El reciente apagón en la Península Ibérica ha provocado consecuencias directas en la operación del sistema eléctrico compartido entre Portugal y España. La compañía portuguesa Redes Energéticas Nacionais (REN) anunció este martes que, como medida de precaución, se suspendió temporalmente el intercambio comercial de electricidad entre ambos países, a pesar de que las conexiones técnicas ya se encuentran restablecidas.
Según informó João Faria Conceição, director ejecutivo de REN, “las interconexiones entre los sistemas están operativas, pero no hay intercambios de energía en términos comerciales”. La medida, tomada en coordinación con el gobierno portugués, busca garantizar la completa estabilización del sistema eléctrico tras el apagón que afectó a millones de usuarios.
Causas y consecuencias del apagón en la Península Ibérica
El apagón en la Península Ibérica, ocurrido la noche del lunes, dejó sin servicio eléctrico a zonas de Portugal y España durante varios minutos, generando alarma y afectaciones en transporte público, telecomunicaciones y servicios esenciales. Las causas exactas aún se investigan, aunque las autoridades españolas descartaron desde el primer momento que se tratara de un ciberataque.
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REN, por su parte, indicó que el sistema se restableció completamente poco antes de las 23:30 horas del lunes. No obstante, el proceso de normalización total, especialmente en términos de distribución y estabilidad, está tomando más tiempo. Conceição explicó que aún se está “convergiendo hacia una situación de normalidad”, y que el sistema eléctrico requiere ser gestionado “de forma separada” hasta que se asegure su total funcionamiento técnico y económico.
Una de las hipótesis que más fuerza ha tomado en las últimas horas es el impacto del alto volumen de generación renovable, especialmente eólica y solar, que en momentos de baja demanda puede producir fluctuaciones difíciles de equilibrar en tiempo real. REN considera plausible que el exceso de renovables en el sistema haya sido uno de los factores que contribuyó al colapso temporal, aunque advierte que no es la única posibilidad.
“Las energías renovables son una fuente segura”, declaró Conceição, “pero su volatilidad debe ser gestionada con tecnologías de respaldo y redes más flexibles que puedan mitigar esos cambios abruptos en la generación”.
Fotografía de la subestación de Lindoso, de la línea de alta tensión Lindoso (Portugal)-Cartelle (España). EFE/Lavandeira Jr
Impacto regional del apagón en la Península Ibérica
El apagón en la Península Ibérica puso en evidencia la fragilidad del sistema eléctrico interconectado entre Portugal y España, una red que suele funcionar de forma conjunta y eficiente. La interrupción de las transferencias energéticas entre ambos países, aunque temporal, ha tenido implicaciones tanto técnicas como económicas.
Portugal y España forman parte del Mercado Ibérico de la Electricidad (MIBEL), donde las empresas comercializadoras pueden intercambiar energía según la oferta y demanda de cada país. La suspensión del intercambio comercial significa, en la práctica, que ambos sistemas están operando de forma aislada, lo que puede afectar los precios mayoristas y la disponibilidad de suministro en horarios críticos.
Pasajeros hoy en el aeropuerto Humberto Delgado de Lisboa. EFE/EPA/Tiago Petinga
Fuentes del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE) señalaron que, hasta que se restablezca completamente la estabilidad del sistema, no habrá operaciones conjuntas, y cada país deberá asegurar su abastecimiento interno de forma independiente.
Aunque no se reportaron daños estructurales, en algunas zonas de Madrid, Lisboa y otras ciudades hubo interrupciones en los semáforos, servicios ferroviarios y conexiones de internet. Las autoridades descartaron incidentes graves, pero reconocieron que el evento fue inusual y requiere una evaluación profunda.