El ambicioso plan fiscal de Donald Trump, que incluía recortes de impuestos y un controvertido gravamen a las remesas, fue bloqueado por el Congreso de Estados Unidos este viernes 16 de mayo de 2025, marcando un revés significativo para el presidente. La decisión, tomada por el Comité de Presupuesto de la Cámara de Representantes, contó con la oposición de cinco legisladores republicanos clave, quienes se rebelaron contra las presiones de Trump, argumentando que el proyecto podría aumentar el déficit fiscal del país en un momento económico delicado. Este bloqueo ha generado un intenso debate sobre las políticas fiscales propuestas por el mandatario.
El plan fiscal de Trump, valuado en $4.9 billones, buscaba extender exenciones fiscales aprobadas durante su primer mandato, aumentar la deducción fiscal estatal y local a $30,000 para individuos y parejas (frente a los $10,000 actuales), y eliminar impuestos sobre propinas y horas extras. Sin embargo, uno de los puntos más polémicos fue la propuesta de un impuesto del 5% a las remesas enviadas fuera del país, una medida que habría impactado directamente a comunidades migrantes, especialmente en países como México, donde las remesas representan una fuente vital de ingresos para muchas familias.
La oposición republicana
La negativa de los cinco legisladores republicanos en el Comité de Presupuesto ha sido vista como una inusual rebelión dentro del partido, que históricamente ha respaldado las iniciativas de Trump. Según el Departamento del Tesoro, el plan fiscal de Trump podría haber incrementado el déficit en más de $2 billones en la próxima década, un riesgo que los legisladores no estuvieron dispuestos a asumir. La oposición dentro del partido se centró en la falta de un análisis detallado sobre el impacto económico a largo plazo, especialmente en un contexto donde la inflación y las tasas de interés siguen siendo preocupaciones clave para la economía estadounidense.
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El bloqueo del plan fiscal también ha generado críticas internacionales. México, uno de los países más afectados por el propuesto gravamen a las remesas, calificó la medida como injusta y discriminatoria a través de un comunicado emitido por la Secretaría de Relaciones Exteriores. Las remesas enviadas desde Estados Unidos a México alcanzaron un récord de $63,000 millones en 2024, según el Banco de México, y un impuesto del 5% habría reducido significativamente los fondos disponibles para las familias que dependen de estos recursos, exacerbando las tensiones bilaterales en un momento ya complicado para la relación entre ambos países.
Plan fiscal de Trump: Impacto y reacciones
El bloqueo del plan fiscal de Trump no solo representa una derrota política para el presidente, sino que también pone en duda su capacidad para unificar a su partido en torno a propuestas clave. Algunos analistas consideran que la inclusión de medidas como el impuesto a las remesas y las restricciones al Medicaid, que también formaban parte del proyecto, alienó a sectores del Partido Republicano que representan distritos con grandes comunidades de inmigrantes. Estas restricciones habrían limitado el acceso a servicios de salud para millones de personas, un punto que generó rechazo entre legisladores preocupados por el impacto social de la propuesta.
Por otro lado, algunos aspectos del plan, como la eliminación de impuestos sobre propinas y horas extras, habían sido bien recibidos por trabajadores de sectores como la hospitalidad y la construcción. Sin embargo, la falta de consenso sobre cómo financiar estas exenciones fiscales llevó a que el proyecto no avanzara. El Comité de Presupuesto señaló que, sin un plan claro para compensar las pérdidas de ingresos, el riesgo de aumentar el déficit era demasiado alto, especialmente después de los gastos masivos realizados durante la pandemia y los recientes programas de estímulo económico.
La situación ha dejado a Trump en una posición complicada, ya que había solicitado un respaldo unificado de su partido para aprobar lo que él llamó su “Gran y Hermoso Proyecto de Ley”. Ahora, el presidente deberá buscar alternativas para impulsar su agenda fiscal, posiblemente ajustando las propuestas más controvertidas para ganar el apoyo de los legisladores disidentes. Mientras tanto, las comunidades afectadas, tanto dentro como fuera de Estados Unidos, siguen atentas a los próximos pasos del Congreso, en un contexto donde el debate fiscal se ha vuelto más crucial que nunca.