La ciencia ha alcanzado un hito que podría parecer sacado directamente de una serie de ficción, como Juego de Tronos. Recientemente, la empresa Colossal Biosciences, conocida por sus avances en biotecnología, ha anunciado un logro que pone a prueba los límites de la genética: la “desextinción” de una especie extinta hace más de 13.000 años, el lobo huargo, o Canis dirus. Este lobo, conocido por su gran tamaño y fuerza, sirvió de inspiración para los lobos de la Casa Stark en la famosa serie de televisión Juego de Tronos. Sin embargo, este avance no es solo un triunfo para la ciencia; también abre un debate sobre el futuro de las especies extintas y los riesgos que implica la manipulación genética.
El lobo huargo, un emblema de Juego de Tronos
En Juego de Tronos, los lobos huargos eran criaturas legendarias y simbólicas que representaban la Casa Stark. En la serie, estos animales eran mucho más grandes que los lobos comunes y se mostraban como criaturas imponentes, con una relación casi mística con los miembros de la familia Stark, como Jon Snow, quien tenía uno llamado Fantasma. Ahora, gracias a los avances en genética, lo que una vez fue una figura mitológica en la cultura popular ha dado paso a un animal real que camina nuevamente sobre la Tierra, aunque en un laboratorio y bajo condiciones controladas.
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En un comunicado de prensa, la compañía Colossal Biosciences detalló cómo, utilizando ADN recuperado de fósiles de lobos huargos antiguos, lograron modificar genéticamente lobos grises modernos para incorporar algunas de las características distintivas de los lobos huargos. Esta hazaña, que se considera la primera «desextinción» exitosa, ha dado como resultado el nacimiento de tres cachorros: dos machos, llamados Rómulo y Remo, y una hembra llamada Khaleesi, en honor a uno de los personajes más icónicos de la serie. Los cachorros, aunque todavía muy jóvenes, presentan características que los diferencian de los lobos comunes, como un tamaño mayor y un pelaje más denso y claro.
(Colossal)
Los avances tecnológicos de la desextinción
La desextinción es el proceso de revivir especies extintas, un tema que ha captado la atención tanto de científicos como del público general, especialmente desde que la posibilidad de clonar mamuts lanudos fue considerada un tema recurrente en los medios. Sin embargo, la empresa Colossal ha tomado un enfoque diferente, comenzando con los lobos huargos, una especie que, a pesar de estar extinta, tiene una relación genética cercana con los lobos grises, que siguen existiendo hoy en día.
El proceso comenzó cuando un equipo de científicos, liderados por Beth Shapiro, recuperó ADN de fósiles de lobos huargos que datan de entre 13.000 y 72.000 años. A partir de ese material genético, los investigadores editaron 20 genes del lobo gris moderno para recrear algunas de las características más notables del lobo huargo, como el tamaño, la fuerza y el pelaje claro. Esta edición genética se realizó utilizando tecnología CRISPR, una herramienta que permite realizar modificaciones precisas en el ADN. Posteriormente, los embriones resultantes fueron implantados en madres sustitutas caninas, que dieron a luz a los cachorros que ahora viven bajo el cuidado de la empresa en una reserva ecológica.
(HBO)
Desafíos y debates sobre la desextinción
Aunque el proceso ha sido aclamado por su éxito, no ha estado exento de críticas y cuestionamientos éticos. Muchos expertos en biología y ecología han señalado que, aunque revivir a una especie extinta es un logro impresionante desde un punto de vista técnico, también existen preocupaciones sobre el impacto que estos animales podrían tener en los ecosistemas actuales. Los lobos huargos eran depredadores que cazaban grandes presas como mamuts y bisontes, pero esas especies ya no existen en la naturaleza. En este contexto, los lobos huargos resucitados tendrían que adaptarse a un entorno radicalmente diferente, lo que podría generar problemas tanto para ellos como para otras especies que habitan actualmente en los ecosistemas donde se introduzcan.
Además, el hecho de que estos lobos huargos no hayan sido criados en su hábitat natural y no tengan una manada a la que pertenecer limita considerablemente su comportamiento. Como señaló Adam Boyko, genetista de la Universidad de Cornell, aunque los cachorros tienen algunas características físicas de los lobos huargos, es poco probable que muestren los comportamientos complejos y naturales que tuvieron sus antepasados.
El debate ético también se extiende a la manipulación genética misma. Aunque los científicos han tomado precauciones para evitar introducir genes que pudieran causar problemas de salud, como la sordera o ceguera, existe la preocupación de que este tipo de modificaciones podría tener efectos no deseados a largo plazo. La creación de animales genéticamente modificados plantea interrogantes sobre el bienestar de estos seres vivos y las implicaciones que podrían tener en la biodiversidad.
(HBO)
Potencial de conservación y futuro de los lobos huargos
A pesar de los desafíos, Colossal Biosciences ve su proyecto como un primer paso hacia la conservación de especies que aún no se han extinguido. La compañía ha señalado que la tecnología que ha desarrollado para revivir a los lobos huargos podría ser utilizada para ayudar a especies en peligro de extinción, como el lobo rojo, cuya población se encuentra en peligro crítico en Estados Unidos. La posibilidad de utilizar la misma tecnología para crear clones de híbridos de lobo rojo y coyote podría mejorar la diversidad genética de la población y ayudar a evitar la extinción de estos animales.
Al mismo tiempo, la presencia de los lobos huargos ha suscitado interés por parte de comunidades indígenas, como la Nación MHA de Dakota del Norte, que han expresado su apoyo al proyecto. Según Mark Fox, presidente tribal de la Nación MHA, la resurrección de los lobos huargos sería un recordatorio de la responsabilidad que los seres humanos tienen sobre el cuidado de la Tierra y sus criaturas.