¿Qué enfermedad tiene el rey Carlos y cómo ha transformado su presencia como figura real?
En enero de 2024, el rey Carlos III fue sometido a una intervención para tratar una hiperplasia prostática benigna. Durante este procedimiento, los médicos detectaron un tipo de cáncer no especificado, lo que llevó a Buckingham Palace a anunciar públicamente el diagnóstico en febrero de ese año. Desde entonces, el monarca, de 76 años, ha estado recibiendo tratamiento ambulatorio, manteniendo en reserva los detalles específicos sobre su condición.
A pesar de los efectos secundarios temporales que lo llevaron a una breve hospitalización en marzo de 2025, el rey ha mostrado una actitud positiva y agradecida hacia el personal médico y las organizaciones de apoyo a pacientes con cáncer.
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Reapariciones públicas y adaptación de su agenda
Tras una pausa en sus actividades oficiales, el rey Carlos retomó sus compromisos públicos en abril de 2024, comenzando con una visita a un centro de tratamiento oncológico en Londres. En junio del mismo año, participó en la ceremonia del Trooping the Colour, inspeccionando las tropas desde un carruaje junto a la reina Camila, en lugar de hacerlo a caballo como es tradición.
Durante el otoño de 2024, el monarca realizó una gira por Australia y Samoa, su primera visita a un reino de la Commonwealth desde su ascenso al trono. Aunque algunos eventos fueron ajustados debido a su tratamiento, la gira fue vista como un esfuerzo por mantener la conexión con los países miembros de la Commonwealth.
Reflexiones personales y compromiso con la concienciación sobre el cáncer
En abril de 2025, el rey Carlos y la reina Camila organizaron una recepción en el Palacio de Buckingham para honrar a organizaciones comunitarias que trabajan en la concienciación y apoyo a pacientes con cáncer. Durante el evento, el monarca compartió sus experiencias personales, describiendo el diagnóstico como una experiencia «desalentadora y, en ocasiones, aterradora», y destacó la importancia de la compasión y el apoyo durante la enfermedad.
El rey también rindió homenaje a la difunta activista Deborah James, citando su mensaje de «esperanza rebelde» como una fuente de inspiración. Su apertura sobre su lucha contra el cáncer ha sido elogiada por organizaciones benéficas y se considera que ha contribuido a reducir el estigma asociado a la enfermedad.
Impacto en la percepción pública y legado
La franqueza del rey Carlos respecto a su enfermedad ha sido vista como un gesto de cercanía y humanidad, fortaleciendo su conexión con el público. Su compromiso continuo con sus deberes reales, a pesar de los desafíos de salud, ha sido interpretado como una muestra de dedicación y resiliencia. Además, su participación activa en eventos relacionados con la salud ha resaltado la importancia de la detección temprana y el apoyo a los pacientes con cáncer.
En resumen, el diagnóstico de cáncer del rey Carlos III no solo ha afectado su salud personal, sino que también ha influido en su papel como figura pública, llevándolo a adoptar una postura más abierta y empática, y a utilizar su experiencia para promover la concienciación y el apoyo a quienes enfrentan enfermedades similares.