Un nuevo capítulo se abre en las relaciones entre Canadá y Estados Unidos, tras meses de tensiones y disputas políticas. Esta vez, el presidente estadounidense Donald Trump recibió al primer ministro canadiense Mark Carney en la Casa Blanca. Este encuentro, el primero desde que Carney asumiera el cargo, se ha convertido en el centro de atención internacional, ya que se espera que marque el inicio de una nueva etapa en la relación entre ambos países.
Un encuentro para discutir «puntos difíciles»
La reunión comenzó de manera cordial, con sonrisas y apretones de manos, una dinámica que contrasta con las tensas amenazas previas de Trump, quien sugirió que Canadá podría convertirse en el estado número 51 de Estados Unidos. Este tema salió rápidamente durante las declaraciones de prensa, y Trump, con tono irónico, comentó: «No vamos a hablar de eso a menos que alguien quiera hacerlo. Sería una boda maravillosa». A lo que Carney respondió firmemente: «Nuestro país no está a la venta, y nunca lo estará».
A pesar de las bromas, ambos políticos coincidieron en que es fundamental abordar los «puntos difíciles» que persisten entre sus naciones. Uno de los temas más complejos es la guerra arancelaria que ha marcado los últimos años de relación bilateral. Trump, quien impuso aranceles del 25 % a productos de Canadá y México, continúa siendo una figura controversial para el primer ministro canadiense, quien prometió trabajar para obtener un mejor acuerdo para su país.
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El primer ministro de Canadá, Mark Carney, habla durante una reunión con el presidente estadounidense, Donald Trump (fuera de cuadro), en el Despacho Oval de la Casa Blanca, este 6 de mayo de 2025. EFE/Francis Chung/Pool
La guerra arancelaria: un obstáculo en las relaciones
Desde que Trump asumió la presidencia, las relaciones entre ambos países se vieron afectadas por la guerra comercial. Uno de los aspectos más controvertidos fue la imposición de aranceles sobre el acero y el aluminio canadienses, lo que desencadenó una serie de negociaciones que aún están en curso. Carney, al asumir como primer ministro, ha prometido restaurar los lazos económicos con Estados Unidos, pero advirtió que no se deben esperar acuerdos inmediatos.
La postura de Trump respecto a Canadá ha sido igualmente desafiante. El presidente ha declarado en varias ocasiones que Estados Unidos podría prescindir de productos canadienses, un comentario que ha causado preocupación en los círculos políticos de Ottawa. «Pase lo que pase, vamos a ser amigos de Canadá», comentó Trump en un tono más conciliador, pero la realidad de la guerra arancelaria sigue siendo un tema pendiente.
Carney y su enfoque en un nuevo enfoque económico
Mark Carney, quien reemplazó a Justin Trudeau como primer ministro de Canadá, ha dejado claro que su gobierno buscará cambiar la dinámica de la relación con Estados Unidos. El líder del Partido Liberal, de 60 años, ganó las elecciones del 28 de abril con la promesa de confrontar a Trump y de crear una nueva relación económica y de seguridad bilateral entre ambos países.
Carney ha subrayado que no es posible continuar con el mismo enfoque que prevaleció durante la administración de Trudeau, quien mantenía una postura más conciliadora con el gobierno estadounidense. En su discurso, Carney advirtió que no se deben esperar resultados inmediatos de esta reunión en la Casa Blanca, ya que las cuestiones arancelarias y comerciales son temas complejos y delicados.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, junto al primer ministro de Canadá, Mark Carney (fuera de cuadro), en el Despacho Oval de la Casa Blanca, este 6 de mayo de 2025. EFE/Francis Chung/Pool
La historia de las relaciones entre Canadá y Estados Unidos
Históricamente, Canadá y Estados Unidos han mantenido una relación cercana, basada en el comercio y la cooperación en temas de seguridad. Sin embargo, los últimos años han estado marcados por tensiones, especialmente después de que Trump impusiera aranceles a productos clave de Canadá. Estos aranceles, que incluyen un 25 % sobre el acero y un 10 % sobre el aluminio, fueron percibidos como una medida proteccionista que afectó negativamente la economía canadiense.
Además, las declaraciones de Trump sobre la posibilidad de que Canadá se convierta en el estado número 51 de Estados Unidos solo alimentaron la controversia. A pesar de estos desafíos, ambos países siguen siendo socios comerciales fundamentales, y Canadá sigue siendo el mayor exportador de productos energéticos a Estados Unidos.