La administración de Donald Trump ha implementado un decreto que pone en pausa las solicitudes de Green Cards para ciertos inmigrantes, generando incertidumbre entre las familias que buscan establecerse legalmente en Estados Unidos.
Anunciada este martes, la medida afecta principalmente a refugiados y asilados que han estado en el país por más de un año, suspendiendo temporalmente sus procesos de ajuste de estatus para obtener la residencia permanente. Según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), esta acción responde a dos órdenes ejecutivas emitidas por Trump, enfocadas en aumentar la verificación y seguridad en los procesos migratorios.
Te Recomendamos
El DHS explicó que la pausa en las Green Cards busca identificar posibles casos de fraude, así como riesgos para la seguridad pública y nacional. Esto incluye un análisis más exhaustivo de los solicitantes, lo que podría retrasar aún más los tiempos de espera, que ya promediaban 10 meses para refugiados y 8 meses para asilados, según datos de la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración de EE.UU. (USCIS). La medida ha sido criticada por organizaciones de derechos de inmigrantes, que argumentan que solo profundiza la inseguridad de comunidades vulnerables que huyen de conflictos, inestabilidad política o desastres climáticos en sus países de origen.
La decisión llega en un contexto de cambios migratorios más amplios bajo la administración Trump. En febrero, el gobierno suspendió programas de parole humanitario que beneficiaban a inmigrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, afectando a más de 500,000 personas que ahora enfrentan la posibilidad de deportación si no abandonan el país en un plazo de 30 días, según informó el DHS. Estas políticas reflejan la postura de Trump de endurecer las leyes migratorias, una promesa central de su campaña electoral en 2024, donde abogó por reducir tanto la inmigración legal como la ilegal.
Green Cards en pausa: El impacto en las familias
La suspensión de las Green Cards tiene un impacto directo en las familias inmigrantes, muchas de las cuales han esperado años para reunirse con sus seres queridos o establecerse de manera permanente en EE.UU.
Por ejemplo, los refugiados que llegan al país tras un riguroso proceso de selección, que incluye entrevistas y revisiones médicas, ahora enfrentan un limbo legal que podría prolongarse indefinidamente. La USCIS no ha especificado cuánto tiempo durará esta pausa, lo que genera ansiedad entre los solicitantes que temen ser deportados mientras sus casos están en espera.
Organizaciones como el Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes han denunciado la medida. Azadeh Erfani, directora de políticas del centro, afirmó: «No hay justificación para esta acción, más allá de un ánimo discriminatorio contra quienes buscan refugio. USCIS ya realiza verificaciones exhaustivas a todos los que solicitan la residencia permanente». Según Erfani, muchos de sus clientes ya enfrentaban esperas de más de un año para que sus aplicaciones fueran procesadas, y esta nueva política solo agrava su situación.
Trump y las nuevas políticas de vetting
El decreto de Trump también incluye medidas para intensificar el vetting, la investigación de antecedente, de los solicitantes de Green Cards, como la revisión de sus redes sociales como parte del proceso de verificación. La USCIS señaló que este paso es necesario para garantizar una «verificación de identidad mejorada y una evaluación de seguridad nacional». Sin embargo, esta práctica ha sido criticada por su potencial para discriminar a ciertos grupos, especialmente a aquellos provenientes de países considerados de «alto riesgo» por la administración, como los de América Latina y Ucrania, que ya enfrentaron restricciones similares el mes pasado.
El impacto económico de estas políticas también es significativo. Según un análisis de la Kaiser Family Foundation (KFF), los inmigrantes contribuyen con miles de millones de dólares en impuestos y ayudan a reducir el déficit nacional al participar activamente en la fuerza laboral. Restringir su acceso a la residencia permanente podría tener consecuencias negativas para sectores como la agricultura y la tecnología, que dependen de trabajadores inmigrantes para cubrir vacíos laborales.
Un futuro incierto para los inmigrantes
A medida que las familias inmigrantes enfrentan esta nueva realidad, la administración Trump ha dejado claro que su enfoque en la inmigración seguirá siendo estricto. Además de la pausa en las Green Cards, el presidente ha expresado su intención de reducir otros programas migratorios legales, como el de visas de diversidad y las categorías de inmigración basadas en lazos familiares. Estas medidas, combinadas con un aumento en las acciones de deportación por parte de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), han creado un clima de temor en las comunidades inmigrantes.
Por ahora, los afectados por la suspensión de las Green Cards solo pueden esperar, mientras las organizaciones de defensa de inmigrantes preparan posibles desafíos legales contra el decreto. La incertidumbre sigue creciendo, y las familias que soñaban con un futuro estable en EE.UU. ahora enfrentan un camino lleno de obstáculos.