El espectro autista (TEA), que engloba una amplia gama de condiciones relacionadas con el neurodesarrollo, ha vuelto a ser tema de conversación pública tras las declaraciones de Phoebe Gates, hija del cofundador de Microsoft, Bill Gates. En el podcast Call Her Daddy del 30 de abril de 2025, Phoebe mencionó que su padre podría haber sido diagnosticado dentro del espectro autista, describiéndolo como “socialmente torpe” en un tono informal, lo que desató un debate sobre la neurodiversidad y el impacto de este trastorno en la vida de figuras públicas.
En su autobiografía Source Code: My Beginnings, publicada en febrero de 2025, Gates había sugerido que, de haber crecido hoy, probablemente habría sido diagnosticado dentro del TEA debido a su intensa concentración y dificultades para interactuar socialmente durante su niñez. La Oficina Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) destaca que el espectro autista afecta aproximadamente al 1% de la población mundial y es crucial reconocer que el diagnóstico se presenta de diversas formas y severidades.
El caso de Gates resalta cómo las personas dentro del TEA pueden alcanzar logros extraordinarios. Gates, de 69 años, revolucionó la industria tecnológica con Microsoft y ahora lidera la Fundación Bill y Melinda Gates, una de las organizaciones filantrópicas más grandes del mundo. En entrevistas con el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), expertos han señalado que las personas dentro del espectro autista, especialmente aquellas con perfiles que antes se diagnosticaban como «síndrome de Asperger», suelen mostrar habilidades excepcionales en áreas como la informática, las matemáticas y la atención al detalle, cualidades que podrían haber contribuido al éxito de Gates.
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Sin embargo, el debate también ha generado controversia en plataformas como X (anteriormente Twitter), donde algunos usuarios cuestionan la validez de diagnosticar retrospectivamente a figuras públicas sin una confirmación clínica oficial.
El espectro autista: Un enfoque amplio
Desde la publicación del DSM-5 en 2013, el diagnóstico de lo que antes se conocía como «síndrome de Asperger» ya no se realiza de manera independiente, sino que se incluye dentro del espectro autista. El TEA abarca una serie de trastornos del neurodesarrollo caracterizados por dificultades en la comunicación social y patrones de comportamiento repetitivos o restringidos. El espectro es amplio, lo que significa que las personas diagnosticadas pueden tener una variedad de habilidades y dificultades, desde una función cognitiva completamente promedio o superior, hasta discapacidades significativas en áreas como el lenguaje o la interacción social.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) indica que las personas dentro del espectro autista suelen presentar dificultades en la interpretación de las señales sociales, como el contacto visual y la comprensión de los gestos, y a menudo se concentran intensamente en intereses muy específicos. En el caso de Gates, su hija mencionó su “torpeza social”, mientras que él mismo ha descrito en su libro cómo su obsesión por la programación y su falta de interés en actividades sociales durante la adolescencia lo hacían sentir “diferente”.
La evolución del diagnóstico del TEA
El diagnóstico de TEA, incluyendo lo que anteriormente se conocía como el síndrome de Asperger, suele realizarse en la infancia. Sin embargo, en las décadas de 1960 y 1970, cuando Gates era niño, la comprensión de los trastornos del espectro autista era limitada. Según el NIH, muchos adultos hoy en día reciben diagnósticos tardíos, lo que podría explicar por qué Gates nunca confirmó un diagnóstico oficial. En X, algunos usuarios han compartido cómo un diagnóstico tardío les ayudó a comprender mejor sus propias experiencias, mientras que otros advierten contra etiquetar a Gates sin evidencia médica formal, argumentando que ello podría reforzar estereotipos erróneos sobre el TEA.
Impacto en la vida de Gates
La especulación sobre si Bill Gates tiene características del espectro autista no es nueva. Durante años, observadores han señalado ciertos comportamientos de Gates, como su balanceo corporal, la evitación del contacto visual y su enfoque meticuloso, que algunos asocian con el TEA. En una entrevista con The Wall Street Journal en enero de 2025, Gates reflexionó sobre su infancia, admitiendo que su “energía intensa” y su dificultad para captar señales sociales desconcertaban a sus padres y maestros.
A pesar de estas dificultades, Gates resaltó que sus características le permitieron concentrarse profundamente en la programación, lo que sentó las bases para la creación de Microsoft. El HHS subraya que las personas con TEA, incluso aquellas con lo que antes se conocía como «síndrome de Asperger», pueden transformar sus intereses intensos en carreras exitosas, especialmente en campos técnicos. La Fundación Bill y Melinda Gates, que ha invertido más de 50 mil millones de dólares en salud global y educación, refleja el enfoque detallista de Gates, una cualidad común entre personas con TEA.
En su trabajo filantrópico, Gates ha priorizado un enfoque basado en datos y resultados medibles, algo que expertos del CDC vinculan con las características comunes de quienes tienen TEA. Las declaraciones de Phoebe también han ayudado a humanizar la figura de Gates, mostrando cómo su torpeza social no ha impedido que establezca relaciones significativas, como su colaboración con líderes globales en la lucha contra enfermedades como la polio.
El debate sobre neurodiversidad y el espectro autista
La revelación de Phoebe Gates ha reavivado la conversación sobre la aceptación de la neurodiversidad. Organizaciones como Autism Speaks han subrayado que el espectro autista no es una limitación, sino una forma diferente de procesar el mundo. En Estados Unidos, aproximadamente 1 de cada 36 niños es diagnosticado con TEA, según el CDC, y la visibilidad de figuras como Gates podría contribuir a reducir el estigma.
En X, hashtags como #Neurodiversity y #Autism han cobrado relevancia, con usuarios debatiendo si las declaraciones de Phoebe representan un paso hacia la normalización del TEA o si invadieron la privacidad de su padre. Este caso también ha resaltado cómo ha evolucionado la comprensión del espectro autista: mientras que en el pasado se veía de manera fragmentada, hoy se reconoce como parte de un espectro amplio.