El juicio contra Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Meta, y otros altos cargos de la compañía por el escándalo de Cambridge Analytica comenzó este miércoles en el Tribunal de Cancillería de Delaware. La demanda, presentada por accionistas de Meta, acusa a la empresa de violar un acuerdo de 2012 con la Comisión Federal de Comercio (FTC) al permitir que la consultora política británica accediera a datos de millones de usuarios de Facebook sin su consentimiento. Este caso, que busca una compensación de 8,000 millones de dólares, ha puesto a la gigante tecnológica bajo un intenso escrutinio. El primer día del proceso trajo testimonios clave que encendieron el debate sobre la responsabilidad de Meta en la protección de datos.
En 2018, se reveló que Cambridge Analytica utilizó una aplicación de prueba de personalidad para recopilar información de hasta 87 millones de usuarios de Facebook. Estos datos se usaron para crear perfiles psicológicos de votantes, presuntamente vendidos a la campaña presidencial de Donald Trump en 2016. La noticia desató una tormenta global, llevando a Meta a enfrentar una multa récord de 5,000 millones de dólares impuesta por la FTC en 2019 por no proteger la privacidad de sus usuarios.
Primeros testimonios en el juicio
El juicio arrancó con la declaración de Neil Richards, experto en privacidad de la Universidad de Washington, quien testificó a favor de los demandantes. Richards señaló que las divulgaciones de privacidad de Facebook eran “engañosas” y que la empresa no cumplió con las medidas requeridas por el acuerdo de 2012 con la FTC. Su testimonio apuntó a fallos en la supervisión de la junta directiva de Meta, que permitió que terceros accedieran a datos sensibles.
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Por otro lado, Jeffrey Zients, exmiembro de la junta de Meta entre 2018 y 2020 y exjefe de gabinete de la Casa Blanca bajo Joe Biden, defendió las acciones de la compañía. Zients afirmó que la privacidad de los usuarios fue una prioridad para Meta durante su gestión, aunque respaldó la decisión de pagar la multa de la FTC para cerrar el caso y avanzar. Su testimonio destacó el esfuerzo de la empresa por mejorar sus políticas tras el escándalo, incluyendo una inversión de miles de millones en programas de privacidad desde 2019.
Acusaciones y demandas en el caso
Los accionistas de Meta sostienen que Zuckerberg y otros líderes, como la exdirectora operativa Sheryl Sandberg, no solo fallaron en proteger los datos, sino que también ocultaron los riesgos de compartir información con terceros. Alegan que la empresa continuó vendiendo datos a socios comerciales, violando directamente el acuerdo con la FTC.

Además, acusan a Zuckerberg de realizar ventas de acciones por más de 1,000 millones de dólares antes de que el escándalo se hiciera público, sugiriendo un posible uso de información privilegiada. Los demandados niegan estas acusaciones, argumentando que las ventas se realizaron bajo un plan de comercio preestablecido para financiar proyectos filantrópicos.
El juicio, que se espera incluya testimonios de figuras como Marc Andreessen, actual miembro de la junta de Meta, y Peter Thiel, exmiembro y cofundador de Palantir, continuará hasta finales de la próxima semana. La jueza Kathaleen McCormick, conocida por anular el paquete salarial de Elon Musk en Tesla, presidirá el caso y emitirá un fallo en los próximos meses.
El impacto del escándalo en Meta
El caso ha reavivado el debate sobre las prácticas de privacidad en las redes sociales. Desde el escándalo, Meta ha implementado cambios, como la adopción del Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea en todas sus operaciones. Sin embargo, la magnitud de las acusaciones sigue generando dudas sobre la confianza en la empresa. Los demandantes buscan que Zuckerberg y otros ejecutivos reembolsen a Meta los 5,000 millones de la multa de la FTC, además de otros costos legales estimados en 8,000 millones.

A medida que el juicio avanza, el foco está en si Meta y sus líderes asumirán responsabilidad por las fallas del pasado. La atención global está puesta en Delaware, donde este caso podría sentar un precedente para la rendición de cuentas en la industria tecnológica.