Desde que Donald Trump asumió su segundo, siete migrantes han muerto bajo custodia de ICE. Estas tragedias ocurren en medio de una agresiva campaña de detenciones y deportaciones impulsada por la administración Trump, que ha arrestado a 66,463 personas sin estatus legal y deportado a 65,682 en sus primeros 100 días, según datos oficiales. Las muertes, ocurridas en centros de detención desde Florida hasta Arizona, han reavivado las críticas sobre las condiciones de reclusión y la atención médica que reciben los migrantes.
La última muerte reportada fue la de Marie Ange Blaise, una haitiana de 44 años, quien falleció el 25 de abril en el Centro de Transición de Broward en Pompano Beach, Florida, tras más de dos meses en custodia. La causa de su muerte está bajo investigación, pero la representante Sheila Cherfilus-McCormick, tras visitar el centro el 2 de mayo, señaló que no se habrían implementado procedimientos adecuados ni brindado atención médica suficiente. “Solo hay un médico para más de 500 detenidos”, afirmó. Por su parte, el director interino de la Oficina de Campo del ICE en Miami, Juan Agudelo, desmintió las acusaciones, asegurando que todos los detenidos reciben evaluaciones médicas y atención de emergencia las 24 horas.
Casos de migrantes que alarman
Entre los casos reportados, Nhon Ngoc Nguyen, un vietnamita de 55 años, falleció el 16 de abril en El Paso, Texas, por neumonía y demencia, según su abogado, Tin Thanh Nguyen. Detenido desde febrero, Nguyen no presentaba problemas pulmonares previos, y su familia alega que su muerte pudo haberse evitado, culpando al ICE de negligencia médica.
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El ICE afirmó haber intentado contactar a la familia para coordinar su atención, pero sin éxito. Otro caso es el de Genry Ruiz Guillén, hondureño de 29 años, quien murió el 23 de enero en el Centro de Procesamiento de Servicios Krome North en Miami tras sufrir dificultades respiratorias, a pesar de recibir RCP. Ruiz Guillén padecía trastornos sanguíneos y un síndrome neuropsiquiátrico que se agravó en detención.
Maksym Chernyak, un ucraniano de 44 años, también falleció en Krome el 20 de febrero tras un derrame cerebral hemorrágico, según el hospital HCA Florida Kendall. Su viuda afirmó que era saludable antes de su detención, pero se quejaba del frío y el hacinamiento. Por otro lado, Brayan Rayo-Garzón, colombiano de 27 años, murió el 8 de abril en la Cárcel del Condado de Phelps en Missouri, en un aparente suicidio. Su madre, Lucy Garzón, aseguró que su hijo no tenía razones para quitarse la vida y culpó a la presión de las condiciones de detención.
Críticas y condiciones
Juan Alexis Tineo-Martínez, dominicano de 44 años, falleció el 23 de febrero en San Juan, Puerto Rico, tras ser detenido por sospecha de contrabando en una embarcación. Tras reportar dolor en la pierna, fue trasladado al Hospital Centro Médico, donde no respondió al tratamiento. Serawit Gezahegn Dejene, etíope de 45 años, murió el 29 de enero en el Centro de Detención Eloy en Arizona, conocido por ser uno de los más letales, con 16 muertes reportadas desde 1994. Dejene, detenido desde agosto de 2024, enfrentaba neumonía, posible linfoma y tuberculosis, y murió conectado a un respirador tras un accidente cerebrovascular.
Las siete muertes bajo custodia de ICE en 2025 superan el total de los primeros tres años del gobierno de Joe Biden, aunque son menos que las 12 de 2024, cuando había 38,000 detenidos. Actualmente, el ICE reporta 47,928 personas bajo custodia al 16 de abril. Organizaciones como la ACLU han denunciado hacinamiento, negligencia médica y abusos en centros como Krome y Eloy, mientras que el ICE insiste en que promueve entornos seguros y humanos. Estas tragedias han generado un debate sobre las condiciones de detención y el impacto de las políticas migratorias de Trump en las comunidades vulnerables.