos
El parole humanitario ha sido una figura legal utilizada por gobiernos de diferentes tendencias políticas a lo largo del tiempo. Desde su implementación inicial bajo la presidencia de Eisenhower, la figura del parole ha servido para permitir la entrada de refugiados y personas necesitadas de protección. En las décadas de 1960 y 1970, más de 690,000 cubanos y cerca de 360,000 nacionales de Vietnam, Camboya y Laos pudieron ingresar a los EE.UU. gracias a este recurso.
En los años posteriores, el parole humanitario se fue regulando con el objetivo de concederlo «solo caso por caso» y por razones humanitarias urgentes o un beneficio público significativo. Sin embargo, la figura del parole se mantuvo vigente para aquellos que huían de situaciones como la dictadura cubana, permitiendo la entrada de cubanos que cruzaban el estrecho de Florida para evitar ser detenidos por las autoridades migratorias.
Fotografía de archivo de migrantes en Nueva York. EFE/EPA/Sarah Yenesel
¿Por qué el parole humanitario ha sido clave para los inmigrantes?
Aunque el parole humanitario ha sido una herramienta clave para la protección de los inmigrantes, la legislación estadounidense no especifica de manera clara las circunstancias que lo justifican. El USCIS (Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU.) ha establecido que, entre las razones para concederlo, se incluyen motivos como recibir tratamiento médico en EE.UU., asistir al funeral de un familiar cercano, o protegerse de daños específicos o individualizados.
El parole humanitario también ha sido otorgado por el «beneficio público significativo», lo que ha permitido a algunos inmigrantes ingresar a EE.UU. para ser testigos en procesos penales relacionados con el tráfico de drogas u otros delitos. A pesar de no ser una vía de inmigración permanente, el parole ha proporcionado a muchas personas una oportunidad para regularizar su situación mientras se encuentran en territorio estadounidense.
