El papa León XIV honra a mártires de la Amazonía ecuatoriana
El papa León XIV dio un paso significativo en el reconocimiento de la entrega y sacrificio de dos misioneros que perdieron la vida en la selva amazónica de Ecuador. Este jueves, la Santa Sede anunció que el pontífice firmó los primeros decretos que abren el camino hacia la beatificación de Alejandro Labaka Ugarte y Inés Arango Velásquez, dos religiosos que fueron asesinados violentamente en 1987 mientras cumplían su misión en la Amazonía.
Primeros decretos para la beatificación de mártires en Ecuador
Durante una audiencia con Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para la Causa de los Santos, el papa León XIV aprobó los decretos que reconocen “la oferta de la vida” de los dos misioneros y las “virtudes heroicas” del obispo indio Matteo Makil. Estas son las primeras medidas oficiales en los procesos de canonización promovidos por el papa desde que asumió el pontificado el 8 de mayo.
La “oferta de la vida” es una categoría introducida por el papa Francisco en 2017, que permite iniciar un proceso de beatificación para quienes han entregado libremente su vida en servicio a los demás, especialmente en contextos de gran peligro o persecución.
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Quiénes fueron Alejandro Labaka Ugarte y Inés Arango Velásquez
Alejandro Labaka Ugarte, conocido en su vida religiosa como Manuel de Beizama, nació en 1920 en Beizama, en la región vasca de España. Perteneciente a la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, se dedicó al trabajo misionero en Ecuador, donde fue vicario apostólico en la región de Agarico, en la Amazonía. En 1987, fue asesinado por lanzas durante un contacto con una comunidad indígena aislada.
Inés Arango Velásquez, con el nombre religioso de María Nieves de Medellín, nació en 1937 en Colombia. Fue monja profesa de la Congregación de las Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia. Murió el mismo día que Labaka, el 21 de junio de 1987, en la Amazonía ecuatoriana, cuando ambos fueron atacados por miembros de un pueblo indígena que buscaban proteger su territorio frente a la incursión de empresas petroleras.
El proceso de santidad: etapas y requisitos
El camino hacia la santidad en la Iglesia Católica tiene varias etapas. Primero, el candidato es declarado “Venerable Siervo de Dios” cuando se reconoce que vivió virtudes heroicas. Luego, tras la comprobación de un milagro atribuido a su intercesión, puede ser beatificado y recibir el título de “Beato”. Finalmente, la canonización, o declaración de santo, requiere un segundo milagro posterior a la beatificación.
En este caso, el reconocimiento de la “oferta de la vida” abre la posibilidad de avanzar más rápido hacia la beatificación, al considerar que los misioneros entregaron su vida voluntariamente en defensa de su misión y de los pueblos indígenas de la Amazonía.
Importancia del reconocimiento en el contexto amazónico
El reconocimiento de estos mártires cobra especial relevancia en un contexto donde la Amazonía ecuatoriana sigue enfrentando conflictos por la protección ambiental y los derechos de los pueblos originarios frente a la explotación petrolera y otros intereses económicos.
El sacrificio de Alejandro Labaka y de Inés Arango es visto como un símbolo del compromiso misionero y de la defensa de los más vulnerables en territorios aislados y vulnerables, donde la presencia de la Iglesia ha sido fundamental para apoyar comunidades indígenas.
El papa León XIV, un misionero con experiencia en América Latina
León XIV, quien antes de ser elegido papa trabajó durante décadas como misionero en Perú, ha mostrado un especial interés en promover causas vinculadas con la defensa de la vida y la dignidad de los pueblos originarios de América Latina. Su impulso para abrir estos procesos de beatificación es un reflejo de su compromiso pastoral con las regiones amazónicas.
Futuro de la causa de canonización
Con estos decretos, los procesos para la beatificación de Alejandro Labaka y de Inés Arango avanzan formalmente. El siguiente paso será la verificación de un milagro atribuido a su intercesión, requisito indispensable para ser declarados beatos.
Este reconocimiento oficial por parte de la Santa Sede también pone en el foco internacional la historia de estos dos misioneros, su legado y la difícil realidad que viven las comunidades indígenas de la Amazonía ecuatoriana.