Gerardo Ortiz y su relación con conciertos ligados al crimen organizado
El cantante de música regional mexicana, Gerardo Ortiz, ha dado un paso importante en su vida personal y profesional al declararse culpable de un cargo de conspiración por violar la Ley Kingpin. Esta ley permite a las autoridades de Estados Unidos sancionar a personas y entidades extranjeras implicadas en actividades de narcotráfico. Ortiz, reconocido por sus corridos que glorifican a narcotraficantes, aceptó que participó en varios conciertos organizados por un promotor vinculado al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
La implicación de Ortiz en el crimen organizado
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Ortiz, de 35 años, admitió que cantó en seis conciertos organizados en México por un promotor llamado Jesús Pérez Alvear, quien en 2018 fue sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos debido a sus presuntos vínculos con el CJNG. Esta información fue mantenida en secreto durante algún tiempo, mientras Ortiz cooperaba con el FBI en la investigación que involucraba al dueño de la disquera Del Records, Ángel del Villar.
El promotor, conocido como “Chucho”, fue asesinado en diciembre del mismo año en un restaurante de la Ciudad de México, lo que hizo que su figura fuera aún más vinculada al crimen organizado en la región. Ortiz, quien en su carrera ha cantado sobre figuras de narcotraficantes y el crimen organizado, ahora se enfrenta a un panorama legal mucho más serio.
El juicio contra Ángel del Villar y la declaración de Ortiz
El juicio contra Ángel del Villar, quien fue representante de Ortiz durante muchos años, se ha vuelto central en este caso. Del Villar, conocido productor de música regional mexicana, también enfrenta acusaciones de violar la Ley Kingpin, y está siendo juzgado en una corte federal en Los Ángeles. El juicio de Del Villar comenzó a finales de febrero, y se espera que Ortiz testifique como uno de los testigos clave.
Ortiz no fue el único implicado en este caso, pero su declaración de culpabilidad y su cooperación con las autoridades han sido fundamentales para el avance de las investigaciones. Los abogados de Del Villar se han declarado confiados en que su cliente será absuelto, argumentando que no hay pruebas suficientes para vincularlo directamente con el crimen organizado.
La participación de Gerardo Ortiz con el FBI
La colaboración de Ortiz con el FBI comenzó después de que agentes de esta agencia y el Servicio de Rentas Internas (IRS) lo abordaran en abril de 2018 en el aeropuerto de Phoenix, Arizona. En ese momento, los agentes le preguntaron sobre su relación con Pérez Alvear, quien había sido su manager en México y estaba directamente involucrado en los conciertos relacionados con el crimen organizado.
A pesar de las advertencias de las autoridades sobre las consecuencias legales de participar en dichos eventos, Ortiz continuó con su agenda y realizó una serie de conciertos en lugares como la Feria de San Marcos en Aguascalientes, México, y otros estados como Sonora, Sinaloa y Nuevo León. Estos conciertos, organizados por Pérez Alvear, llevaron a Ortiz a enfrentarse a cargos federales.
El impacto de la Ley Kingpin en la industria musical mexicana
La Ley Kingpin es una herramienta poderosa que los Estados Unidos han utilizado para sancionar a individuos y organizaciones extranjeras vinculadas al narcotráfico y el crimen organizado. En este caso, la implicación de Ortiz en conciertos organizados por un promotor asociado al CJNG resalta el cruce entre la música popular y el crimen organizado en México.
Aunque la música regional mexicana es muy popular entre la comunidad latina, especialmente en el sur de Estados Unidos, también ha sido objeto de controversia debido a las letras que glorifican a los narcotraficantes y otros elementos del crimen organizado. Este fenómeno no es nuevo, pero el caso de Ortiz ha puesto en evidencia cómo algunos artistas pueden estar involucrados, consciente o inconscientemente, con actividades ilegales.
El futuro de Gerardo Ortiz y su carrera musical
Gerardo Ortiz ha sido una de las figuras más destacadas del género de los corridos, pero este incidente ha empañado su carrera. A pesar de su implicación en el caso, Ortiz sigue siendo una figura central en la música regional mexicana, un género que sigue siendo muy influyente, especialmente entre los jóvenes latinos en los Estados Unidos.
Este caso también plantea preguntas importantes sobre la responsabilidad de los artistas que glorifican el narcotráfico y la violencia en sus canciones. A medida que el juicio de Ángel del Villar continúa, el futuro de Ortiz, tanto en el ámbito legal como profesional, está en el aire.