¿Te has sentido alguna vez como una gallina sin cabeza, dando vueltas de un lado para otro, repensando una y otra vez tu negocio, sin poder avanzar de manera clara y efectiva? Esta es una situación común que muchas mujeres emprendedoras enfrentan. Están trabajando horas interminables, pero los resultados no llegan. ¿Por qué? Muchas veces, por decir «sí» por miedo a decir «no».
¿A qué le estás diciendo «sí»?
A, por ejemplo, aceptar propuestas que no están alineadas con tu cliente ideal o con lo que realmente quieres. Tal vez te llega una oportunidad para trabajar en un proyecto con alguien, o un cliente te pide un servicio diferente al que estás ofreciendo. Tal vez te invitan a colaborar con alguien en una propuesta que suena interesante, pero que no se ajusta a tus metas ni a tu visión a largo plazo. Al decir «sí» a estas oportunidades, te alejas de lo que realmente te importa, de lo que sabes que debes hacer para lograr tus objetivos. Y este es un gran freno para el crecimiento de tu negocio.
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¿Cuáles son las razones por las que esto sucede?
Existen dos razones fundamentales por las cuales tu negocio no crece como debería: la falta de una mentalidad del dinero y empresarial adecuada y la falta de claridad en varios niveles clave de tu negocio.
- Falta de mentalidad
Cuando hablo de mentalidad, me refiero a cómo te relacionas con tu negocio y con el dinero. La mentalidad adecuada es crucial para tomar decisiones alineadas con tus objetivos. Si no tienes la autoconfianza y la convicción de que puedes lograr lo que te propones, será más difícil mantenerte firme en tus decisiones y, sobre todo, aprender a decir «no» a las oportunidades que te alejan de tu visión.
Muchas veces, como emprendedoras, nos dejamos llevar por el miedo a perder oportunidades, a no estar disponibles para los demás o a no ser aceptadas. Nos genera culpa decir «no» a un cliente que nos pide algo fuera de nuestro foco, o a una propuesta que parece atractiva, pero que no se ajusta a lo que realmente necesitamos. Este patrón puede provenir de una mentalidad de escasez, en la que tememos que decir «no» nos haga perder algo esencial. Pero lo cierto es que, sin una mentalidad sólida, el «sí» constante a lo que no te conviene puede mantenerte en un ciclo de esfuerzos sin resultados.
- Falta de claridad en el negocio
La segunda razón es la falta de claridad en varios aspectos clave de tu negocio. Sin claridad, te resulta muy difícil decir «no» a lo que no te ayuda a alcanzar tus metas. Aquí, la claridad se puede dividir en diferentes niveles:
- a) Claridad en lo que ofreces
Es fundamental saber qué es lo que vendes y, lo más importante, a quién se lo ofreces. Si no tienes claro quién es tu cliente ideal y qué solución estás ofreciendo, te resultará mucho más fácil caer en la tentación de aceptar cualquier propuesta, incluso si no está alineada con lo que realmente deseas hacer.
- b) Claridad en cómo venderlo
A pesar de saber qué ofreces, si no tienes una estrategia comercial clara, te será difícil conectar de manera efectiva con tus clientes ideales. La falta de una estrategia definida sobre cómo atraer a esos clientes, cómo manejar objeciones, cómo cerrar ventas y cómo dar seguimiento puede hacer que pierdas tiempo en tareas que no te llevan a resultados significativos. Esta falta de estrategia también te llevará a decir «sí» a oportunidades que no encajan con tus objetivos, simplemente porque no sabes cómo generar ventas de manera más efectiva.
- c) Claridad en tus proyecciones financieras
Si no tienes claridad en tus números y en cómo se traducen en ganancias a largo plazo, es difícil saber lo que realmente te estás perdiendo al desviar tu atención hacia oportunidades que no te sirven. Tener una proyección financiera clara te ayuda a entender lo que necesitas ganar, cubrir tus costos fijos y variables, y ver las oportunidades de rentabilidad que están frente a ti. Sin esa claridad, es fácil caer en la tentación de aceptar ingresos pequeños a corto plazo sin considerar el impacto negativo en tus ganancias a largo plazo.
- d) Claridad en tu visión a largo plazo
Finalmente, tener claridad en tu visión y en el impacto que quieres generar es esencial para decir «no» a las distracciones. Si tienes claro adónde quieres llegar, las decisiones que tomes en el camino serán mucho más fáciles de alinear con tu objetivo. La visión a largo plazo te permite enfocarte en lo que realmente importa, en lugar de perder tiempo en lo urgente pero no importante.
El costo de no decir «no»
Es crucial que tomes conciencia del costo de no saber decir «no» a lo que no te conviene. El costo de oportunidad es inmenso: mientras más tiempo dediques a lo que no te lleva hacia tu objetivo, más tiempo perderás sin generar el dinero que podrías estar ganando si estuvieras enfocada en lo que realmente importa. Además, está el costo tangible de los costos fijos de tu negocio que debes seguir pagando, sin importar si estás generando ingresos o no.
Lo más importante es el costo emocional y físico. El estrés financiero derivado de la falta de claridad y la constante sensación de estar perdiendo el rumbo puede afectar seriamente tu salud física y emocional. La ansiedad, el insomnio y el estrés son solo algunos de los efectos colaterales de no tener claridad y una mentalidad sólida. Y cuando estás estresada financieramente, eso impacta directamente en tus relaciones y en tu bienestar emocional.
La importancia de la claridad y la mentalidad
Es momento de que tomes conciencia de la importancia de tener una mentalidad fuerte y claridad en todos los aspectos de tu negocio. Sin esa claridad, es fácil caer en la tentación de decir «sí» a lo que no te conviene. Y, sobre todo, es fundamental trabajar en tu mentalidad emprendedora, desarrollar autoconfianza y estar convencida de que puedes lograr lo que te propones. Esto te permitirá decir «no» con paz y seguridad, y decir «sí» a lo que realmente te llevará al éxito.
Así que te invito a reflexionar: ¿Qué es lo que realmente quieres para tu negocio? ¿Qué decisiones estás tomando que te alejan de tu objetivo? Aprende a decir «no» a lo que no te suma para que puedas decir «sí» a lo que realmente te acerca a tu visión. Tu negocio y tu vida te lo agradecerán.
“Si desarrollar tu inteligencia emocional financiera te es coherente, ¡VALE!”
