La Feria de Cantón, la mayor exposición comercial de China, se ha convertido este año en un termómetro del conflicto económico entre Pekín y Washington. Los aranceles de Trump, que alcanzan hasta un 145% para productos chinos, han generado un ambiente de tensión entre los exportadores chinos, muchos de los cuales se enfrentan a ventas detenidas y mercados en pausa.
Zhang Haiyun, directora de ventas en el extranjero de Airdog, fabricante de purificadores de aire con sede en Suzhou, reconoció que su empresa detuvo completamente los envíos a Estados Unidos desde que la Casa Blanca anunció los nuevos gravámenes. “Básicamente, no hay empresas de transporte dispuestas a aceptar pedidos porque nadie sabe qué pasará con los aranceles cuando lleguen las mercancías”, explicó desde su stand.
Airdog, que vende varios modelos de purificadores de aire en más de 90 países, había logrado consolidar una presencia creciente en el mercado estadounidense. Pero ese avance se detuvo abruptamente. La empresa, como muchas otras, ahora evalúa trasladar parte de su producción a países del sudeste asiático, aunque esa posibilidad también se complica.
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Aranceles de Trump afectan la diversificación comercial
En su nueva ronda de medidas, los aranceles de Trump no solo golpean a China. Países como Camboya y Vietnam también fueron alcanzados con tarifas del 49% y 46%, respectivamente. Esto ha frustrado las estrategias de diversificación que muchas empresas chinas comenzaron a implementar desde el primer mandato de Trump para evitar sanciones comerciales.
Wallace Huang, director de negocios de exportación de Weking Group, una empresa de electrodomésticos pequeños, relató que su compañía ha suspendido las ventas a Estados Unidos y está reevaluando su modelo comercial. “No podemos depender de un solo mercado. Necesitamos diversificar. Cuando hay oscuridad en Occidente, el sol brilla en el Oriente”, afirmó.
Según Huang, las exportaciones a Estados Unidos han caído entre un 5% y un 10% desde el primer periodo de Trump, una tendencia que podría agravarse si no hay señales de flexibilización arancelaria. En ese contexto, países en desarrollo de América Latina, Asia y Medio Oriente aparecen como alternativas, aunque con desafíos logísticos y de escala.
Vista de barcos de carga en un puerto de China, país gravado con aranceles de Donald Trump, el 3 de abril de 2025. EFE/Alex Plavevski
Exportadores chinos buscan alternativas ante los aranceles de Trump
Bin Zhang, fundador de Guangzhou Ifun Park Technology Co., ha sentido de lleno el efecto de los aranceles de Trump. Su empresa, especializada en parques infantiles y zonas recreativas, tenía una quinta parte de sus ventas dirigidas a Estados Unidos. Hoy, sus clientes estadounidenses han suspendido pedidos debido al fuerte aumento de tarifas.
Zhang aún mantiene la esperanza de que las medidas sean temporales, pero ya prepara un plan B. “Podemos trasladar nuestro tiempo y energía a otros mercados, como México, Canadá o Sudamérica”, comentó desde su fábrica, donde 150 empleados trabajan a toda marcha ensamblando estructuras de juego.
Pero mudar la producción fuera del sur de China no es una decisión sencilla. El 90% de los materiales que Zhang necesita para fabricar sus productos se encuentran a pocas horas de distancia. La eficiencia y velocidad de entrega en esa región son difíciles de replicar en otros países.
Mientras tanto, su empresa planea levantar una nueva fábrica en la provincia de Guangdong, apostando a que la demanda se recupere en otros mercados mientras se aclara el panorama con Estados Unidos.
Aranceles de Trump y la tensión en las cadenas de suministro
Los impactos de los aranceles de Trump se extienden más allá de las fábricas. Empresas logísticas como Great Link también sienten la presión. Angel Li, ejecutiva senior de ventas, explicó que aunque muchos exportadores aún no han cancelado sus envíos a Estados Unidos y Canadá, los clientes están tomando una postura de espera. “Nadie sabe cómo cambiarán los aranceles”, comentó.
Incluso compañías extranjeras con producción fuera de China se ven afectadas. Danny Elassir, director de exportaciones de Exotica, empresa de ambientadores ubicada en Ohio, dijo que la imposición de tarifas por parte de otros países a productos estadounidenses ha perjudicado su negocio.
Exotica ha estado presente por más de una década en la Feria de Cantón porque es ahí donde ha logrado conectar con sus principales clientes de América Latina y Medio Oriente. Pero Elassir es claro: “Volver a las antiguas tasas de aranceles —esa es realmente la única manera en que vemos que el negocio siga creciendo”.

Dos guardias fronterizos mientras hacen guardia en un puerto en Qingdao (China). EFE/Yu Fangping
Aranceles de Trump y el efecto dominó en la manufactura china
Candice Li, gerente de marketing de Conmo Electronic Co., especializada en dispositivos médicos, detalló que sus pedidos desde Estados Unidos, que representaban hasta un 70% de su negocio, se han desplomado. “Es una cuestión de vida o muerte. La presión es extremadamente alta”, sostuvo.
El temor de muchos exportadores en la Feria de Cantón es que este enfrentamiento comercial no encuentre una pronta resolución. “Lo que más nos preocupa es un estancamiento prolongado, donde ninguna de las partes ceda. En última instancia, somos nosotros, la gente común, quienes sufrimos”, advirtió Li.
En sectores como el de maquinaria recreativa, algunos exportadores ya han cambiado el enfoque hacia mercados como el ruso. Pero no todos tienen la capacidad de adaptación inmediata.
A pesar de la presión, empresarios como Bin Zhang siguen confiando en su resiliencia. “Nuestra gente ha hablado con muchos clientes de Estados Unidos. Siempre hay este pensamiento: puede que hoy impongan aranceles tan altos, pero tal vez mañana los cancelen”.