¿Deshielo económico? China evalúa si es momento de hablar con EE.UU. sobre tarifas
El Gobierno de China ha informado este viernes que está «evaluando» la posibilidad de entablar negociaciones con Estados Unidos sobre las tarifas impuestas en los últimos años. La administración de Donald Trump había intensificado la guerra comercial con Pekín mediante una serie de aranceles, lo que generó tensiones económicas a nivel global. Este cambio en la postura de China podría indicar una apertura hacia el diálogo, aunque con condiciones claras.
El portavoz del Ministerio de Comercio chino señaló que China ha observado las declaraciones de altos funcionarios estadounidenses que han expresado repetidamente su disposición para iniciar conversaciones con Pekín. El Gobierno chino dejó claro que se encuentra en una fase de evaluación, pero que la disposición para hablar está condicionada a la sinceridad por parte de EE. UU.
Los términos de China para las conversaciones
«Si hablamos, la puerta está abierta», afirmó el portavoz del Ministerio de Comercio chino. Sin embargo, subrayó que la apertura al diálogo no significa un consentimiento sin condiciones. La postura de Pekín se mantiene firme en cuanto a las prácticas de EE. UU. durante el conflicto arancelario. «Si Estados Unidos quiere hablar, debería mostrar su sinceridad», indicó el funcionario chino.
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De acuerdo con las autoridades chinas, la responsabilidad del inicio de la guerra comercial recae sobre Estados Unidos, que adoptó un enfoque unilateral al imponer los aranceles. Pekín considera que para que las negociaciones sean fructíferas, Washington debe corregir sus «prácticas incorrectas» y cancelar las tarifas unilaterales antes de que cualquier diálogo serio pueda tener lugar.
El contexto de la guerra comercial entre EE. UU. y China
La disputa arancelaria entre ambos países comenzó durante la administración de Donald Trump, quien implementó una serie de medidas económicas contra China para reducir el déficit comercial de Estados Unidos y presionar a Pekín en temas relacionados con la propiedad intelectual y el robo de tecnología. Esta guerra comercial impactó las economías de ambas naciones y generó incertidumbre en los mercados globales.
En los últimos meses, EE. UU. ha mostrado señales de querer reducir algunas de las tarifas impuestas, lo que podría abrir un camino hacia la diplomacia. No obstante, China ha sido clara en cuanto a la necesidad de que Estados Unidos haga ajustes significativos antes de que pueda haber un entendimiento real entre ambas potencias económicas.
Las condiciones de China para el diálogo
China ha insistido en que, aunque está dispuesta a considerar conversaciones, estas deben basarse en un enfoque mutuo de respeto y compromiso. «Decir una cosa y hacer otra, o incluso coaccionar y chantajear bajo el pretexto de negociar, no funcionará con China», afirmó el portavoz. Esta declaración subraya la falta de confianza entre los dos países debido a los intercambios anteriores durante la guerra comercial.
Además, Pekín ha advertido que si Estados Unidos no rectifica sus políticas arancelarias, cualquier intento de diálogo podría resultar en una mayor desconfianza y complicar aún más las relaciones bilaterales. La postura de China, por tanto, parece estar orientada a garantizar que cualquier acuerdo que se alcance sea beneficioso para ambas partes, sin presiones externas ni imposiciones unilaterales.
El futuro de las negociaciones
El futuro de las negociaciones depende en gran medida de la disposición de ambos países para hacer concesiones. Aunque las declaraciones de funcionarios de EE. UU. sugieren una apertura al diálogo, Pekín mantiene sus expectativas claras sobre las condiciones previas para que se pueda avanzar. Si bien el contexto económico global podría favorecer un deshielo, las tensiones previas no desaparecen fácilmente y las negociaciones serán complejas.
China también está atenta a la política interna de Estados Unidos, especialmente en un contexto electoral en el que los temas de comercio y relaciones internacionales suelen ser puntos clave en los discursos de campaña. Cualquier cambio en las posturas de ambos países podría depender no solo de factores económicos, sino también de consideraciones políticas internas.