El “zar de la frontera” designado por la administración de Donald Trump, Tom Homan, aseguró en conferencia de prensa que México sí está pagando por el muro fronterizo de Trump, aunque de forma indirecta. Desde la Casa Blanca, el funcionario destacó que la colaboración mexicana ha contribuido a una reducción histórica en la inmigración ilegal hacia Estados Unidos.
“Trump dijo que México pagaría por el muro. Lo han hecho de forma indirecta, ¿no? Desplegaron 10 mil militares en la frontera sur; tomaron acción. Han reducido la inmigración ilegal a un mínimo histórico”, declaró Homan ante medios de comunicación. Aseguró también que estas acciones están permitiendo al gobierno ahorrar millones de dólares al día en procedimientos de detención, transporte y deportación.
El papel de México en la estrategia del muro fronterizo de Trump
Desde su primera campaña presidencial en 2016, Donald Trump hizo del muro fronterizo con México un símbolo central de su política migratoria. Prometió entonces que México pagaría por la construcción de dicha infraestructura. Si bien esa afirmación fue ampliamente criticada, en su segundo mandato ha insistido en que el país vecino está cumpliendo ese compromiso, aunque no mediante transferencias directas de dinero.
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La cooperación del gobierno mexicano, particularmente a través del despliegue de elementos de la Guardia Nacional en la frontera sur, ha sido vista por la administración de Trump como una forma de apoyo directo. De acuerdo con el propio Homan, esta acción ha contribuido a reducir significativamente los cruces irregulares.
Tom Homan y la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. EFE/EPA/Francis Chung
“Estamos ahorrando tanto dinero que podemos permitirnos construir el muro. En realidad sí están ayudando con el muro”, agregó el funcionario.
Cómo ha impactado el muro fronterizo de Trump en ambos lados de la frontera
Las consecuencias de las políticas migratorias impulsadas por el gobierno estadounidense se han sentido tanto en Estados Unidos como en México. En estados fronterizos del lado estadounidense, algunos empresarios han reportado dificultades para cubrir la demanda laboral, debido al temor de los migrantes a ser detenidos o deportados.
En México, por su parte, la presión diplomática ejercida por Washington ha obligado a incrementar los controles migratorios en el sur del país. En 2019, tras la amenaza de imponer aranceles, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador accedió a reforzar la vigilancia en Chiapas y Tabasco, medida que fue celebrada por Trump como una victoria diplomática.
Organizaciones civiles en ambos países han denunciado que el endurecimiento de estas políticas ha llevado a situaciones de hacinamiento en centros de detención, separación de familias y aumento de violaciones a derechos humanos.
Tom Homan, llamado ‘Zar de la frontera’ de EE.UU. EFE/EPA/Francis Chung
La administración Trump y su plan de deportación más grande en la historia
La Casa Blanca también anunció que se encuentra en las primeras fases de lo que sería “la campaña de deportación más grande en la historia de Estados Unidos”. Así lo aseguró Karoline Leavitt, secretaria de prensa del gobierno de Trump. La cifra de personas deportadas desde el inicio del segundo mandato supera las 139 mil, según datos oficiales.
El aumento de operativos migratorios coincide con la política de “tolerancia cero” que la administración ha reactivado. Además, fuentes internas han revelado planes para habilitar instalaciones militares como centros de detención temporal, como ocurre en la base de Fort Bliss, Texas.
Estas decisiones han provocado críticas por parte de organismos internacionales y líderes de opinión que acusan a Trump de criminalizar la migración.