El Partido Laborista de Australia, liderado por el primer ministro Anthony Albanese, logró una contundente victoria con mayoría absoluta en las elecciones en Australia celebradas este sábado. La oposición conservadora, alineada con políticas similares a las del expresidente estadounidense Donald Trump, sufrió un fuerte revés en una jornada marcada por la incertidumbre sobre la futura relación bilateral con Washington.
Desde el suburbio de Marrickville, en Sídney, una de las zonas más leales al laborismo, Albanese se dirigió emocionado a sus seguidores incluso antes de que se completara el 50% del escrutinio. “Los australianos han elegido un Gobierno laborista mayoritario”, exclamó ante una multitud entusiasta.
Con el 66% de los votos contabilizados, los laboristas ya aseguraban 83 escaños, superando los 76 necesarios para formar Gobierno sin alianzas. En contraste, la coalición conservadora Liberal-Nacional apenas alcanzaba 23 escaños, y su líder, Peter Dutton, perdió el distrito de Dickson, Queensland, que había representado durante más de dos décadas.
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El primer ministro australiano, Anthony Albanese, su pareja, Jodie Haydon, y su hijo Nathan saludan a la multitud. EFE/EPA/LUKAS COCH
Las elecciones en Australia reafirman el liderazgo de Albanese
Albanese, de 62 años, se convirtió en el primer líder laborista reelegido desde 2004, un hito significativo para su partido y su carrera política. Durante la campaña, el primer ministro prometió reducir el precio de la electricidad, bajar impuestos y facilitar el acceso a la vivienda para los jóvenes, en un intento por contrarrestar la creciente presión económica que enfrenta la clase media australiana.
Las elecciones en Australia también se vieron influenciadas por la política exterior. En particular, la relación con Estados Unidos bajo el posible retorno de Trump a la Casa Blanca tuvo un peso considerable. Albanese se comprometió a visitar Washington como su primer destino internacional, con la intención de renegociar los aranceles estadounidenses, en especial aquellos que afectan al acero y al aluminio.
A pesar de sus críticas hacia las políticas económicas de Trump, el primer ministro aseguró que no respondería con represalias, para no afectar aún más el costo de vida en Australia. Su postura moderada contrastó con la estrategia del opositor Dutton, quien adoptó un enfoque más agresivo, alineándose con el discurso populista de Trump.
Un grupo de personas deposita su voto en la cabina electoral del Bondi Surf Bathers Life Saving Club el día de las elecciones federales, en la circunscripción de Wentworth, en Sídney, Australia. EFE/EPA/Bianca De Marchi
Un giro inesperado en las elecciones en Australia
La victoria laborista no fue anticipada por los sondeos. Las encuestas de finales de marzo mostraban un empate técnico entre ambos bloques, y aunque en las últimas semanas se inclinaban hacia Albanese, ningún estudio preveía una mayoría absoluta. Este giro inesperado ha reconfigurado el panorama político del país oceánico y debilitado seriamente al bloque conservador.
El senador James Paterson, portavoz del Partido Liberal, atribuyó la derrota al llamado “factor Trump”. “Fue devastador para los conservadores en Canadá y ahora también en Australia”, declaró en entrevista con la televisión pública. Según Paterson, la imprevisibilidad de la política exterior estadounidense bajo Trump debilitó la campaña de Dutton.
Los analistas señalan que la derrota de Dutton también se debe a errores estratégicos durante la campaña, entre ellos su falta de conexión con los votantes jóvenes y la ambigüedad en temas clave como el cambio climático y la salud pública. Además, su respaldo a medidas arancelarias propuestas por Trump fue visto por algunos sectores empresariales como una amenaza para la economía australiana.
Reacciones internacionales tras las elecciones en Australia
El triunfo laborista tuvo eco a nivel internacional. El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, felicitó a Albanese por su reelección y expresó el interés de Washington en fortalecer los lazos con Canberra. “Estados Unidos espera profundizar su relación con Australia para avanzar en nuestros intereses comunes y promover la libertad y la estabilidad en el Indo-Pacífico”, señaló en un comunicado.
También desde Bruselas llegaron mensajes de apoyo. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, celebró la victoria laborista y subrayó la importancia de las relaciones bilaterales con Australia. “Europeos y australianos no solo somos amigos: somos compañeros. Profundicemos nuestra cooperación”, publicó en sus redes sociales.
Von der Leyen aprovechó la ocasión para abogar por un relanzamiento del tratado de libre comercio entre Australia y la Unión Europea, cuyas negociaciones se estancaron en 2023 debido a desacuerdos sobre denominaciones de origen y productos agrícolas. La estabilidad política que ofrece esta nueva mayoría laborista podría ser la clave para destrabar las conversaciones.
