El ultimátum del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece haber devuelto a Rusia y Ucrania a la mesa de negociaciones en Estambul, donde está prevista la tercera ronda de conversaciones esta semana. Aunque aún no hay fecha confirmada, el encuentro se llevará a cabo en el palacio otomano de Çiragan, ubicado en el distrito de Besiktas, el mismo lugar donde se realizó la última reunión diplomática el pasado 2 de junio.
Este regreso al diálogo se produce tras el plazo de 50 días establecido por Washington el 14 de julio. Aunque el ambiente no es del todo optimista, ambas delegaciones parecen dispuestas a avanzar. La tensión se mantiene, pero el llamado estadounidense parece haber surtido efecto.
Rusia y Ucrania preparan reunión en Estambul esta semana
Tras varios días de especulación, Turquía confirmó que las delegaciones de Rusia y Ucrania se reunirán en Estambul el miércoles 23 de julio de 2025. La Presidencia turca brindó esta información, aunque por parte de Rusia aún no hay una confirmación oficial definitiva. Algunos medios rusos señalan que la reunión podría celebrarse entre el miércoles y el viernes.
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El ministro de Exteriores turco, Hakan Fidan, fue más cauto al afirmar que “la tercera ronda tendrá lugar, según esperamos, esta semana”. Desde Kiev, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski dijo al comienzo de la semana que había sido informado por sus asesores de que el encuentro sería el día 23. También indicó que hoy se darían más detalles.
A handout satellite image made available by Maxar Technologies on 10 March 2023 shows burning and destroyed residential areas amid the ongoing battle for Bakhmut, Ukraine, 06 March 2023. EFE/EPA/MAXAR TECHNOLOGIES HANDOUT –
El mandatario ucraniano confirmó que el jefe de su delegación será Rustem Umérov, actual secretario del Consejo para la Seguridad Nacional y exministro de Defensa. Zelenski tiene como objetivo lograr la liberación de todos los prisioneros ucranianos y el retorno de niños que permanecen en territorio ruso. Además, insiste en que debe haber un alto el fuego de 30 días antes de iniciar un proceso político más profundo, algo que Rusia continúa rechazando mientras intensifica sus operaciones militares en el Donbás y el norte del país.
Rusia y Ucrania con posturas aún lejanas sobre condiciones de paz
Por parte rusa, el negociador Vladímir Medinski —cuya designación ha sido criticada por la OTAN— evitó hacer declaraciones al llegar al Parlamento ruso. El Kremlin, sin confirmar oficialmente su participación en la reunión, dejó claro que no espera avances significativos. Su portavoz, Dmitri Peskov, bajó las expectativas al afirmar que la agenda es extremadamente compleja y que los memorandos de paz de ambas partes tienen posiciones difíciles de reconciliar.
Moscú exige que Ucrania se mantenga neutral, acepte la ocupación de territorios, reduzca el tamaño de sus fuerzas armadas y renuncie a reclamar compensaciones. En contraste, Kiev se mantiene firme en la restitución de su soberanía territorial. Peskov sí destacó como logros anteriores los canjes de prisioneros de guerra y cadáveres conseguidos en las dos primeras rondas de negociaciones, calificándolos como “fructíferos”.
En cuanto a una eventual cumbre entre Zelenski y Putin, propuesta por Ucrania desde hace meses, el Kremlin sostiene que todavía hay mucho trabajo por hacer y evita comprometerse con fechas o resultados. “No hablaría de posibles plazos (…) cualquier pronóstico sería erróneo en este momento”, declaró Peskov, dejando claro que las conversaciones podrían extenderse sin una resolución inmediata.
Ultimátum de Trump tensiona relación entre Rusia y Estados Unidos
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha evitado referirse públicamente al ultimátum de Trump, que contempla sanciones y aranceles si Moscú no logra un acuerdo antes de septiembre. Aunque el Kremlin reconoce que Washington ha cambiado su enfoque, no quiere aumentar la tensión con el gobierno estadounidense.

Dos soldados del Ejercito Ucraniano. EFE/EPA/Maria Senovilla
El senador ruso Alexéi Pushkov advirtió que el giro de Trump hacia el envío de armas a Ucrania podría arrastrar a Estados Unidos a una situación similar a la de conflictos pasados como Vietnam o Afganistán. “Es una emboscada ucraniana para Trump. Si da otro paso, la trampa se cerrará completamente”, aseguró Pushkov.
Por su parte, el canciller ruso Serguéi Lavrov expresó confianza en que Europa tome nota de la postura “racional” que, según él, defiende la Administración Trump al priorizar el diálogo. Sin embargo, esa visión contrasta con las acciones recientes de la OTAN.
El lunes, el canciller alemán Friedrich Merz confirmó que cuenta con el respaldo de Washington para enviar sistemas de defensa Patriot a Kiev. El ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, detalló que serán cinco los sistemas proporcionados, una medida que podría modificar el equilibrio militar en el terreno y tensionar aún más las relaciones entre las potencias involucradas.
Rusia y Ucrania siguen bajo presión mientras continúa la guerra
Mientras se preparan para una nueva ronda de diálogo, las tropas rusas mantienen su ofensiva en el este y norte de Ucrania. Las ciudades del Donbás siguen siendo escenario de intensos combates, mientras la población civil sufre los efectos de los bombardeos. En este contexto, los analistas señalan que el retorno a la mesa de negociaciones es un intento diplomático por evitar una escalada mayor.
A pesar del pesimismo del Kremlin y las condiciones exigidas por ambas partes, la presión internacional sigue aumentando. Tanto Estados Unidos como Europa han mostrado señales de estar interesados en una resolución negociada, aunque con distintas estrategias. Trump, con su estilo característico, optó por poner una fecha límite. Europa, en cambio, mantiene canales diplomáticos activos y continúa ofreciendo apoyo militar y humanitario a Ucrania.
Rusia y Ucrania han demostrado en ocasiones anteriores que pueden llegar a acuerdos puntuales, como los intercambios de prisioneros. No obstante, aún está por verse si esta nueva ronda en Estambul marcará el inicio de una negociación real hacia una salida política del conflicto.