El político francés Raphael Glucksmann ha generado controversia al pedir a Estados Unidos que devuelva la Estatua de la Libertad. Sus declaraciones, realizadas en un mitin el domingo, han avivado el debate sobre la postura política de EE.UU. en asuntos internacionales, especialmente en relación con Rusia y Ucrania.
Glucksmann exige la devolución de la Estatua de la Libertad
Raphael Glucksmann, miembro del Parlamento Europeo y líder del partido de izquierda Place Publique, sorprendió al público al sugerir que Estados Unidos debería devolver la Estatua de la Libertad.
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“Devuélvannos la Estatua de la Libertad. Fue nuestro regalo para ustedes. Pero aparentemente la desprecian”, afirmó el político francés, argumentando que algunas decisiones recientes de EE.UU. contradicen los valores que la estatua representa.
La Estatua de la Libertad, inaugurada en 1886, fue un regalo de Francia a Estados Unidos como símbolo de amistad y libertad. Representa a Libertas, la diosa romana de la libertad, sosteniendo una antorcha y una tablilla con la fecha de la Declaración de Independencia de EE.UU. Además, a sus pies yacen cadenas rotas, simbolizando la abolición de la opresión.
Las declaraciones de Glucksmann han sido interpretadas como una crítica directa al expresidente Donald Trump y su postura sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Fotografía que muestra la Estatua de la Libertad, el 11 de junio de 2024, en Nueva York (NY, EE.UU.). EFE/ Sarah Yáñez-Richards
EE.UU. responde a la petición sobre la Estatua de la Libertad
La Casa Blanca no tardó en reaccionar a las palabras del político francés. Karoline Leavitt, secretaria de prensa del Gobierno de EE.UU., desestimó la propuesta de Glucksmann con un mensaje contundente.
“Mi consejo para ese político francés de bajo nivel, cuyo nombre no diré, es recordarle que es solo gracias a los Estados Unidos de América que los franceses no están hablando alemán en este momento, así que deberían estar muy agradecidos a nuestro gran país”, declaró Leavitt.
Las declaraciones generaron una oleada de reacciones en redes sociales y medios de comunicación, avivando el debate sobre la relación entre Francia y EE.UU.
Glucksmann insiste: «La Estatua de la Libertad encarna valores universales»
En respuesta a la crítica de la Casa Blanca, Glucksmann publicó una serie de mensajes en X e Instagram, donde aclaró su postura.
“Agradezco eternamente a los héroes estadounidenses que lucharon contra los nazis en la Segunda Guerra Mundial”, escribió, destacando que su crítica no va dirigida al pueblo estadounidense, sino a las recientes decisiones políticas de la administración Trump.
Glucksmann comparó la postura de EE.UU. durante la Segunda Guerra Mundial con la actitud actual de Trump hacia Rusia y Ucrania. “El Estados Unidos de esos héroes luchó contra los tiranos, no los halagó. Fue enemigo del fascismo, no amigo de Putin. Ayudó a la resistencia y no atacó a Zelensky”, agregó.
El político francés enfatizó que su petición sobre la Estatua de la Libertad es simbólica. “Nadie, por supuesto, vendrá a robar la Estatua de la Libertad. La estatua es suya. Pero lo que encarna pertenece a todos”, afirmó.
La Estatua de la Libertad en Nueva York. EFE/ Sarah Yáñez-Richards
Un debate más allá de la Estatua de la Libertad
Las declaraciones de Glucksmann han puesto sobre la mesa un debate más amplio sobre el papel de EE.UU. en la política global. Su discurso llega en un momento en el que Europa enfrenta incertidumbre sobre el compromiso estadounidense con la defensa y la estabilidad internacional.
En una reciente entrevista con la revista Le Nouvel Obs, Glucksmann destacó la necesidad de que las potencias europeas refuercen su gasto en defensa, anticipando que EE.UU. podría reorientar sus prioridades estratégicas en los próximos años.
Además, han surgido rumores sobre una posible candidatura presidencial de Glucksmann en Francia para 2027. Su creciente presencia mediática y sus posturas firmes en política internacional lo han convertido en una figura relevante dentro del panorama político francés.
Mientras tanto, la polémica sobre la Estatua de la Libertad sigue generando opiniones divididas en ambos lados del Atlántico.