Alcaldesa de Los Ángeles detiene redada de ICE: “¡Váyanse ya!”
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, irrumpió el lunes 7 de julio de 2025 en MacArthur Park para exigir la retirada inmediata de agentes federales durante una redada migratoria masiva, calificada como “inaceptable” y “desproporcionada”. La operación, que involucró a más de 100 agentes de ICE, la Patrulla Fronteriza y la Guardia Nacional, desató protestas en el corazón del barrio inmigrante de Westlake, intensificando las tensiones en una ciudad que se declara santuario. Bass, respaldada por líderes locales, denunció la acción como un acto de intimidación orquestado por la administración del presidente Donald Trump.
Enfrentamiento en MacArthur Park
Alrededor de las 11:00 a.m., Bass llegó a MacArthur Park tras recibir reportes de una operación de ICE con vehículos blindados, agentes a caballo y rifles visibles. En un video compartido en redes sociales, la alcaldesa se enfrentó a un agente de la Patrulla Fronteriza, exigiendo: “¡Tienen que irse y tienen que irse ahora!”. Según testigos, Bass habló por teléfono con el jefe de la Patrulla Fronteriza, Gregory Bovino, insistiendo en el cese de la operación. “Esto es inaceptable”, afirmó ante reporteros, señalando que un campamento infantil estaba en el parque durante el operativo. Para las 11:30 a.m., los agentes se retiraron sin realizar arrestos confirmados.
Una operación militarizada
La redada, descrita por Bass como una “ciudad bajo asedio”, incluyó a 90 miembros de la Guardia Nacional de California, helicópteros del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y camionetas blancas similares a las usadas para traslados a centros de detención. La presencia de agentes armados y a caballo en un parque conocido como el “Ellis Island de la Costa Oeste” por su vibrante comunidad latina y asiática provocó pánico entre familias y vendedores ambulantes. La concejal Eunisses Hernández denunció que la operación “aterrorizó a niños, ancianos y vendedores”, destacando su impacto en un espacio comunitario.
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Contexto de protestas y políticas migratorias
La operación en MacArthur Park ocurre tras semanas de tensiones por redadas de ICE en Los Ángeles, que han resultado en 1,200 detenciones desde mayo, según el DHS. En junio, protestas contra estas acciones derivaron en disturbios, con enfrentamientos entre manifestantes y agentes federales. En respuesta, Trump desplegó 4,000 soldados de la Guardia Nacional y 700 marines, una decisión que el gobernador Gavin Newsom calificó de ilegal por no contar con su consentimiento. Bass ha acusado a la administración Trump de usar estas redadas para “sembrar miedo y caos” como parte de una agenda política tras la aprobación del “Big Beautiful Bill Act”, que destinó 170,700 millones de dólares a ICE.
Reacciones y críticas locales
En una conferencia de prensa, Bass, junto al presidente del Concejo Municipal, Marqueece Harris-Dawson, condenó la redada como un “espectáculo político”. Harris-Dawson exigió que “ICE salga de Los Ángeles ahora”. Organizaciones como la Coalición por los Derechos de los Inmigrantes han organizado manifestaciones, incluyendo un mitin “ICE fuera de L.A.” el lunes por la tarde. Residentes del área, donde el 80% de la población es latina, reportaron temor generalizado, con negocios locales registrando una caída del 25% en sus ingresos debido a la menor afluencia.
Resistencia demócrata a nivel nacional
La acción de Bass no es un caso aislado. En mayo, el alcalde de Newark, Ras Baraka, y congresistas demócratas fueron bloqueados al intentar inspeccionar un centro de detención de ICE. En junio, la congresista Maxine Waters enfrentó una situación similar en Los Ángeles. Estas protestas reflejan la creciente oposición demócrata a las políticas migratorias de Trump, que incluyen redadas masivas y la amenaza de invocar la Ley de Insurrección para justificar despliegues militares. Bovino, jefe de la Patrulla Fronteriza, respondió a Bass: “No trabajo para ella. Esto será la norma en Los Ángeles”. Mientras tanto, el DHS se limitó a declarar que no comenta sobre operaciones en curso, dejando abiertas las preguntas sobre el propósito de la redada en MacArthur Park.