Las manos del presidente Donald Trump volvieron a ser centro de atención tras su reciente gira por Europa, donde nuevas imágenes desataron especulaciones sobre su salud. Fotos tomadas el 27 de julio de 2025 en Escocia, durante una reunión con el primer ministro británico Keir Starmer, muestran a Trump con manos visiblemente hinchadas y amoratadas, lo que generó comentarios en redes sociales y demandas para que revele su historial médico completo. La Casa Blanca atribuye los síntomas a una condición benigna, pero la controversia ha reavivado debates sobre la edad y la capacidad física del presidente, de 79 años, el más longevo en asumir un segundo mandato.
Una condición médica bajo escrutinio
A principios de julio, la Casa Blanca anunció que Trump padece insuficiencia venosa crónica (IVC), una afección común en mayores de 70 años que afecta el retorno de la sangre al corazón, causando hinchazón y moretones. El médico presidencial, Sean Barbabella, describió la condición como “benigna” tras realizar ecografías Doppler que descartaron trombosis venosa profunda o enfermedad arterial. La secretaria de prensa, Karoline Leavitt, añadió que los hematomas en las manos de Trump son resultado de “frecuentes apretones de manos” y el uso de aspirina, negando cualquier molestia significativa.
Por su parte, expertos como el Dr. Brian Funaki, radiólogo vascular de la Universidad de Chicago, explican que la IVC no es mortal, pero puede predisponer a coágulos sanguíneos que, en casos raros, podrían causar embolias pulmonares. Aunque algunos pacientes requieren anticoagulantes o filtros de vena cava, Barbabella afirmó que Trump no necesita tratamiento intensivo. Sin embargo, las imágenes de sus manos, compartidas ampliamente en plataformas como X, han alimentado especulaciones. Un usuario comentó: “Parece que intentaron cubrir los moretones con maquillaje”, mientras el activista demócrata Chris D. Jackson escribió: “Trump no se encuentra bien”.
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La edad como tema político
La salud de Trump ha sido un tema recurrente desde la campaña presidencial de 2024, cuando criticó la edad de Joe Biden, entonces de 81 años, argumentando que era demasiado mayor para liderar. Ahora, a sus 79 años, Trump enfrenta un escrutinio similar. Una encuesta de Gallup de julio de 2025 muestra que el 55% de los estadounidenses cree que la edad de un presidente afecta su capacidad de gobernar, y el índice de aprobación de Trump se mantiene en un 46%, estancado desde abril. Las demandas para que publique su historial médico completo crecieron tras las fotos de Escocia, donde se le vio con Starmer negociando un acuerdo comercial con la Unión Europea.
Además, la controversia se suma a otros desafíos. El caso Jeffrey Epstein, con acusaciones de falta de transparencia, ha generado críticas hacia la administración, con protestas recientes en Ohio contra el vicepresidente JD Vance. Aunque Trump minimizó estas conexiones en Escocia, afirmando que “no tienen nada que ver” con su agenda comercial, las especulaciones sobre su salud persisten, alimentadas por su historial de opacidad médica, como cuando evitó detallar su estado tras contraer COVID-19 en 2020.
Reacciones y contexto
Pese a todo, la Casa Blanca insiste en que Trump goza de “excelente salud”. Leavitt, en una conferencia el 28 de julio, reiteró que no hay preocupaciones médicas graves y que el presidente seguirá cumpliendo sus funciones. En X, usuarios han polarizado las opiniones: algunos expresan preocupación genuina, mientras otros, como un seguidor republicano, acusan a los medios de “exagerar” por motivos políticos. La IVC afecta al 20% de los mayores de 65 años en EE.UU., según los Centros para el Control de Enfermedades, y no suele requerir hospitalización, pero el caso de Trump ha captado atención por su visibilidad.
La gira europea, que incluyó reuniones con líderes de Francia y Alemania, buscaba reforzar la imagen de Trump como negociador global, pero las fotos de sus manos desviaron la narrativa. En 2024, el equipo médico de Trump reportó que había perdido 15 libras y mantenía una dieta más saludable, pero la falta de un informe médico detallado sigue generando escepticismo. Mientras la administración se prepara para un año legislativo clave, con reformas fiscales en el horizonte, la salud de Trump seguirá siendo un tema de debate público, especialmente en un país donde la edad promedio de los presidentes electos ha aumentado en las últimas décadas.