El 8 de mayo, el cardenal Robert Prevost fue elegido como el papa número 267 de la Iglesia Católica. Su elección fue un acontecimiento histórico, ya que se convirtió en el primer pontífice estadounidense en la historia de la Iglesia. Su nombramiento fue anunciado mediante la tradicional humareda blanca en la Capilla Sixtina, marcando el inicio de su pontificado bajo el nombre de León XIV.
De la tabla de planchar al Vaticano: La vocación de Robert Prevost
La historia de Robert Prevost, quien desde niño usaba una tabla de planchar como altar en su casa de Dolton, Illinois, refleja una vocación profunda que se manifestaba desde sus primeros años. Según sus hermanos, Robert siempre supo cuál era su destino, y su vocación sacerdotal fue evidente incluso a la edad de cuatro años. En su infancia, mientras sus hermanos jugaban a policías y ladrones, él se vestía como sacerdote y ofrecía la comunión utilizando galletas Necco, un dulce estadounidense con forma de hostia.
«Jugábamos a policías y ladrones. Él jugaba a dar la comunión», recuerda su hermano John Prevost. Este fervor por la vida religiosa no pasó desapercibido en la comunidad. Un vecino de la familia llegó a vaticinar que Robert sería el primer papa estadounidense.
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La larga trayectoria del papa León XIV
Nacido en 1955 en el sur de Chicago, Robert Prevost creció en una comunidad obrera. Desde joven, mostró una gran devoción religiosa, lo que lo llevó a convertirse en misionero agustino en Perú. Su tiempo en América Latina fue fundamental para comprender los desafíos sociales de la región y desarrollar una espiritualidad cercana a las periferias, algo que podría influir en su estilo pastoral como papa.
Durante su tiempo en el Perú, el futuro papa León XIV trabajó estrechamente con comunidades desfavorecidas, compartiendo con ellos las dificultades y luchas diarias. Esta experiencia le permitió forjar una conexión profunda con los pobres y marginados, una característica que comparte con el papa Francisco, quien también estuvo en América Latina en su época de formación. Para muchos, la cercanía de ambos papas con las realidades de América Latina representa una base común de principios y valores.
El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, en una fotografía de archivo. EFE/EPA/Fabio Frustaci
Una elección inesperada, pero predecible
A pesar de su larga trayectoria en el clero, la elección de Robert Prevost como papa sorprendió a muchos, incluso a su propia familia. Pocos días antes del cónclave, su hermano John le había mencionado que podría ser él el elegido. Sin embargo, Robert desestimó la idea: «Tonterías. No van a elegir a un papa estadounidense», le respondió. Cuando la fumata blanca anunció su nombre, la sorpresa fue enorme. «Cuando escuché ‘Roberto’, supe que era él», confesó Louis, su hermano mayor. A pesar de la emoción y el orgullo de la familia, también se vivieron momentos de reflexión. «Me sentí agradecido de estar acostado, porque si no me hubiera caído», dijo Louis, quien estaba enfermo cuando recibió la noticia.
La familia de León XIV: Raíces hispanas y fe
La familia de Robert Prevost resalta su profundo sentido de la fe y la cercanía con la comunidad hispana, lo que también influyó en su elección del nombre de León XIV. Sus años como misionero en Sudamérica, particularmente en Perú, le permitieron forjar un lazo cultural y espiritual con el pueblo latinoamericano. «Creo que él y el papa Francisco eran almas afines», comentó su hermano John, quien también destacó que ambos compartieron experiencias similares de trabajo pastoral en Sudamérica.
El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, en una fotografía de archivo. EFE/EPA/Riccardo Antimiani
La personalidad del papa León XIV: Humildad y sentido del humor
Más allá de su intelecto brillante y su experiencia religiosa, aquellos que lo conocen destacan su humanidad, su humildad y su sentido del humor. Su hermano Louis considera que estas cualidades fueron decisivas para su elección. «Tiene una inteligencia brillante, un gran sentido del humor y es muy humano», explicó.
A pesar de su nuevo rol como papa, la familia asegura que Robert sigue siendo la misma persona sencilla y cercana. «Es una persona común y corriente. Le encantan los White Sox, la pizza y caminar por el vecindario cuando puede», comentó John, destacando que, aunque ahora es el líder de la Iglesia Católica, mantiene su autenticidad y sus raíces humildes.
Un papa de barrio con alma misionera
Robert Prevost siempre se sintió profundamente conectado con las realidades del pueblo. Su amor por el béisbol y su cercanía con la vida cotidiana del sur de Chicago contrastan con la imagen tradicional del papa, pero esta sencillez es justamente lo que lo hace cercano a los fieles. Esta conexión con las periferias y su enfoque en la espiritualidad de las personas más desfavorecidas son características que probablemente guiarán su pontificado.
«Es simplemente increíble», dijo Louis, su hermano mayor, sobre la elección de Robert como papa. Para la familia Prevost, más allá de la simbología histórica de tener un pontífice estadounidense, esta elección representa el cumplimiento de un destino marcado por la fe y la vocación religiosa de Robert desde su niñez.