El 11 de marzo de 2025, un incidente de filtración de información sensible sacudió la Casa Blanca. Un error técnico dejó a un periodista fuera de lugar en un chat confidencial en la aplicación Signal, donde altos funcionarios del Gobierno de EE. UU. discutían los preparativos y la implementación de un ataque militar en Yemen. Michael Waltz, asesor de seguridad nacional, accidentalmente incluyó en el chat al director editorial de la revista The Atlantic, Jeffrey Goldberg, quien luego publicó detalles sobre las conversaciones en su artículo.
Aunque la filtración no contenía información clasificada, su aparición en los medios causó una fuerte controversia, llevando a una rápida respuesta de la administración de Donald Trump, quien defendió tanto a Waltz como al secretario de Defensa Pete Hegseth, otro de los participantes en el chat. En una intervención telefónica con NBC News, Trump calificó el episodio como un simple error y aseguró que no afectaría el desempeño de Waltz en su cargo.
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El contexto del ataque a Yemen y la filtración
La filtración en cuestión ocurrió durante una discusión sobre un ataque aéreo estadounidense contra rebeldes hutíes en Yemen, el cual tuvo lugar el fin de semana previo. Según los rebeldes, el ataque dejó 53 muertos y 98 heridos, aunque los detalles sobre la naturaleza exacta del ataque aún se mantienen en secreto. Los altos funcionarios de la administración Trump, incluido el vicepresidente JD Vance, el secretario de Defensa Pete Hegseth y la directora de la Agencia Nacional de Inteligencia, Tulsi Gabbard, estaban involucrados en el chat de Signal, donde se compartieron detalles sobre las operaciones militares.
El problema surgió cuando Goldberg fue invitado por error al grupo de 18 personas, lo que le permitió acceder a los intercambios de mensajes sobre el ataque. Aunque el periodista no divulgó detalles clasificados o que pudieran comprometer la seguridad nacional, la naturaleza de la filtración ha sido cuestionada, ya que su publicación ha aumentado la presión sobre el Gobierno para que se tomen medidas más estrictas respecto al manejo de información sensible.
La respuesta del presidente Trump: un error sin consecuencias graves
A pesar de la controversia, el presidente Trump rápidamente ofreció una defensa rotunda de su asesor de seguridad, Michael Waltz, y del secretario de Defensa, Pete Hegseth. En su intervención con NBC News, Trump reconoció que el incidente fue un «fallo» y añadió que no planeaba relevar a Waltz de su cargo. «Es un buen hombre y ha aprendido la lección», comentó el mandatario, despejando dudas sobre una posible dimisión.
La postura de Trump también se mantuvo firme al defender la gestión del ataque contra los hutíes, asegurando que la filtración no comprometió la eficacia de la operación. El presidente calificó de «sinvergüenza» al periodista Jeffrey Goldberg, cuestionando su ética profesional. Además, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, reiteró que no se compartió información clasificada en el chat, enfatizando que la plataforma Signal utilizada por los funcionarios estaba aprobada para tales comunicaciones.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante un evento en la Casa Blanca, este 25 de marzo de 2025. EFE/Shawn Thew
La respuesta de los críticos: ¿negligencia o imprudencia?
El incidente no pasó desapercibido para los críticos, que rápidamente señalaron el potencial riesgo que comportaba el descuido. En una audiencia en el Senado, el senador demócrata Mark Warner calificó el episodio como un ejemplo de «comportamiento negligente, descuidado e imprudente», sugiriendo que este tipo de incidentes podría poner en riesgo la vida de los ciudadanos estadounidenses y sus aliados internacionales.
Tulsi Gabbard, la directora de la Inteligencia Nacional, fue cuestionada durante la audiencia, pero se negó a revelar detalles sobre lo ocurrido en el chat. Afirmó que la situación estaba bajo revisión, pero subrayó que no había nada en los intercambios que pudiera considerarse como información clasificada. Sin embargo, la negación de que se haya compartido información sensible fue puesta en duda por varios miembros del Comité de Inteligencia del Senado.
La directora nacional de Inteligencia de Estados Unidos, Tulsi Gabbard, participa en una audiencia del Senado en el que se discute sobre la inclusión de un periodista en un chat confidencial, este 25 de marzo de 2025. EFE/Jim Lo Scalzo
La postura de los funcionarios: justificación de la seguridad y el control de información
A pesar de la crítica, los funcionarios de inteligencia y defensa de EE. UU. fueron claros en su postura. John Radcliffe, director de la CIA, defendió la legalidad de sus acciones, asegurando que no compartió nada clasificado en el chat. Aclaró que el uso de Signal es una práctica aprobada y que las comunicaciones fueron totalmente permitidas dentro de los marcos legales establecidos.
Por otro lado, la Casa Blanca señaló que el incidente no representa una violación grave de los protocolos de seguridad. A través de la portavoz Karoline Leavitt, se destacó que la Oficina del Asesor Jurídico de la Casa Blanca ha proporcionado directrices claras para el uso de plataformas como Signal, las cuales son consideradas seguras para intercambiar información delicada, siempre que no se trate de material clasificado.