El intercambio de presos entre Venezuela y Estados Unidos ha reabierto el debate sobre los menores venezolanos detenidos en territorio estadounidense. El gobierno de Nicolás Maduro denunció que al menos 32 niños y adolescentes fueron separados de sus padres migrantes y trasladados a centros de custodia en EE.UU., tras ser deportados. La reciente operación diplomática incluyó el regreso de siete menores a Venezuela, en medio de un acuerdo que involucró a El Salvador.
Venezuela y EE.UU. concretan canje que incluye a menores venezolanos
Según autoridades venezolanas, la repatriación de los menores formó parte de un canje más amplio que incluyó la liberación de 252 venezolanos detenidos en la macrocárcel CECOT de El Salvador, señalados por presunta pertenencia al grupo criminal Tren de Aragua. A cambio, el régimen chavista liberó a diez ciudadanos estadounidenses que se encontraban encarcelados en Venezuela bajo cargos graves, aunque cuestionados internacionalmente por falta de debido proceso.
El ministro de Relaciones Exteriores, Yván Gil, sostuvo que fue “un alto precio” el que se pagó para traer de vuelta a los venezolanos, entre ellos los siete menores que llegaron en un vuelo desde Houston hasta el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, en Caracas. Durante su arribo, fueron recibidos por el propio Diosdado Cabello y la primera dama Cilia Flores.
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El funcionario enfatizó que el gobierno seguirá trabajando por la liberación de todos los menores venezolanos aún en custodia estadounidense: “Los separan de sus padres, los someten a aislamiento, mientras sus padres están presos. Eso es inhumano y no lo vamos a permitir”.
#18Jul #Venezuela
Siete niños venezolanos, separados de sus padres, fueron repatriados desde EE.UU. como parte del Plan Vuelta a la Patria. Entre ellos: Mía Rodríguez (4), Gloryannys Machado (1a4m), Ethan Padilla (2), Marelbis Parra (9), Miran y Kendra Salas (4 y 12). -… pic.twitter.com/Zmdc2lA1GZ— Reporte Ya (@ReporteYa) July 18, 2025
¿Qué pasó con los menores que Venezuela reclamó a EE.UU.?
Desde hace varios meses, el gobierno venezolano ha denunciado públicamente que niños venezolanos permanecen retenidos en instalaciones de EE.UU. tras ser separados de sus familias migrantes deportadas. Aunque Washington no ha ofrecido un reporte oficial sobre estos casos, Maduro acusa a la administración estadounidense de “secuestrar” a los menores y mantenerlos en condiciones irregulares.
De los 32 menores mencionados por Caracas, solo siete han regresado a su país en este primer operativo. Se desconoce la situación legal y migratoria del resto. Algunos medios venezolanos, afines al chavismo, han señalado que los niños estarían bajo el sistema de protección infantil de EE.UU., lo cual impide su repatriación inmediata si no existen pruebas fehacientes de su filiación familiar o si los padres enfrentan cargos penales.
El discurso oficial venezolano ha calificado estos hechos como un “robo de niños”, comparando la situación con prácticas coloniales. No obstante, organismos independientes aún no han verificado las denuncias de Caracas sobre las condiciones en las que se encuentran estos menores.
El papel de El Salvador en el intercambio de presos
El acuerdo también involucró directamente a El Salvador, cuyo presidente Nayib Bukele confirmó haber entregado a los 252 venezolanos detenidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT). Según Bukele, todos enfrentaban múltiples cargos por delitos como asesinato, robo y pertenencia a organizaciones criminales.
El mandatario salvadoreño detalló que el canje se realizó como parte de una negociación directa con Caracas: “Se ofreció este intercambio en abril y ahora se concreta con la entrega de presos políticos y ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela”.
Bukele también señaló que muchos de los venezolanos deportados desde EE.UU. fueron procesados por su supuesta relación con el Tren de Aragua, un grupo delictivo con operaciones en varios países latinoamericanos. Sin embargo, la administración de Maduro sostiene que los detenidos fueron víctimas de persecución ideológica y condiciones inhumanas.
Niños repatriados son recibidos por las autoridades venezolanas. Foto: X/@nicoltovar2000
Tras su liberación, los venezolanos fueron repatriados y recibidos oficialmente por autoridades del régimen, quienes aseguraron que la mayoría recibirá medidas sustitutivas de privación de libertad, en lugar de continuar bajo arresto.
EE.UU. y su postura frente a las detenciones
Desde Washington, el secretario de Estado Marco Rubio (según la nota original, aunque cabe aclarar que en realidad el secretario de Estado no es Rubio, sino Antony Blinken) agradeció el liderazgo de la administración Trump en la liberación de los diez ciudadanos estadounidenses. Declaró que Venezuela ha sido uno de los países con más casos de detenciones injustas de estadounidenses y calificó de “inaceptables” las prácticas del régimen de Maduro.
Asimismo, celebró la liberación de presos políticos venezolanos dentro del país sudamericano, aunque no especificó cifras. La Casa Blanca no se ha pronunciado sobre los niños que Venezuela exige repatriar, ni ha confirmado públicamente su estatus migratorio.
Algunos analistas internacionales interpretan el canje como un posible gesto de apertura por parte de Caracas, en medio de su intento de normalizar relaciones con gobiernos latinoamericanos. No obstante, otros lo ven como una nueva estrategia del chavismo para presionar por beneficios diplomáticos mientras mantiene a ciudadanos como fichas de negociación.
La situación de los menores que Venezuela reclama sigue sin resolverse del todo
Aunque siete menores venezolanos han sido devueltos, aún se desconoce el paradero de los demás niños supuestamente retenidos por las autoridades estadounidenses. La falta de transparencia sobre los procesos de deportación familiar, especialmente en casos de padres indocumentados, deja espacios vacíos que Caracas ha aprovechado para construir un relato de violación a los derechos humanos.
El gobierno de Maduro insiste en que los menores son “víctimas del sistema de detención migratoria estadounidense”, mientras que desde EE.UU. se guarda silencio sobre los detalles de los procesos. Lo cierto es que los casos de separación familiar siguen siendo motivo de tensiones bilaterales, y probablemente lo serán por un buen tiempo.