El gobierno de Estados Unidos ha dejado claro que, si China desea llegar a un acuerdo comercial, debe dar el primer paso. Así lo afirmó este martes la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en medio de una nueva escalada provocada por los aranceles de Trump a China, reimpuestos a principios de abril.
“El balón está en su tejado. China necesita alcanzar un acuerdo con nosotros. No tenemos por qué hacerlo nosotros con ellos. No hay diferencia entre China y cualquier otro país, excepto que ellos son mucho más grandes”, explicó Leavitt durante una conferencia de prensa celebrada en Washington.
Añadió que China busca lo mismo que todos los países: “al consumidor estadounidense”. En sus palabras, “necesitan nuestro dinero”, dejando claro que la presión comercial vuelve a centrarse en la potencia asiática.
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Aranceles de Trump a China alcanzan el 145% y provocan crisis en exportadores
A inicios de abril, el expresidente Donald Trump anunció un aumento drástico en los impuestos sobre las importaciones chinas, elevando los gravámenes hasta un 145% en algunos productos. Beijing respondió elevando sus propios aranceles sobre bienes estadounidenses hasta un 125%.
Aunque la administración de Trump suavizó su postura con otros países, manteniendo un arancel general del 10%, la política hacia China fue distinta. Según analistas, esta diferencia obedece a la estrategia del expresidente de utilizar los aranceles de Trump a China como herramienta de presión económica y política.
Trump ya había iniciado una guerra comercial durante su primer mandato, lo que resultó en la renegociación del tratado comercial con Canadá y México. La administración Biden mantuvo gran parte de estos aranceles, aunque con un enfoque más selectivo.
Sin embargo, el reciente anuncio de Trump ha reactivado viejas tensiones. En la Feria de Importación y Exportación de China (Feria de Cantón), los efectos de los nuevos aranceles ya se sienten. Exportadores y fabricantes reportan una caída abrupta en los pedidos de empresas estadounidenses.
Candice Li, gerente de marketing de Conmo Electronic Co., explicó que “entre el 60 % y el 70 % de nuestro negocio proviene de clientes estadounidenses. Ahora, los pedidos han desaparecido. La presión que soportamos es extrema”.
Li advierte que si la disputa se prolonga, las consecuencias podrían ser graves: “Cuando no se pagan los salarios, el desempleo se convierte en un problema real”.
Fotografía de archivo de 2017 en la que se observa al entonces presidente estadounidense, Donald J. Trump (i), y al presidente chino, Xi Jinping (d), durante una rueda de prensa en el Gran Palacio del Pueblo, en Pekín (China). EFE/Roman Pilipey
Impacto global de los aranceles de Trump a China: empresas, ferias y consumidores
La Feria de Cantón, celebrada en la ciudad de Guangzhou, es el mayor evento comercial de China. En esta edición, más de 30.000 expositores presentan sus productos en una superficie superior a 200 campos de fútbol. Sin embargo, la asistencia de compradores extranjeros cayó un 33% respecto a la edición de noviembre.
Según cifras oficiales, solo el 10% de los asistentes provienen de Estados Unidos y Europa, cuando en la última edición representaban el 20%. Esta disminución refleja la incertidumbre que los aranceles de Trump a China han generado en el comercio internacional.
Amy Ye, empleada de un exportador de máquinas recreativas, confirmó que “varios clientes estadounidenses suspendieron sus planes de pago desde que se anunciaron los nuevos aranceles”. Otras empresas están comenzando a buscar mercados alternativos, como Rusia.
Incluso los importadores estadounidenses, como Levy Spence, presidente de Air Esscentials, se muestran cautelosos: “Cada día me despierto con un arancel diferente. Todos los precios están subiendo. Incluso los productos fabricados en EE. UU. se ven afectados porque las materias primas provienen de todo el mundo”.
Este aumento de costos no solo afecta a los fabricantes, sino también a los consumidores. Economistas advierten que los aranceles de Trump a China podrían traducirse en una subida de precios generalizada, haciendo que los hogares paguen la factura final del conflicto.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump (d), junto al mandatario de China, Xi Jinping (i), en una fotografía de archivo. EFE/ Thomas Peter / Pool
Aranceles de Trump a China: ¿estrategia electoral o amenaza real?
El retorno de Trump a la escena política con medidas proteccionistas revive el debate sobre su estrategia económica. Durante su primer mandato, usó los aranceles como palanca para negociar acuerdos, pero también como herramienta de presión geopolítica.
Ahora, en plena campaña hacia las elecciones presidenciales de 2026, el expresidente parece repetir la fórmula, apuntando nuevamente a China como el adversario principal. Algunos analistas interpretan esta postura como un intento de reforzar su imagen ante el electorado más conservador.
Sin embargo, los efectos de esta estrategia ya se sienten fuera de las urnas. La gerente de ventas de Dongguan Weidi Information Tech, Xiong Meilin, señaló que los aranceles de Trump a China están obligando a las empresas a replantear sus modelos de negocio: “Muchos proveedores ya exploran mercados alternativos. Nosotros también estamos mirando hacia Rusia”.