La fiscal general Pam Bondi informó al presidente Donald Trump en mayo de 2025 que su nombre aparece en los archivos relacionados con Jeffrey Epstein, según fuentes cercanas al Departamento de Justicia. La revelación, parte de una sesión informativa rutinaria, ha desatado controversia en medio de las tensiones por la negativa de la administración a divulgar más documentos del caso. Mientras la Casa Blanca minimiza la importancia de estas menciones, un creciente grupo de legisladores exige transparencia, intensificando el escrutinio sobre los vínculos de Trump con el fallecido delincuente sexual.
Trump en archivos de Epstein: una sesión informativa clave
En mayo, Bondi y el fiscal general adjunto Todd Blanche informaron a Trump sobre los hallazgos del Departamento de Justicia en su revisión de los documentos de Epstein. Según dos funcionarios de la Casa Blanca, la aparición del nombre de Trump no fue el foco principal de la reunión, que abordó múltiples figuras de alto perfil mencionadas en los archivos. Bondi destacó que no se encontró evidencia de una supuesta “lista de clientes” de Epstein ni pruebas que contradigan su suicidio en 2019. Las menciones de Trump, descritas como poco creíbles por el DOJ, se enmarcan en afirmaciones sin fundamento dentro de los documentos.
Por su parte, la Casa Blanca insiste en que la presencia del nombre de Trump en los archivos no es novedosa. “No es sorprendente ni innovador”, afirmó un funcionario, señalando que muchos documentos ya eran públicos. Steven Cheung, director de comunicaciones, reiteró que Trump expulsó a Epstein de su club Mar-a-Lago por su comportamiento, desestimando las acusaciones como “noticias falsas” impulsadas por demócratas. Sin embargo, la revelación contradice las recientes negaciones de Trump, quien afirmó que Bondi solo le dio un informe breve.
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Polémica por Trump en archivos de Epstein
La decisión de no divulgar más documentos ha generado críticas, especialmente entre los partidarios del movimiento MAGA, quienes exigen transparencia. En febrero de 2025, Bondi distribuyó carpetas con información de Epstein a varias figuras influyentes, incluyendo menciones de Trump que, según fuentes, irritaron a la Casa Blanca por no haber sido filtradas. Esta omisión ha tensado las relaciones entre el Departamento de Justicia y la administración, con funcionarios que consideran que Bondi no protegió adecuadamente al presidente. Un memorando del DOJ del 6 de julio concluyó que los archivos no justifican más investigaciones, pero la presión pública persiste.
Además, un artículo reciente de un diario neoyorquino sobre una supuesta carta de Trump a Epstein, con contenido explícito y fechada en 2003, ha avivado el debate. Trump negó la autoría de la carta y presentó una demanda por difamación contra el medio, exigiendo 10,000 millones de dólares. La controversia ha obligado a los líderes republicanos del Congreso a acortar la sesión legislativa para evitar votaciones sobre la publicación de los documentos, que un grupo bipartidista de legisladores ahora exige con urgencia.
Demandas de transparencia sobre Trump en archivos de Epstein
La relación de Trump con Epstein, conocida desde los años 90 en círculos sociales de Nueva York, ha sido objeto de escrutinio durante años. Ambos compartieron eventos en Mar-a-Lago y Manhattan, pero Trump afirmó haber roto lazos tras una disputa en 2008. Los archivos, según el DOJ, no aportan evidencia de irregularidades por parte del presidente, pero la falta de acceso público a las transcripciones del gran jurado mantiene el caso en el centro del debate. Bondi y Blanche han solicitado al tribunal que estas transcripciones se hagan públicas, aunque no han especificado un cronograma.
Pese a todo, la Casa Blanca considera que la atención en los archivos de Epstein desvía el foco de los logros de la administración Trump. Mientras tanto, organizaciones como la ACLU han instado a una mayor apertura, argumentando que la transparencia es crucial para esclarecer cualquier conexión entre figuras públicas y los crímenes de Epstein. La controversia, alimentada por la presión de legisladores y activistas, promete seguir siendo un tema candente en el panorama político estadounidense.