Este domingo 18 de mayo, la Plaza de San Pedro en el Vaticano fue el escenario de la misa inaugural del Papa León XIV, marcando oficialmente el inicio de su pontificado como el sucesor número 267 del apóstol Pedro. La ceremonia, que comenzó a las 10:00 de la mañana, hora local, reunió a más de 150,000 personas, incluyendo a más de 150 delegaciones internacionales con líderes mundiales, representantes ecuménicos y de otras religiones. La celebración, cargada de simbolismo, destacó el mensaje de unidad y amor del nuevo pontífice, quien llamó a la Iglesia a «caminar junta en el amor de Dios» y pidió por la paz en regiones afectadas por conflictos como Gaza, Myanmar y Ucrania.
La liturgia tuvo lugar tanto dentro de la Basílica de San Pedro como en la plaza frente a ella, un espacio que se llenó de fieles y dignatarios desde primeras horas del día. Antes de la misa, el Papa León XIV recorrió los distintos sectores de la Plaza de San Pedro en un jeep, saludando a los asistentes que lo recibieron con aplausos y cánticos. Entre los presentes estuvieron la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, quien destacó el «vínculo inquebrantable» entre Italia y el Vicario de Cristo, y la presidenta de Perú, Dina Boluarte, quien tuvo una audiencia especial con el Papa debido a su conexión personal con el país sudamericano.
El rito y los símbolos
La ceremonia comenzó dentro de la Basílica Vaticana, donde el Papa, acompañado por los Patriarcas de las Iglesias Orientales, descendió a la tumba de San Pedro para un momento de oración e incienso, resaltando su vínculo con el apóstol. Posteriormente, dos diáconos llevaron el palio, el Anillo del Pescador y el Libro de los Evangelios al altar en el atrio de la plaza, mientras se entonaban las Laudes Regiæ, un canto litúrgico que invoca la intercesión de santos y mártires. El palio fue impuesto al Papa por el cardenal francés Dominique Mamberti, mientras que el Anillo del Pescador, símbolo del ministerio petrino, fue entregado por el cardenal Luis Antonio Tagle, Pro-Prefecto del Dicasterio para la Evangelización.
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Durante la homilía, pronunciada tras la proclamación del Evangelio en latín y griego, el Papa León XIV enfatizó que «este es el tiempo del amor», invitando a la Iglesia a permanecer unida como una familia y a construir puentes de diálogo. También rindió un emotivo homenaje a su predecesor, el Papa Francisco, destacando su legado de paz y misericordia. La oración de los fieles se realizó en cinco idiomas —portugués, francés, árabe, polaco y chino—, pidiendo por la Iglesia universal, el nuevo pontífice, los líderes mundiales, los que sufren y la asamblea presente.
Delegaciones y protocolo
La misa inaugural del Papa León XIV contó con la participación de delegaciones de todo el mundo, incluyendo reyes, jefes de Estado y representantes religiosos. La delegación española, encabezada por los Reyes, incluyó a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, y al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, quien expresó sus deseos de éxito al nuevo pontífice. La Reina Letizia lució el tradicional «privilegio del blanco», un código que permite a las reinas católicas vestir de blanco ante el Papa, un gesto que también fue adoptado por otras royals presentes, como Charlène de Monaco.
Al finalizar la ceremonia, el Papa se detuvo frente al Altar de la Confesión para saludar personalmente a las delegaciones oficiales, un momento que subrayó la dimensión global de su ministerio. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, destacó el «profundo mensaje de paz» del nuevo pontífice, aunque señaló que en Europa «la paz no puede darse por sentada». El evento también incluyó el simbólico rito de la «obediencia», donde doce representantes del pueblo de Dios, provenientes de diversas partes del mundo, rindieron homenaje al Papa.
Papa León XIV: Un nuevo comienzo
El Papa León XIV, cuyo nombre secular es Robert Prevost, es el primer pontífice estadounidense y también cuenta con ciudadanía peruana tras décadas de trabajo misionero en el país sudamericano. Su elección el pasado 8 de mayo marcó un hito, y su decisión de residir en el Palacio Apostólico, a diferencia de Francisco, quien optó por Santa Marta, indica un enfoque más tradicional en algunos aspectos. Su agenda para las próximas semanas incluye visitas a basílicas romanas como San Pablo Extramuros y San Juan de Letrán, así como su primer viaje internacional a Turquía el 20 de mayo, para conmemorar el 1700 aniversario del Concilio de Nicea.
La unidad y el diálogo serán ejes centrales de este pontificado, según lo expresado por el Papa en su homilía. Mientras tanto, los fieles de todo el mundo siguen con atención los primeros pasos de este líder que promete continuar el legado de Francisco, pero con su propio estilo, marcado por su experiencia como misionero y su formación agustina. El Vaticano ya se prepara para las próximas actividades del Papa, incluyendo su primera Audiencia General el 21 de mayo, donde se espera que continúe compartiendo su visión para la Iglesia.