Un migrante cubano que ingresó a Estados Unidos mediante el programa CBP One ha decidido rechazar la oferta de $1,000 para autodeportarse, una iniciativa impulsada por la administración de Donald Trump para incentivar la salida voluntaria de inmigrantes indocumentados.
Este programa, anunciado el 5 de mayo de 2025 por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), busca reducir los costos asociados a arrestos y deportaciones, que alcanzan los $17,121 por persona, según datos oficiales. El cubano, quien prefirió mantener su anonimato, aseguró que los $1,000 ofrecidos no compensan el potencial económico que ve en EE.UU., y expresó su intención de quedarse para explorar opciones legales que le permitan permanecer en el país.
El migrante recibió un correo electrónico del DHS exigiendo su salida inmediata del territorio estadounidense, una presión que enfrentan miles de personas tras el cambio de políticas migratorias de Trump. La oferta incluye asistencia de viaje y un pago que se entrega una vez que el inmigrante confirma su salida a través de la aplicación CBP Home, disponible en inglés, español y criollo haitiano.
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El DHS estima que esta medida podría ahorrar hasta un 70% en costos de deportación, pero para muchos, como este cubano, la decisión no es tan sencilla. «Mil dólares no es nada comparado con lo que puedo ganar trabajando y aportando a este país», afirmó en una entrevista con Telemundo 51, mostrando su determinación de quedarse hasta agotar sus opciones legales.
Riesgos legales para un migrante
La decisión de rechazar la oferta de autodeportarse no está exenta de riesgos. Según el abogado de inmigración Armando Olmedo, aceptar la salida voluntaria puede tener consecuencias graves para el futuro migratorio de los inmigrantes. Las leyes actuales establecen barras de reingreso que van de 3 a 10 años para quienes han estado en el país de manera irregular por más de 180 días, y en algunos casos, la prohibición puede ser permanente.
Olmedo enfatizó la importancia de consultar con un abogado antes de tomar cualquier decisión, ya que muchos desconocen las penalidades específicas que podrían enfrentar. Para este migrante cubano, regresar a Cuba podría significar cerrar definitivamente la puerta a una futura legalización en EE.UU., especialmente bajo la Ley de Ajuste Cubano, que sigue siendo una vía para obtener residencia.
La presión del programa CBP Home
La aplicación CBP Home, lanzada en marzo de 2025 tras la transformación del programa CBP One, es el mecanismo principal para gestionar la autodeportación. Más de 900,000 personas ingresaron a EE.UU. con CBP One entre 2023 y 2024, pero ahora el enfoque ha cambiado. El DHS, bajo la dirección de la secretaria Kristi Noem, promueve esta herramienta como una «salida digna», ofreciendo asistencia para obtener documentos de viaje y priorizando a quienes la usan para evitar detenciones por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Sin embargo, para el migrante cubano, la oferta no es suficiente. Además, la cancelación de permisos de trabajo para quienes ingresaron bajo CBP One, anunciada el 6 de mayo, ha generado incertidumbre, afectando especialmente a cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos que ahora enfrentan la pérdida de su estatus legal temporal.
Alternativas legales disponibles
Los expertos en inmigración coinciden en que la vía más segura para los inmigrantes es seguir el debido proceso legal, asistiendo a las audiencias en corte y explorando opciones como el asilo político o la Ley de Ajuste Cubano. Aunque el programa de autodeportación ofrece un incentivo económico, las consecuencias a largo plazo pueden ser devastadoras.
El migrante cubano en cuestión planea buscar asesoría legal para evaluar sus posibilidades, mientras que el DHS ha indicado que está trabajando con una empresa privada para gestionar los pagos a quienes se autodeporten, aunque los detalles aún no están claros. Mientras tanto, las notificaciones de salida continúan llegando, y el ICE ha intensificado sus operativos, habiendo ejecutado más de 860 vuelos de repatriación desde junio de 2024, según estadísticas recientes. Para este cubano y miles más, la decisión de quedarse o irse sigue siendo un dilema cargado de incertidumbre y esperanza.