Las principales organizaciones industriales de Brasil han cerrado filas en respaldo a la estrategia del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva para hacer frente a la nueva amenaza comercial del presidente Donald Trump: la imposición de aranceles del 50 % a todos los productos brasileños a partir del 1 de agosto.
Durante una reunión en Brasilia, líderes empresariales y autoridades del gabinete económico coincidieron en que la respuesta debe ser firme pero orientada a la diplomacia. La propuesta central del sector privado ha sido solicitar a Estados Unidos una postergación de 90 días en la implementación de los nuevos aranceles de Trump, con el fin de ganar tiempo para alcanzar una solución negociada.
La industria brasileña exige negociar los aranceles de Trump
El presidente de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), Ricardo Álvarez Alban, enfatizó tras el encuentro que la comunidad empresarial rechaza categóricamente el incremento arancelario anunciado por la Casa Blanca. Según Alban, no se trata solo de proteger la economía brasileña, sino también de preservar relaciones comerciales históricas que benefician a ambas naciones.
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El vicepresidente y ministro de Comercio e Industria de Brasil, Geraldo Alckmin, luego de una reunión con representantes del gobierno del sector industrial, en Brasilia (Brasil). EFE/Andre Borges
La solicitud formal al Gobierno estadounidense será liderada por el vicepresidente y ministro de Industria y Comercio de Brasil, Geraldo Alckmin, quien recalcó que su despacho ha intentado abrir canales de diálogo con Washington desde abril, cuando Trump lanzó su nueva ofensiva económica global.
“Brasil está empeñado en revertir una situación que no favorece a ninguno de los dos países”, afirmó Alckmin, quien subrayó que, de acuerdo con los datos oficiales de comercio exterior de Estados Unidos, el país norteamericano mantiene un superávit comercial con Brasil desde hace más de quince años.
Aranceles de Trump: un conflicto con tinte político
Aunque la controversia gira en torno al comercio internacional, el contexto es profundamente político. Donald Trump ha vinculado públicamente su amenaza de aranceles al proceso judicial que enfrenta su aliado en América Latina, el expresidente Jair Bolsonaro. El líder republicano ha acusado a la Corte Suprema brasileña de llevar a cabo una “caza de brujas” contra Bolsonaro, quien es investigado por un presunto intento de golpe de Estado tras las elecciones de 2022.
Trump ha alegado que la justicia brasileña también ha emitido “órdenes secretas” contra plataformas digitales con sede en Estados Unidos, en una supuesta persecución que, según él, vulnera la libertad de expresión. Esta mezcla de argumentos judiciales y políticos ha complicado aún más la vía diplomática para frenar los aranceles de Trump.

Fotografía de archivo del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en la Casa Blanca, Washington (EE.UU.). EFE/EPA/ Chris Kleponis
Desde su residencia en Brasil, Bolsonaro afirmó que podría intervenir directamente para evitar las sanciones, pero explicó que por orden del máximo tribunal no tiene acceso a su pasaporte y por ello no puede viajar a Washington. “Creo que tengo el poder para resolver ese asunto, pero necesito libertad para conversar con Trump”, declaró en una entrevista con el medio brasileño Poder360.
Brasil teme consecuencias económicas por los aranceles de Trump
Estados Unidos representa actualmente el 12 % del total de exportaciones brasileñas. En 2024, Brasil exportó hacia EE.UU. productos por valor de 40.300 millones de dólares, mientras que las importaciones fueron apenas mayores: 40.500 millones. Sectores como la agroindustria, la automotriz, la minería y el textil podrían verse especialmente perjudicados si se aplican los nuevos aranceles.
La Federación de Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp), una de las más influyentes del país, ha advertido que estas medidas podrían provocar un freno abrupto al crecimiento industrial, en un momento en el que Brasil comenzaba a recuperarse de la desaceleración económica global.
“No solo están en riesgo nuestras exportaciones, sino el empleo y la estabilidad de miles de empresas medianas y pequeñas que dependen de las cadenas de valor vinculadas a Estados Unidos”, advirtió Josué Gomes, presidente de Fiesp.
Próximos pasos para frenar los aranceles de Trump
Según fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, se está considerando acudir a instancias multilaterales como la Organización Mundial del Comercio (OMC) si las conversaciones con la administración Trump fracasan. A pesar de las tensiones, el canciller Mauro Vieira ha indicado que Brasil mantiene una “postura constructiva” y sigue apostando por una solución negociada.
Mientras tanto, gremios del sector agropecuario también se han unido al llamado para evitar una escalada comercial. Se espera que en los próximos días el gobierno brasileño convoque a nuevas reuniones para articular una estrategia nacional de defensa frente a las políticas proteccionistas impulsadas por Trump.
En paralelo, la Embajada de Brasil en Washington ha intensificado sus gestiones con el Departamento de Comercio y el Congreso estadounidense para presentar argumentos técnicos y económicos que respalden la posición brasileña.