En una jornada marcada por la confusión y los mensajes cruzados, la Casa Blanca corrigió este miércoles al secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, y aseguró que México y Canadá no serán objeto de los nuevos aranceles del 10% anunciados como parte de la renovada ofensiva comercial del expresidente Donald Trump.
«Ninguno de estos dos países recibirá el nivel base del 10 por ciento en este momento«, dijo un alto funcionario del Ejecutivo estadounidense a la agencia EFE, después de que Bessent afirmara lo contrario ante los medios. La aclaración llegó apenas horas después de que Trump anunciara, desde Washington, una nueva ronda de medidas proteccionistas, esta vez centradas en “aranceles recíprocos” dirigidos principalmente contra China y otros países con altos déficits comerciales con Estados Unidos.
Esta contradicción reavivó el debate sobre la falta de coordinación entre diferentes ramas del gobierno federal y su impacto directo en las relaciones diplomáticas y económicas con aliados estratégicos como México y Canadá. La noticia fue recibida con alivio por autoridades mexicanas y canadienses, pero también con preocupación por la volatilidad que genera la política comercial estadounidense actual.
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Scott Bessent, candidato del presidente electo Donald Trump para ser Secretario del Tesoro de EE.UU., el 16 de enero de 2025. EFE/EPA/Jim Lo Scalzo
Aranceles del 10%: Casa Blanca frena medida contra México tras desliz del Tesoro
El malentendido se produjo en un contexto de tensión comercial creciente. El pasado 2 de abril, Donald Trump anunció una nueva política de aranceles del 10% como parte de un esfuerzo por «nivelar el campo de juego» con sus socios comerciales. El exmandatario indicó que estos gravámenes se aplicarían de manera generalizada, aunque con excepciones que no fueron claramente comunicadas en un primer momento.
Durante su intervención en un evento económico en Houston, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, fue consultado sobre si México y Canadá estarían incluidos en esa medida. Su respuesta afirmativa generó alarma inmediata en ambos países, especialmente dado el historial reciente de amenazas arancelarias por parte de Trump, quien en febrero había propuesto aranceles del 25% contra sus vecinos del norte y sur por supuesta falta de acción ante la migración irregular y el tráfico de fentanilo.
No obstante, la administración corrigió rápidamente esa declaración. De acuerdo con el secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, funcionarios de la Casa Blanca le confirmaron por la tarde del miércoles que los aranceles del 10% no aplicarán para productos mexicanos. “Se mantiene vigente el entendimiento comercial del T-MEC”, añadió.
La confusión generada evidencia, según analistas, una falta de sincronización en la política comercial estadounidense que podría tener implicaciones más profundas si no se corrige. “Este tipo de contradicciones siembran incertidumbre entre socios clave y los mercados internacionales”, afirmó a El Sol de México el economista Raúl Feliz, del CIDE.
Casa Blanca evita impacto económico con México tras caos por aranceles del 10%
Los efectos inmediatos del anuncio de Trump y la posterior rectificación de la Casa Blanca se reflejaron de manera clara en los mercados. El nerviosismo inicial provocó una caída momentánea de algunas acciones en Wall Street relacionadas con empresas de importación/exportación, particularmente aquellas con fuerte presencia en México. Sin embargo, una vez aclarado el punto, las cotizaciones se recuperaron, ayudadas también por la expectativa de tregua arancelaria de 90 días anunciada por el expresidente.
Aunque México quedó fuera de esta ronda de sanciones comerciales, el ambiente sigue siendo incierto. A pesar de la suspensión de aranceles más agresivos como el del 25% que se había sugerido meses atrás, la administración Trump ha mantenido un discurso hostil hacia sus socios del T-MEC en temas migratorios y de seguridad transfronteriza.
Por su parte, expertos del sector privado en México consideran que la posición final de la Casa Blanca permite a los exportadores respirar tranquilos, al menos temporalmente. “El 80% de nuestras exportaciones van a Estados Unidos. Un arancel del 10% habría sido desastroso para la manufactura mexicana”, explicó en entrevista para Expansión la analista Patricia Téllez, de la firma consultora IQOM.
Imagen de archivo del presidente de EE.UU., Donald Trump, durante una rueda de prensa en la Casa Blanca. EFE/Michael Reynolds/Pool
De acuerdo con datos del Banco de México, las exportaciones totales a EE.UU. en 2023 superaron los 494 mil millones de dólares, y el 66% correspondió a bienes industriales y automotrices, rubros que se verían directamente afectados por cualquier medida arancelaria.
En este contexto, la respuesta rápida de la Casa Blanca fue vista como una forma de evitar un daño mayor, no solo económico, sino también diplomático. La presión de actores institucionales y empresariales fue clave para frenar la medida, en lo que muchos ven como una victoria temporal para los mecanismos de diálogo del T-MEC.
Aranceles del 10% y la reacción de México: diplomacia frente a incertidumbre
Más allá del traspié del Tesoro, la crisis momentánea sirvió como termómetro de la capacidad de reacción del gobierno mexicano. Según reveló una fuente diplomática, la Secretaría de Economía y la Cancillería activaron sus canales de comunicación de forma inmediata ante la declaración de Bessent, y en cuestión de horas se logró la rectificación pública desde la Casa Blanca.
“No es la primera vez que tenemos que actuar con rapidez frente a anuncios improvisados, pero en este caso era prioritario evitar que la percepción de riesgo afectara a nuestras cadenas de suministro”, comentó un funcionario mexicano que pidió mantener el anonimato.
La experiencia de crisis anteriores —como los aranceles a acero y aluminio en 2018 o la amenaza arancelaria de 2019 vinculada a la migración— permitió que se desplegara un mecanismo de respuesta ágil para proteger la estabilidad económica del país.