La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, abordó este viernes 21 de marzo de 2025 el caso del Rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco, un predio que ha conmocionado al país tras el hallazgo de restos humanos y objetos personales que apuntan a posibles vínculos con el crimen organizado.
Desde Palacio Nacional, Sheinbaum defendió la decisión de abrir el lugar a medios y activistas, insistiendo en que la transparencia es clave para que “cada quien saque sus conclusiones”. El caso, que ha sido etiquetado como un supuesto “campo de exterminio” por algunos medios, pone a prueba su administración en un momento crítico, apenas meses después de asumir el cargo.
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El Rancho Izaguirre saltó a la luz pública tras una búsqueda realizada por el colectivo Guerreros Buscadores el 5 de marzo, cuando se descubrieron tres hornos crematorios improvisados, restos óseos calcinados y cientos de pertenencias, como zapatos y ropa, en un terreno de 5,000 metros cuadrados.
La Fiscalía de Jalisco intervino días después, y el 20 de marzo, la Fiscalía General de la República (FGR) asumió el caso a petición de Sheinbaum. Más de 120,000 personas están desaparecidas en México desde 1952, según datos oficiales, y el hallazgo reavivó el dolor de las familias que buscan respuestas en un país azotado por la violencia del narcotráfico.
Sheinbaum y el caso del Rancho Izaguirre han estado en el centro de la atención desde que la presidenta anunció un decreto para fortalecer la Comisión Nacional de Búsqueda, creado en 2017 bajo el gobierno de López Obrador. En su conferencia matutina, Sheinbaum destacó que no busca confrontarse con las madres buscadoras, pero cuestionó cómo algunos medios construyeron una narrativa a partir de “una foto”. “La desaparición está ligada principalmente al crimen organizado, no al Estado como antes”, afirmó, marcando distancia de las acusaciones de negligencia que han surgido tras el hallazgo.
Sheinbaum: transparencia bajo escrutinio
El acceso al Rancho Izaguirre se abrió el jueves a reporteros y colectivos, aunque con restricciones: no se permitieron preguntas a los peritos ni ingreso a todas las áreas. Imágenes de CNN muestran un terreno casi vacío, con una edificación de dos pisos marcada por balazos y sellos de “inmueble asegurado”. La presidenta celebró esta medida, pero señaló que la próxima semana revelará cómo se gestó la historia del supuesto campo de exterminio, sugiriendo que algunos buscan desprestigiar a su gobierno. En X, el tema generó revuelo, con usuarios divididos entre quienes exigen justicia y quienes critican la lentitud en la respuesta oficial.
Caso Rancho Izaguirre: dolor y esperanza
Para las familias, el Rancho Izaguirre es más que un caso mediático. Madres como Irma González, que busca a su hijo desaparecido desde 2021, llegaron al lugar con fotos en mano, según reportó The New York Times. “Es muy doloroso no saber si está ahí”, dijo una de ellas a Reuters, mientras la policía en equipo antimotines limitaba el paso. Los colectivos han encontrado 493 objetos, desde mochilas hasta identificaciones, pero la Fiscalía de Jalisco ya retiró gran parte de la evidencia, lo que ha generado acusaciones de encubrimiento entre los buscadores.
El gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, se reunió esta semana con el gabinete de seguridad de Sheinbaum, prometiendo colaboración con la FGR. Sin embargo, la negligencia pasada pesa: en septiembre de 2024, la Guardia Nacional intervino en el rancho, detuvo a 10 personas y rescató a dos, pero no reportó los restos que ahora estremecen al país. Sheinbaum y Rancho Izaguirre se han convertido en un símbolo de la lucha contra la impunidad, con la presidenta enfrentando presión para diferenciarse de su antecesor.
Rancho Izaguirre: Investigación en Marcha
La FGR, bajo el mando de Alejandro Gertz Manero, trabaja en un informe que se espera para la próxima semana, mientras Sheinbaum insiste en que “la verdad saldrá a la luz”. El caso ha trascendido fronteras: el legislador republicano Riley Moore, citado por CNN, respaldó la postura de Donald Trump de calificar a los cárteles como terroristas. En México, el debate sigue vivo, con activistas exigiendo una investigación independiente y el gobierno defendiendo su estrategia. Por ahora, el Rancho Izaguirre sigue siendo un recordatorio crudo de una crisis que no da tregua.