El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, rechazó las sanciones impuestas por Estados Unidos a ocho jueces de la Corte Suprema brasileña. Consideró la medida como un acto de “intromisión arbitraria” y advirtió que este tipo de acciones no intimidarán a las instituciones democráticas del país. Las restricciones incluyen la revocación de visas para los magistrados, sus familiares y personas cercanas, en medio del proceso judicial contra el expresidente Jair Bolsonaro por intento de golpe de Estado.
A través de un comunicado oficial, Lula expresó su solidaridad con los magistrados sancionados y recalcó que “ninguna amenaza, venga de donde venga, comprometerá el compromiso de las instituciones brasileñas con el Estado Democrático de Derecho”. Asimismo, señaló que la decisión del gobierno de Donald Trump atenta contra la soberanía de Brasil y vulnera los principios básicos de respeto entre naciones.
Las tensiones diplomáticas han escalado tras el anuncio del Departamento de Estado, liderado por Marco Rubio, quien acusó a los jueces del Supremo Tribunal Federal de liderar una “caza de brujas” contra Bolsonaro. La sanción se dirige principalmente contra el juez Alexandre de Moraes, encargado del caso que investiga los intentos de subversión del orden democrático por parte del expresidente y su círculo cercano.
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Sanciones de EE.UU. agravan tensiones entre Lula y Trump
Las sanciones anunciadas por el gobierno de Donald Trump no solo afectan al magistrado Alexandre de Moraes, sino también a otros siete jueces del Supremo. A todos ellos se les acusa de encabezar una supuesta persecución política contra el exmandatario Bolsonaro. Trump ha advertido que impondrá aranceles del 50 % a las exportaciones brasileñas si el juicio no es archivado y se pone fin al proceso legal.
Donald Trump. EFE/EPA/Aaron Schwartz/Archivo
Este conflicto forma parte del choque político e ideológico entre Lula y Trump, quienes mantienen posturas opuestas respecto al sistema judicial y la defensa de la democracia. Mientras el presidente brasileño defiende la actuación de los jueces, el presidente estadounidense respalda a Bolsonaro, alegando que enfrenta represalias por motivos políticos.
El proceso contra Bolsonaro, que será juzgado por la Corte Suprema de Brasil, también ha sido criticado por sectores de la ultraderecha en ambos países. En respuesta, Lula reafirmó que el sistema judicial brasileño actuará con independencia, sin dejarse presionar por gobiernos extranjeros. “La interferencia de un país en el sistema de Justicia de otro es inaceptable”, enfatizó.
Jair Bolsonaro enfrenta cargos por intento de golpe de Estado
Bolsonaro, junto a siete exfuncionarios de su gobierno, es acusado de planear un golpe de Estado tras perder las elecciones de 2022 frente a Lula. Según la Fiscalía General de Brasil, el grupo buscaba impedir la toma de posesión del nuevo presidente e instaurar un régimen autoritario con apoyo militar.
La trama incluyó reuniones, declaraciones públicas y presuntos contactos con el gobierno de EE.UU., donde su hijo Eduardo Bolsonaro habría solicitado respaldo para desconocer los resultados electorales. La situación derivó en los hechos del 8 de enero de 2023, cuando simpatizantes bolsonaristas invadieron las sedes de los tres poderes en Brasilia, en una acción similar al asalto al Capitolio en Washington.

El expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en una imagen de archivo. EFE/ Andre Borges
Entre los delitos que se imputan están la tentativa de abolición del Estado democrático de derecho, organización criminal, deterioro del patrimonio público y violencia grave. Bolsonaro ha sido obligado a portar una tobillera electrónica y cumplir arresto domiciliario parcial, mientras la investigación avanza hacia la etapa del juicio oral.
Juicio a Bolsonaro: ¿cuándo comenzará y qué se espera?
La Corte Suprema de Brasil ya ha recibido los alegatos finales de la Fiscalía en el proceso contra Jair Bolsonaro. Los acusados tienen un breve plazo para presentar sus últimos argumentos antes del inicio del juicio, que podría arrancar entre septiembre y octubre de este año.
El magistrado Alexandre de Moraes, uno de los principales blancos de las sanciones estadounidenses, lidera el proceso judicial. La Fiscalía ha reunido pruebas documentales, registros de comunicaciones y testimonios que apuntan a un complot coordinado para desestabilizar la democracia brasileña.
El resultado del juicio será clave no solo para el futuro político de Bolsonaro, sino también para las relaciones internacionales de Brasil. Lula ha insistido en que el país no se someterá a presiones extranjeras y que respetará el debido proceso. En paralelo, sectores conservadores y aliados de Trump en EE.UU. han lanzado campañas de respaldo al expresidente brasileño, acusando al actual gobierno de Lula de autoritarismo.
Mientras tanto, la administración de Lula ha reforzado su alianza con otras democracias latinoamericanas y europeas, y ha reiterado su compromiso con la justicia independiente. La situación plantea un reto diplomático de gran escala entre dos potencias del continente que, hasta hace poco, mantenían relaciones más estables.