El Gobierno del presidente Donald Trump ha publicado un nuevo informe desclasificado que acusa directamente al expresidente Barack Obama de haber conspirado en su contra para debilitar su victoria electoral en 2016. Según la administración republicana, el informe contiene pruebas “irrefutables” de que Obama y su equipo manipularon información para vincular a Trump con Rusia y desprestigiar su llegada a la Casa Blanca.
Trump ataca a Obama con informe de inteligencia desclasificado
El informe fue elaborado por el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes en 2020, pero se hizo público recién ahora, tras una orden directa del actual Gobierno. La directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, encabezó la presentación en una conferencia de prensa en la Casa Blanca, donde afirmó que este documento prueba una “conspiración coordinada” liderada por Obama y sus funcionarios de Seguridad Nacional.
“Se fabricaron hallazgos a partir de fuentes de mala calidad y se suprimieron pruebas válidas que desmentían esas afirmaciones”, afirmó Gabbard. La funcionaria también aseguró que los hallazgos evidencian cómo “el expresidente Obama ordenó la elaboración de una evaluación manipulada de la comunidad de inteligencia”.
Te Recomendamos
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt (d), y la directora de Inteligencia Nacional de EE.UU., Tulsi Gabbard. EFE/EPA/ Eric Lee
Esta narrativa forma parte de los esfuerzos de Trump por reposicionar su imagen y consolidar su base electoral, especialmente entre los sectores que aún creen en teorías de sabotaje político desde la era Obama.
Acusaciones contra funcionarios de alto perfil
Además de Obama, el informe implica directamente a otros altos exfuncionarios del Partido Demócrata. Entre los señalados están la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, el exdirector de Inteligencia Nacional James Clapper y el exdirector del FBI James Comey. Todos ellos habrían colaborado en lo que Trump y sus aliados denominan como “el bulo de Rusia”.
Gabbard fue contundente al afirmar que “conspiraron para subvertir la voluntad del pueblo estadounidense que eligió a Donald Trump”. También acusó a los medios de comunicación de ser cómplices en la difusión de una narrativa “artificial” que buscaba desacreditar a Trump desde el inicio de su mandato.
Aunque estas afirmaciones han sido refutadas anteriormente por diversas investigaciones, incluida la del fiscal especial Robert Mueller, la nueva administración republicana asegura que los documentos ahora revelados “cambian el panorama”.
El trasfondo político de la ofensiva de Trump contra Obama
Desde que regresó al poder en enero, Trump ha reiterado que una de sus prioridades es “limpiar” las agencias de inteligencia y exponer supuestos abusos del pasado. La desclasificación de estos documentos parece estar alineada con esa estrategia, en medio de crecientes críticas internas por otros temas, como el manejo del caso del fallecido empresario Jeffrey Epstein.
Fotografía de la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en la revelación del nuevo informe sobre Obama, en Washington (EE.UU.). EFE/EPA/ Shawn Thew
Dentro de su núcleo duro de seguidores, el reclamo por justicia en torno al caso Epstein ha crecido, y muchos exigen que Trump cumpla su promesa de revelar toda la información. Sin embargo, el presidente ha desviado la atención al retomar su enfrentamiento político con Obama, acusándolo de haber participado en una “cacería de brujas” en su contra.
En sus declaraciones recientes, Trump ha acusado a Obama de ser el principal responsable de una operación encubierta diseñada para impedir su ascenso político y dañar su reputación mediante acusaciones de colusión con el Kremlin.
Obama responde a las nuevas acusaciones
Ante las nuevas declaraciones, el expresidente Barack Obama respondió a través de un comunicado calificando los señalamientos como “ridículos y desesperados”. Según fuentes cercanas, Obama ha optado por mantenerse al margen de las provocaciones directas, aunque en entrevistas anteriores ha expresado su preocupación por el uso político de las instituciones públicas.
A pesar de las tensiones, el expresidente no ha presentado acciones legales en respuesta a estas acusaciones, mientras sus aliados consideran que se trata de una estrategia de distracción por parte del Gobierno republicano ante los desafíos que enfrenta.