La administración del presidente Donald Trump ha intensificado su ofensiva contra la niñez migrante, enviando cartas a menores que ingresaron legalmente a EE.UU. con permisos humanitarios, amenazándolos con deportación, multas y procesos penales. Estas misivas, recibidas por decenas de niños en Waukegan, Illinois, han generado indignación entre defensores de derechos humanos, quienes denuncian un ataque sin precedentes contra menores vulnerables. Las cartas, que advierten “el Gobierno federal te encontrará”, reflejan un cambio en la política migratoria que busca acelerar deportaciones y desmantelar protecciones legales para los menores no acompañados.
Amenazas a la niñez migrante en Illinois
En Waukegan, a 74 kilómetros de Chicago, familias migrantes están conmocionadas tras recibir cartas dirigidas a menores, muchas de las cuales comienzan con la frase: “Es hora de que salgas de Estados Unidos”. Estas misivas, enviadas por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), notifican la cancelación de permisos de entrada condicional otorgados bajo programas humanitarios. Según la pastora Julie Contreras, de United Giving Hope, las cartas amenazan a niños con deportación inmediata y sanciones legales, generando un “trauma psicológico grave”. “Es una barbaridad que el país más poderoso del mundo aterrorice a niños vulnerables”, afirmó.
Por su parte, los menores afectados, muchos de los cuales cruzaron la frontera sin sus padres en 2014, enfrentan un sistema migratorio que les niega representación legal adecuada. La mayoría, provenientes de México y Centroamérica, se reunieron con familiares en EE.UU., pero no pueden ser representados por sus padres en tribunales debido a tecnicismos legales. En abril de 2025, los tribunales de inmigración ordenaron la deportación de más de 8,300 niños menores de 11 años, según datos de la Universidad de Syracuse.
Te Recomendamos
Desmantelamiento de protecciones para la niñez migrante
La ley de 2008 contra la trata obliga al gobierno a proporcionar asistencia legal y protección a menores no acompañados, quienes deben ser puestos bajo el cuidado de la Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR). Sin embargo, defensores como Davina Casas, líder de la Organización Monarquía en Chicago, denuncian un “desmantelamiento silencioso” de estas protecciones. En marzo de 2025, la administración Trump recortó fondos para abogados de menores, afectando su derecho a un debido proceso. Aunque una demanda de once organizaciones logró restablecer temporalmente el financiamiento, la capacidad legal sigue siendo insuficiente para los más de 53,000 niños deportados desde enero.
Además, las cartas enviadas a la niñez migrante buscan revocar permisos humanitarios incluso para aquellos con solicitudes de asilo pendientes. Contreras señaló que tres menores han buscado refugio en su iglesia, mientras que otro fue dejado solo por sus padres, temerosos de ser deportados. “Estados Unidos está perdiendo su humanidad; ni las iglesias ofrecen garantías”, lamentó. La falta de recursos legales deja a estos niños, muchos en edad escolar, vulnerables ante un sistema que los trata como criminales, según activistas.
Resistencia frente a la ofensiva contra la niñez migrante
La comunidad de Waukegan y organizaciones como la ACLU han condenado las tácticas de intimidación de la administración Trump. Las cartas, que afectan principalmente a menores de México y Centroamérica, han sido calificadas como una violación de los derechos humanos por Amnistía Internacional. En 2024, un informe del Departamento de Seguridad Nacional reveló que el 80% de los menores no acompañados en detención enfrentan condiciones de hacinamiento y atención médica deficiente. Pese a todo, el ICE insiste en que su enfoque se centra en “delincuentes”, aunque los datos muestran que el 90% de los niños deportados no tienen antecedentes penales.
Por su parte, líderes comunitarios y pastores están organizando esfuerzos para proteger a los menores, buscando apoyo del sector privado para financiar defensa legal. Mientras tanto, la batalla legal para restaurar las protecciones humanitarias continúa, con demandas pendientes en cortes federales. La situación de la niñez migrante en Illinois pone en evidencia las tensiones entre las políticas migratorias de Trump y los valores de comunidades que luchan por preservar el derecho de estos menores a un futuro seguro en EE.UU.