El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado el despliegue de tropas en una franja de 18 metros de ancho a lo largo de la frontera con México, abarcando territorios en California, Nuevo México y Arizona. Esta medida forma parte de una serie de acciones destinadas a reforzar la seguridad fronteriza y combatir la migración irregular, a pesar de que los cruces ilegales se encuentran en niveles históricamente bajos.
La franja de terreno, conocida como la Reserva Roosevelt, ha sido transferida del Departamento del Interior al Departamento de Defensa, ampliando significativamente el control militar en la región. Esta área, establecida en 1907 por el expresidente Theodore Roosevelt, se ha convertido en el centro de atención debido a su relevancia estratégica en la nueva política fronteriza de EE.UU.
RESPUESTA DE MÉXICO ANTE EL DESPLIEGUE MILITAR EN LA FRONTERA
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha expresado su preocupación por el despliegue de tropas estadounidenses en la frontera. En su conferencia de prensa matutina, conocida como «La Mañanera», Sheinbaum aseguró que el gobierno mexicano ha enviado una nota diplomática a Washington para recordar la importancia del respeto mutuo y la coordinación en temas de seguridad. «Hay diálogo», afirmó, «y también enviamos una nota diplomática para recordar a Washington que no traspasara la frontera y que siguiera habiendo la misma colaboración que ha habido hasta ahora en materia de seguridad».
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Además, la mandataria mexicana destacó que el despliegue de tropas es una decisión unilateral de EE.UU., y reiteró que México no está de acuerdo con una «invasión» del Ejército estadounidense en su territorio. «No sabemos si es para seguir construyendo el muro o cuál sea el objetivo, pero de todas maneras nosotros lo que pedimos siempre es respeto y coordinación», enfatizó Sheinbaum.

Una barricada de alambre de púas en las inmediaciones de la frontera con Estados Unidos, en Ciudad Juárez, estado de Chihuahua (México). EFE/Luis Torres
IMPLICACIONES LEGALES Y CRÍTICAS EN EE.UU.
El uso del Ejército estadounidense en funciones civiles ha generado controversia en Estados Unidos. Críticos argumentan que esta medida podría contravenir la Ley Posse Comitatus, una legislación del siglo XIX que limita el uso de las fuerzas armadas en funciones de aplicación de la ley, salvo en circunstancias específicas aprobadas por la Constitución o el Congreso.
Organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por posibles violaciones de derechos civiles y se espera que impugnen la medida en los tribunales. El Pentágono está revisando la iniciativa, pero según la agencia AP, la orden presidencial es que los soldados puedan detener migrantes incluso mientras el Departamento de Defensa ejecuta su evaluación, bajo la lógica de que «nuestra frontera sur está bajo ataque de una variedad de amenazas», defendía la Casa Blanca en un comunicado.
Migrantes intentan cruzar por una barricada de alambre con púas en las inmediaciones de la frontera con Estados Unidos, en Ciudad Juárez. EFE/Luis Torres
REACCIÓN DE LA COMUNIDAD INTERNACIONAL Y PRÓXIMOS PASOS
La comunidad internacional observa con atención el desarrollo de esta situación. México ha reiterado su compromiso con la cooperación bilateral en materia de seguridad, pero ha dejado claro que cualquier acción que implique una violación de su soberanía será rechazada.
Se espera que en los próximos días se realicen reuniones entre funcionarios de ambos países para discutir los términos de la colaboración en seguridad fronteriza y abordar las preocupaciones planteadas por México. La situación continúa evolucionando, y es probable que surjan nuevos desarrollos en las próximas semanas.