El Gobierno de Estados Unidos ha iniciado una investigación formal contra el Programa de Intercambio de Harvard, en medio de un creciente escrutinio sobre el uso de visados internacionales y su impacto en la seguridad nacional. Según informó el Departamento de Estado este miércoles, la investigación busca determinar si la universidad ha incumplido las regulaciones federales al patrocinar estudiantes y profesores extranjeros dentro del programa de Visitantes de Intercambio (J-1).
El anuncio ha generado controversia no solo por el peso institucional de Harvard, considerada una de las universidades más prestigiosas del mundo, sino también por el momento político en que ocurre: bajo la administración del presidente Donald Trump, quien ha intensificado su discurso contra las élites académicas y los programas de inmigración.
El Programa de Intercambio de Harvard bajo la lupa del Departamento de Estado
De acuerdo con el comunicado del secretario de Estado, Marco Rubio, el Departamento exige a todas las instituciones patrocinadoras del programa el «pleno cumplimiento de la normativa», transparencia en la información y una clara promoción del entendimiento cultural y mutuo entre naciones.
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Además, subrayó que los programas deben ejecutarse sin comprometer los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos. Esta directiva se enmarca en una política exterior más estricta que busca reducir los riesgos de infiltración extranjera en instituciones educativas y de investigación.
Personas muestran su apoyo a Harvard afuera de un tribunal de Boston, Massachusetts (EE.UU.), el 21 de julio de 2025. EFE/Cj Gunther
“La investigación garantizará que los programas del Departamento de Estado no sean contrarios a los intereses de nuestra nación”, declaró Rubio. La medida representa un nuevo capítulo en el endurecimiento de las políticas migratorias dirigidas al ámbito educativo.
Harvard ya enfrentaba tensiones con el Gobierno de Trump
Este episodio no es un hecho aislado. La Universidad de Harvard ha estado en el centro de varios enfrentamientos con el gobierno de Donald Trump desde el inicio de su mandato. El más reciente ocurrió esta misma semana, cuando un tribunal federal en Boston evaluó la legalidad del bloqueo de fondos públicos hacia la institución.
Aunque la jueza encargada del caso no emitió un fallo definitivo, sí cuestionó duramente la postura del Ejecutivo. Este conflicto legal se suma a un intento previo de Trump por prohibir la matriculación de estudiantes extranjeros en Harvard, una iniciativa que fue frenada por el mismo tribunal en 2024.
En junio, el presidente declaró que su administración podría alcanzar un acuerdo con Harvard, afirmando que “trabajan en estrecha colaboración”, aunque no brindó detalles sobre el contenido de esas negociaciones ni los posibles términos de un eventual pacto.
La política migratoria educativa se endurece: otras universidades también bajo investigación
La ofensiva contra el Programa de Intercambio de Harvard forma parte de una estrategia más amplia de revisión y control en centros académicos que patrocinan visas internacionales. El Departamento de Educación también ha iniciado investigaciones contra otras cinco universidades del país, entre ellas la Universidad de Miami, Louisville, Nebraska Omaha, Míchigan y Míchigan Occidental.
En estos casos, el foco está puesto en la concesión de becas a jóvenes indocumentados, especialmente a los beneficiarios del programa DACA, conocidos como ‘soñadores’. Las autoridades quieren determinar si estas universidades están otorgando beneficios educativos exclusivos a estudiantes que no cuentan con un estatus migratorio regular.

Miembros del grupo de antiguos alumnos de Harvard “Crimson Courage,” se manifiestan ante el Tribunal Federal John Joseph Moakley en Boston, Massachusetts, Estados Unidos. EFE/EPA/CJ GUNTHER
Este tipo de investigaciones ha generado preocupación en diversos sectores, pues se teme que estas acciones no solo afecten el flujo internacional de estudiantes, sino que también tengan repercusiones diplomáticas.
¿Qué es el Programa de Intercambio de Harvard?
El Programa de Intercambio de Harvard permite que estudiantes, académicos y profesionales extranjeros participen en actividades académicas o de investigación dentro del campus bajo la categoría J-1 de visa de visitante. Se trata de un mecanismo que busca fomentar el intercambio cultural y académico entre Estados Unidos y otros países.
Cada año, miles de personas acceden a estas oportunidades a través del patrocinio de Harvard, lo que convierte a esta institución en uno de los principales actores del programa a nivel nacional. En ese contexto, las acciones del Departamento de Estado podrían tener un impacto considerable tanto en el futuro del programa como en la política internacional educativa del país.
La universidad, por el momento, no ha emitido una declaración oficial sobre la investigación. Sin embargo, representantes del centro han reiterado en otras ocasiones su compromiso con la legalidad, la diversidad y la cooperación global.
Tensión política y campaña electoral: ¿una movida estratégica?
Expertos en política educativa advierten que este tipo de medidas también pueden tener un trasfondo electoral. La administración Trump ha enfocado gran parte de su retórica en atacar a instituciones consideradas “elitistas” o “desconectadas” de la realidad de los votantes conservadores.
En ese sentido, la investigación al Programa de Intercambio de Harvard podría formar parte de una estrategia de campaña para reafirmar su postura nacionalista y endurecer la imagen del gobierno frente a lo que califica como “aprovechamiento indebido” de recursos y políticas por parte de sectores académicos progresistas.
Esta narrativa, reforzada por otros temas como la seguridad fronteriza y las restricciones al asilo, podría atraer el apoyo de una base electoral que percibe a Harvard y a otras universidades como símbolos de privilegio institucional.