Bolivia enfrenta una crisis por lluvias intensas y sus consecuencias devastadoras. La reciente declaración de «emergencia nacional» por parte del presidente Luis Arce, debido a los desastres causados por las lluvias, ha marcado un antes y un después en la respuesta gubernamental ante las catástrofes naturales. Desde noviembre, las lluvias torrenciales han dejado 51 muertos y alrededor de 379,000 familias damnificadas en todo el país, con 209 municipios afectados. Este es uno de los desastres naturales más graves que Bolivia ha enfrentado en más de 40 años.
Desbordamiento de ríos y derrumbes afectan a Bolivia
Las lluvias que iniciaron en noviembre del año pasado, han causado desbordes de ríos, deslizamientos de tierra y graves inundaciones en varias regiones del país. El impacto de las lluvias ha variado según la zona de Bolivia, pero las regiones más afectadas han sido Beni, en la Amazonía, Chuquisaca, La Paz y Santa Cruz. El presidente Arce destacó que la situación es crítica en estos departamentos, los cuales han sido declarados en desastre o emergencia.
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A pesar de los esfuerzos del gobierno para contener la situación, los efectos son devastadores. En La Paz, las fuertes lluvias han provocado desbordes de ríos y deslizamientos que han dejado casas severamente dañadas. Además, las comunidades indígenas del altiplano también han sufrido inundaciones que han afectado sus cultivos de papa, quinua y ganado camélido, esenciales para su subsistencia.
Un joven intenta recuperar un mueble en una zona afectada por las lluvias este miércoles, en Santa Cruz (Bolivia). EFE/ Juan Carlos Torrejón
La magnitud de la emergencia
Con la declaración de emergencia nacional, Bolivia ha movilizado a más de 4,000 militares para colaborar en las tareas de rescate y distribución de ayuda humanitaria. Hasta la fecha, se han entregado más de 234 toneladas de asistencia a las regiones más afectadas, y se han desplegado brigadas médicas para atender a los damnificados. Sin embargo, la situación sigue siendo crítica. En la Amazonía, comunidades enteras se han visto desplazadas por el desbordamiento del río Beni, mientras que la escasez de agua potable y la destrucción de cultivos han agravado la situación.
El Gobierno boliviano ha activado un plan de ayuda urgente, que incluye la entrega de recursos y la movilización de equipos técnicos para enfrentar la emergencia. En Santa Cruz, la región más poblada y económica de Bolivia, se han registrado desbordamientos de ríos que han inundado varios barrios, como Puerto Pailas. El agua llegó de manera inesperada y afectó a muchas familias, que ahora buscan refugio en centros de albergue habilitados por las autoridades.
Una mujer camina por una zona afectada por las lluvias este miércoles, en Santa Cruz (Bolivia). EFE/ Juan Carlos Torrejón
Los efectos económicos y sociales del desastre
El impacto de las lluvias no solo se ha sentido en términos de infraestructura y pérdidas humanas, sino también en los aspectos económicos y sociales del país. La región de Santa Cruz, que es un motor económico clave de Bolivia, ha experimentado inundaciones masivas que afectan a la industria y al comercio. Las inundaciones han dañado carreteras y puentes importantes que conectan las regiones productivas del país.
Además, muchas familias se han quedado sin hogar, lo que ha incrementado la presión sobre los servicios de albergue y asistencia social. En Viacha, un municipio cercano a La Paz, las lluvias han causado estragos, con ríos desbordados que inundaron zonas rurales y periféricas. En el caso de Bertha Canaviri, una costurera que perdió su hogar, las autoridades locales han facilitado su evacuación y la de otras familias afectadas, además de proveerles ayuda básica como alimentos y ropa.
Una indígena aimara camina por el borde de un río tras fuertes lluvias este viernes, en Viacha (Bolivia). EFE/ Luis Gandarillas
La respuesta del Gobierno y la cooperación internacional
El presidente Arce ha pedido al Congreso que desbloquee créditos para poder enfrentar la situación de emergencia. En respuesta, la Cámara de Senadores aprobó un crédito de 75 millones de dólares del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, destinado a atender emergencias por desastres naturales, incluidos los causados por las lluvias.
A pesar de estos esfuerzos, se prevé que las lluvias continúen hasta principios de abril, lo que mantendrá el riesgo de más inundaciones y desastres. De hecho, la situación en Santa Cruz sigue siendo crítica, con alertas de nuevos desbordamientos de ríos y el agravamiento de las inundaciones en los próximos días.