La situación de inseguridad en Haití sigue empeorando a medida que las bandas armadas toman el control de diversas áreas del país, desestabilizando aún más un ya frágil gobierno y una población civil que vive atrapada en un conflicto prolongado. Este lunes, 31 de marzo, los miembros de la coalición armada Vivre Ensemble (Vivir Junto) irrumpieron en la ciudad de Mirebalais, en el centro del país, liberando a cientos de presos, incendiando viviendas y desatando una ola de violencia que pone en evidencia la creciente amenaza de las bandas en Haití.
Ataque a la cárcel y al control de Mirebalais
El ataque a la ciudad de Mirebalais ocurrió después de que civiles y miembros de la policía intentaran resistir a las bandas que han venido tomando el control de las áreas periféricas y urbanas de Haití. Según informes locales, los atacantes, que se identificaron como parte de la coalición Vivre Ensemble, irrumpieron en la cárcel civil de Mirebalais, liberando a un número significativo de prisioneros, entre ellos algunos de alta peligrosidad. La violencia continuó con la toma de la estación de policía y la quema de diversas viviendas, en lo que parece ser parte de una estrategia más amplia de las pandillas para fortalecer su poder territorial.
Te Recomendamos
La situación se volvió más grave cuando se difundieron videos en redes sociales mostrando a los miembros de las pandillas celebrando el ataque. «Aquí están los prisioneros, aquí están», se escucha en un video, mientras los reclusos sonríen en un entorno de desorden, con armas automáticas visibles. La liberación de prisioneros forma parte de la táctica común de las bandas armadas, que buscan reforzar su número de efectivos y aumentar su control sobre las áreas donde operan.
Un hombre protesta este sábado, en Puerto Príncipe (Haití), donde opera una misión multinacional contra las bandas armadas. EFE/ Mentor David Lorens
El impacto de las bandas armadas en la seguridad de Haití
El avance de las pandillas en Haití ha incrementado la violencia, con un número cada vez mayor de víctimas. Según el informe de la ONU, entre julio y febrero pasados, al menos 4,239 personas fueron asesinadas en Haití, mientras que otras 1,356 resultaron heridas, todas víctimas de la violencia generada por las bandas. A pesar del embargo de armas impuesto por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, las armas de fuego continúan entrando al país ilegalmente, exacerbando la crisis de seguridad.
En los últimos años, las bandas armadas han dominado una gran parte de las zonas urbanas y rurales del país, despojando a la población de su seguridad básica. Los miembros de estas organizaciones delictivas son responsables de asesinatos, secuestros y extorsiones, así como de ataques a lugares estratégicos, como hospitales y estaciones de policía. En el caso de Mirebalais, la violencia alcanzó un nuevo nivel, con las bandas tomando el control de instituciones clave de la ciudad, incluyendo el Hospital Universitario de Mirebalais (HUM), y obligando a miles de personas a abandonar sus hogares en busca de refugio en áreas cercanas.
Un motociclista transita frente a una barricada durante una protesta este sábado, en Puerto Príncipe (Haití), donde opera una misión multinacional contra las bandas armadas. EFE/ Mentor David Lorens
La respuesta de la policía y la ONU a la violencia en Haití
Ante los recientes ataques, la Policía Nacional de Haití, que ha estado luchando contra las pandillas desde hace meses, recibió refuerzos, incluidos vehículos blindados, para hacer frente a la creciente amenaza. A pesar de estos esfuerzos, las bandas armadas continúan consolidando su poder, y los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los delincuentes se han intensificado en las últimas semanas.
Por otro lado, la ONU ha estado tratando de intervenir en la crisis mediante la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), que fue autorizada por el Consejo de Seguridad en octubre de 2023. Sin embargo, los recursos proporcionados han sido insuficientes y la misión no ha logrado contener la violencia de las pandillas de manera efectiva. La situación en Haití sigue siendo crítica, con un gobierno débil y una creciente falta de control sobre el territorio.
Desplazados y crisis humanitaria
La violencia en Haití no solo ha provocado una gran cantidad de víctimas mortales y heridas, sino que también ha desplazado a decenas de miles de personas. Los desplazados, muchos de los cuales han huido de las zonas más afectadas por las pandillas, se enfrentan a condiciones de vida extremadamente difíciles en refugios temporales o en zonas rurales. En este contexto, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, destacó que la mayoría de las víctimas de los crímenes cometidos entre julio y febrero fueron asesinadas con armas de fuego que llegaron al país de manera ilegal, a pesar de los esfuerzos internacionales por controlar el tráfico de armas.