Este martes 25 de marzo de 2025, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) publicó en el Registro Federal la decisión de terminar con el programa de parole humanitario para ciudadanos de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela (CHNV), afectando a más de 530,000 personas que ingresaron a Estados Unidos bajo este beneficio durante la administración Biden. La medida, que entra en vigor el 24 de abril, elimina las protecciones temporales contra la deportación y los permisos de trabajo para estos inmigrantes, dejándolos en un limbo legal. Si eres uno de los afectados, aquí te contamos qué está pasando y qué caminos podrías explorar ante esta drástica política impulsada por el gobierno de Donald Trump.
La cancelación del parole humanitario, anunciada el pasado viernes por la secretaria Kristi Noem, responde a la visión de la administración de restringir lo que consideran un “abuso” de esta herramienta migratoria. El programa, iniciado en 2022, permitía a personas de estos cuatro países entrar legalmente a EE.UU. con patrocinadores y permanecer por dos años. Sin embargo, DHS argumenta que no cumple con los objetivos de política exterior de Trump ni reduce significativamente la migración irregular, según un comunicado citado por NPR. Para muchos beneficiarios, esta noticia llega como un golpe inesperado, especialmente tras haber construido una vida en ciudades como Miami, Salt Lake City y Nueva York.
Te Recomendamos
Parole humanitario: ¿qué cambia ahora?
Con la fecha límite del 24 de abril acercándose, los beneficiarios del parole humanitario enfrentan decisiones urgentes. Una vez que expire el estatus, quienes no tengan otra base legal para permanecer en el país podrían ser sometidos a un proceso de deportación acelerada, conocido como “expedited removal”. Esto aplica especialmente a quienes llevan menos de dos años en EE.UU., según expertos de Justice Action Center. Sin embargo, hay opciones que algunos podrían considerar. Por ejemplo, quienes hayan solicitado asilo —cerca de 75,000 personas, según Miami Herald— podrían continuar ese proceso, aunque las demoras en los tribunales migratorios pueden extenderse por años.
Otra vía es buscar un ajuste de estatus a través de familiares o empleadores, como un patrocinador que pueda tramitar una petición laboral. En el caso de los cubanos, la Ley de Ajuste Cubano ofrece una posibilidad única: aquellos con un año de presencia física y entrada legal podrían aplicar por una green card, incluso tras la cancelación del parole.
“Es vital actuar rápido y consultar con un abogado de inmigración”, aconseja Carlos Trujillo, abogado en Utah. Para otros, como haitianos y venezolanos, las opciones son más limitadas tras la reciente terminación del Estatus de Protección Temporal (TPS) para estos países, reportada por Al Jazeera.
Parole humanitario: reacciones y alternativas
La decisión ha generado una ola de reacciones. En Florida, la congresista republicana María Elvira Salazar pidió al gobierno reconsiderar, argumentando que deportar a casi medio millón de personas tendría un “impacto irreparable” en la economía, ya que muchos trabajan legalmente y pagan impuestos, según Miami Herald.
Por otro lado, grupos como la Federación para la Reforma Migratoria Estadounidense celebraron en X la medida como un “retorno al sentido común”. Mientras tanto, una demanda presentada por ciudadanos e inmigrantes busca revertir la cancelación del parole humanitario, aunque su resolución podría tardar.
Para los afectados, el tiempo apremia. Organizaciones como Justice Action Center recomiendan documentar todo: permisos de trabajo, solicitudes pendientes y pruebas de integración en EE.UU., como contratos de renta o cartas de empleadores.
Algunos beneficiarios incluso evalúan la “autodeportación” propuesta por la Casa Blanca, aunque esto implicaría dejar atrás vidas establecidas. En estados como Utah, donde miles llegaron bajo el programa, abogados reportan un aumento en consultas de inmigrantes desesperados por encontrar soluciones antes de abril. La incertidumbre reina, pero actuar con información y apoyo legal podría marcar la diferencia en este momento crítico.