Harvard lleva a Trump a tribunales por veto a estudiantes extranjeros
La Universidad de Harvard inició una batalla legal contra la administración de Donald Trump al presentar una demanda federal este viernes en respuesta a la decisión del Gobierno de prohibir la inscripción de estudiantes internacionales en la institución. Este conflicto pone en jaque la presencia de miles de alumnos extranjeros que representan una parte significativa del alumnado de Harvard.
La demanda de Harvard contra la exclusión del programa SEVP
La demanda presentada por Harvard argumenta que la orden de la administración federal que revoca la certificación del Programa de Estudiantes y Visitantes de Intercambio (SEVP) viola la ley y los derechos constitucionales de la universidad. Según Harvard, esta acción es una represalia por la defensa de su autonomía académica y la libertad de expresión amparada por la Primera Enmienda, tras resistirse a las presiones gubernamentales para modificar sus políticas y contenidos educativos.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ordenó suspender la capacidad de Harvard para matricular estudiantes extranjeros, alegando que la universidad se negó a entregar registros de conducta estudiantil solicitados por el Departamento de Seguridad Nacional. La medida obliga a los estudiantes internacionales actuales a transferirse a otra universidad o perder su estatus legal en Estados Unidos.
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Impacto en la comunidad estudiantil internacional de Harvard
Harvard cuenta con una población internacional que representa más del 27% del total de sus alumnos, aproximadamente 6,793 estudiantes en el año académico 2024-25. La suspensión del programa SEVP afecta a esta considerable cantidad de estudiantes, generando ansiedad y confusión sobre su futuro académico y legal en el país.
Profesores y autoridades de la universidad advierten que un éxodo masivo de estudiantes extranjeros podría debilitar la excelencia académica de Harvard, considerada una de las mejores universidades del mundo. La comunidad estudiantil se enfrenta a un futuro incierto, con estudiantes en proceso de obtención de visa o que ya están en el extranjero y temen no poder regresar para continuar sus estudios.
Tensiones políticas y acusaciones cruzadas
La Casa Blanca ha defendido la medida asegurando que la matrícula de estudiantes extranjeros es un privilegio, no un derecho, y ha acusado a Harvard de permitir un ambiente hostil y de promover ideologías antiestadounidenses, incluyendo actividades antisemitas y proterroristas dentro del campus.
Por su parte, Harvard denuncia que la administración ha utilizado esta medida para presionar a la universidad a cambiar políticas relacionadas con la diversidad, la equidad y la inclusión, así como a intervenir en el control académico y la libertad de expresión. La universidad sostiene que muchas de las solicitudes del Gobierno, como entregar registros detallados sobre la conducta de estudiantes y personal, exceden su autoridad y violan derechos fundamentales.
Consecuencias y respuesta de Harvard
Además de la exclusión del programa SEVP, la administración federal ha congelado fondos federales por valor de 2,200 millones de dólares a Harvard, medida que la universidad también está desafiando en tribunales. Asimismo, se ha informado que el Servicio de Impuestos Internos está considerando revocar la exención fiscal de la institución.
Harvard mantiene un firme compromiso con la educación internacional y ha condenado la decisión como “ilegal”, destacando el valor que los estudiantes y académicos internacionales aportan no solo a la universidad, sino al país en su conjunto.
Jason Newton, portavoz de Harvard, aseguró que la acción del Gobierno es una represalia que amenaza gravemente la misión académica y de investigación de la universidad. La institución ha prometido continuar apoyando a su comunidad internacional en estos momentos difíciles.
Voces desde la comunidad afectada
Estudiantes internacionales expresan su preocupación y frustración. Jared, un joven de Nueva Zelanda admitido para estudiar Sociología, manifestó sentirse abrumado y en incertidumbre sobre su futuro en Harvard tras la noticia. Otro estudiante de Austria, Karl Molden, que actualmente está de viaje, teme no poder regresar y completar sus estudios ni recibir la ayuda financiera necesaria.
Académicos también alertan sobre el impacto negativo de estas medidas. Jason Furman, profesor de economía y exfuncionario gubernamental, calificó la decisión como “horrenda en todos los sentidos” y enfatizó la importancia de los estudiantes internacionales para la innovación y la reputación académica de Estados Unidos.
Reacciones institucionales y internacionales
El capítulo de Harvard de la Asociación Estadounidense de Profesores Universitarios (AAUP) condenó la medida y la calificó como un ataque inconstitucional contra la comunidad internacional universitaria. Por su parte, el embajador de Australia en EE.UU. mostró preocupación por el bienestar de los estudiantes australianos afectados y está brindando asistencia consular.
Mientras la administración Trump continúa con esta política restrictiva, Harvard emerge como el símbolo de la resistencia académica frente a las intervenciones del Gobierno federal, en una lucha que tiene repercusiones para miles de estudiantes y para el sistema educativo estadounidense en general.