El reciente anuncio del gobierno canadiense de imponer un arancel del 25% a los automóviles procedentes de Estados Unidos que no se ajustan al tratado T-MEC ha generado gran preocupación tanto en la industria automotriz como en los consumidores de ambos países. La medida, tomada en represalia por la decisión de Estados Unidos de aplicar aranceles a vehículos, podría afectar a una amplia variedad de modelos y marcas, alterando las dinámicas comerciales entre los dos países y redefiniendo la relación económica que Canadá ha mantenido con su vecino durante décadas.
Los detalles del arancel y su impacto en los vehículos
La medida que Canadá ha implementado es clara: un arancel del 25% se aplicará a los automóviles fabricados en Estados Unidos que no cumplen con las normativas del T-MEC, el acuerdo comercial entre Canadá, Estados Unidos y México. A diferencia de otros tipos de gravámenes, esta decisión no afecta a los vehículos que provienen de México ni a los componentes de automóviles fabricados en EE. UU., los cuales siguen siendo una parte vital del sistema de producción integrado de América del Norte.
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¿Qué autos serán los más afectados por el arancel del 25%?
Los automóviles que se ven directamente afectados son aquellos que no cumplen con las nuevas normas establecidas en el tratado de libre comercio T-MEC. El T-MEC fue diseñado para promover una mayor integración entre los tres países del continente, estableciendo una serie de reglas para asegurar que los productos que se comercializan dentro de esta zona comercial estén alineados con ciertos estándares de producción, empleo y comercio.
En términos simples, si un vehículo estadounidense no cumple con los requisitos del T-MEC, como el porcentaje de partes fabricadas en Norteamérica, su importación a Canadá quedará sujeta a este arancel. Esto afectará a varias marcas de automóviles, especialmente a aquellas que dependen de cadenas de suministro más globalizadas o que han fabricado sus modelos en otras partes del mundo, como China o Europa.
Modelos de fabricantes de automóviles estadounidenses como General Motors (GM), Ford y Chrysler, que producen vehículos en varias plantas internacionales, podrían verse especialmente impactados por esta medida. Los vehículos producidos en EE. UU. pero que no cumplen con los requisitos de contenido regional del T-MEC podrían experimentar un aumento considerable en su precio, lo que podría desincentivar a los consumidores canadienses de adquirirlos.
Vehículoss en un lote cerca del río Patapsco en Baltimore, Maryland, EE.UU., en una fotografía de archivo. EFE/EPA/Michael Reynolds
Reacción del gobierno canadiense y su estrategia
El primer ministro canadiense, Mark Carney, ha explicado que esta decisión se toma como una represalia frente a los aranceles impuestos por Estados Unidos al sector automotriz canadiense. Según Carney, las políticas del presidente Trump han fracturado el sistema global de comercio, lo que ha tenido efectos negativos en la economía mundial y, especialmente, en la relación económica entre Canadá y Estados Unidos.
Carney subrayó que, aunque Canadá estaba dispuesto a colaborar con Estados Unidos en términos comerciales, las acciones unilaterales tomadas por el gobierno estadounidense forzaron a Canadá a actuar con medidas equivalentes. En lugar de aplicar aranceles de manera indiscriminada, Canadá ha optado por una estrategia más matizada, dirigiendo sus gravámenes hacia los vehículos que no se ajustan al T-MEC, lo que pone en evidencia su intención de proteger a los productores canadienses y al mismo tiempo preservar el sistema de integración económica que durante mucho tiempo ha beneficiado a todos los países involucrados.
Fotografía de archivo de Mark Carney en Londres, Reino Unido. EFE/EPA/Andy Rain
¿Qué significa esto para la industria automotriz?
Para la industria automotriz en Canadá, este arancel de 25% puede tener consecuencias de largo alcance. En primer lugar, es probable que los consumidores canadienses enfrenten un aumento en los precios de los automóviles fabricados en EE. UU., lo que podría llevar a una caída en las ventas de vehículos importados de ese país. Además, los fabricantes de automóviles en EE. UU. deberán evaluar si es rentable seguir exportando modelos que no cumplen con los requisitos del T-MEC a Canadá, lo que podría llevar a una reevaluación de sus operaciones internacionales.
Otro factor importante a considerar es la posible reducción en las inversiones en la industria automotriz canadiense. Si los fabricantes de automóviles estadounidenses deciden reducir sus exportaciones hacia Canadá o mover su producción a otras partes del mundo para evitar los aranceles, Canadá podría perder empleo y producción en este sector clave. Esto también afectaría a los trabajadores canadienses que dependen de la industria automotriz, uno de los sectores más grandes y antiguos del país.
¿Qué vehículos y fabricantes estarán más afectados por el arancel del 25%?
Aunque no hay una lista específica de vehículos afectados, algunos modelos fabricados por grandes automotrices estadounidenses, como General Motors, Ford y Stellantis (anteriormente Fiat Chrysler), podrían enfrentar un aumento de precio debido a los aranceles de Canadá. Entre los modelos que podrían verse afectados se encuentran:
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Ford Mustang: Fabricado en plantas de EE. UU., podría no cumplir con los requisitos del T-MEC debido a la alta proporción de partes no producidas en Norteamérica.
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Chevrolet Malibu: Este modelo es producido en diversas ubicaciones, incluyendo plantas fuera de América del Norte, lo que podría hacerlo vulnerable a los aranceles canadienses.
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Dodge Ram: Las versiones de camionetas de esta marca, producidas principalmente en EE. UU. pero con componentes de otras partes del mundo, también estarían bajo la mira de estos nuevos impuestos.
Sin embargo, algunos modelos que son fabricados con altos porcentajes de piezas provenientes de México o que cumplen completamente con las reglas del T-MEC no se verán afectados por esta medida. Además, Canadá ha subrayado que los componentes de automóviles fabricados en EE. UU. y exportados a Canadá no estarán sujetos a los nuevos aranceles, lo que podría ser una medida de alivio para los fabricantes que dependen de estas piezas para ensamblar vehículos en Canadá.