El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arremetió públicamente contra antiguos simpatizantes del movimiento “Make America Great Again” que han expresado su descontento con la forma en que su administración ha manejado el caso de Jeffrey Epstein. A través de su red Truth Social, Trump denunció lo que calificó como una “nueva estafa de los demócratas” y aseguró que ya no desea el respaldo de quienes han “caído en ese engaño”.
“Mis antiguos seguidores han caído completamente en esta tontería. No han aprendido la lección. Ya no quiero su apoyo”, escribió el mandatario este miércoles, con tono desafiante, en medio del creciente ruido en redes sociales por los resultados de la investigación federal sobre el magnate financiero Epstein.
( @realDonaldTrump – Truth Social Post )
( Donald J. Trump – Jul 16, 2025, 9:43 AM ET )Te Recomendamos
The Radical Left Democrats have hit pay dirt, again! Just like with the FAKE and fully discredited Steele Dossier, the lying 51 “Intelligence” Agents, the Laptop from Hell, which the Dems… pic.twitter.com/KUR7C5YAvC
— Donald J. Trump 🇺🇸 TRUTH POSTS (@TruthTrumpPosts) July 16, 2025
Las declaraciones se producen justo después de que el Departamento de Justicia (DOJ) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) concluyeran una investigación que descarta la existencia de una supuesta lista de clientes de Epstein. También reafirmaron que el acusado de tráfico sexual de menores murió por suicidio en una cárcel de Nueva York en 2019, versión que ha sido duramente cuestionada por sectores ultraconservadores.
El caso Epstein incomoda a Trump y divide a sus seguidores
El nombre de Jeffrey Epstein ha sido durante años sinónimo de conspiración, poder y escándalo. El caso ha implicado a figuras del entretenimiento, la política y las finanzas globales. Sin embargo, muchos de los seguidores de Trump esperaban que su administración desclasificara documentos o revelara pruebas sobre las conexiones de Epstein con celebridades y políticos de alto perfil. Esa expectativa no se cumplió.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump (d), habla junto al primer ministro de Baréin, Salman bin Hamad Al Khalifa, este 16 de julio de 2025, en la Casa Blanca. EFE/Aaron Schwartz/Pool
El propio Trump había prometido en anteriores intervenciones, junto a su fiscal general Pam Bondi y el subdirector del FBI Dan Bongino, que llegarían al fondo del asunto. Pero el informe final del DOJ no ofreció nuevas revelaciones y descartó la existencia de pruebas sobre chantajes o conspiraciones de alto nivel, lo cual provocó frustración entre los sectores más radicales de su base.
Frente a esto, Trump fue tajante: “Están perdiendo el tiempo con un tipo que murió hace años y claramente tenía problemas muy graves. Yo prefiero hablar del éxito que tenemos con la economía”. Y añadió que quienes insisten en el tema están ayudando, sin saberlo, a los demócratas.
Trump se queja de traición durante reunión con líder extranjero
Durante un encuentro oficial con el primer ministro de Baréin, Salman bin Hamad Al Khalifa, en la Casa Blanca, Trump volvió a referirse al caso Epstein y a la pérdida de confianza en seguidores que considera “manipulados por la izquierda”.
“Me parece increíble que la gente quiera seguir hablando de Epstein cuando tenemos récords de empleo, crecimiento económico e inversiones extranjeras. Ese caso es sórdido, sí, pero irrelevante para el futuro del país”, expresó Trump ante los periodistas, sin ocultar su molestia.
El presidente insistió en que todo forma parte de un plan de distracción promovido por la oposición. Según él, medios de comunicación y figuras progresistas estarían promoviendo la narrativa de que su gobierno encubrió detalles del caso.
Seguidores de Trump desilusionados por falta de “la verdad”
Entre los sectores que impulsaron su candidatura desde 2016, ha crecido el escepticismo. Algunos usuarios influyentes de redes sociales, incluidos quienes apoyaban teorías conspirativas como QAnon, han calificado el informe del DOJ como “decepcionante” y lo ven como una señal de que Trump no cumplirá con su promesa de “drenar el pantano”.

Imagen de archivo de Donald Trump y sus seguidores en una de sus mitins durante la campaña electoral. Foto: EFE/EPA/HUNTER D. CONE
La decepción no solo se debe a la falta de revelaciones sobre Epstein, sino también a lo que interpretan como un giro en la actitud del presidente hacia ellos. En su publicación en Truth Social, Trump remató: “Dejen que estos débiles hagan el trabajo de los demócratas. Yo no los necesito. ¡Adiós!”.
Este quiebre marca un distanciamiento inédito entre el mandatario y parte de su base, justo cuando avanza hacia la recta final de su mandato y se especula con una eventual candidatura a la reelección.
Caso Epstein: ¿una amenaza persistente para la imagen de Trump?
Aunque Trump ha restado importancia al caso, el nombre de Jeffrey Epstein sigue siendo incómodo para el entorno republicano. Las imágenes y registros de la relación social entre ambos en la década de 1990 han sido ampliamente difundidas por los medios. Aunque el presidente ha asegurado que rompió vínculos con Epstein “hace muchos años”, la sombra del escándalo continúa persiguiéndolo.
La versión oficial, según el DOJ, es que Epstein se suicidó en una celda de la cárcel de Manhattan, lo que fue confirmado por múltiples revisiones forenses. Sin embargo, las dudas persisten entre quienes consideran que su muerte fue parte de un encubrimiento masivo.
El informe también descartó que existiera una lista de “clientes poderosos” que hayan sido parte de la red de tráfico sexual, lo cual contradice versiones alimentadas durante años en canales conservadores, y que Trump y su equipo habían prometido esclarecer.
La estrategia de Trump: minimizar el caso y proteger aliados
En sus recientes declaraciones, Trump ha defendido firmemente a su fiscal general, Pam Bondi, afirmando que “es grandiosa” y que “debería poder trabajar sin interferencias”. Además, llamó a sus simpatizantes a enfocarse en las políticas exitosas de su gobierno y dejar atrás “historias sin sentido”.
El presidente no dudó en calificar el caso Epstein como “aburrido y poco relevante”, e insinuó que los medios solo lo mantienen en agenda por razones ideológicas. “Creo que solo la gente muy mala, incluyendo las noticias falsas, quiere que esto continúe”, sostuvo.
Con esta posición, Trump busca retomar el control de la narrativa, apuntar contra sus críticos, y redirigir la atención hacia logros económicos y de política exterior, justo cuando comienza la segunda mitad de su mandato.