Con una mezcla de lágrimas y alegría, miles de dominicanos se reunieron el 10 de abril en Santo Domingo para dar el último adiós a Rubby Pérez, el legendario cantante de merengue que falleció a los 68 años tras una batalla contra problemas de salud. Las honras fúnebres, celebradas en la Funeraria Blandino, se convirtieron en un homenaje vibrante al “Rey del Merengue”, con fanáticos, artistas y autoridades cantando éxitos como “Volveré” y “Enamorado de ella” frente a su féretro. La Alcaldía del Distrito Nacional declaró un día de duelo, reconociendo el impacto de Pérez en la cultura dominicana, mientras el Ministerio de Cultura lo destacó como “un tesoro nacional”.
Rubby Pérez, nacido en Haina en 1956, dejó un legado imborrable con más de cuatro décadas de carrera. Su voz inconfundible llevó el merengue a escenarios internacionales, desde Madison Square Garden hasta festivales en Europa. El presidente Luis Abinader, quien asistió al velorio, expresó sus condolencias en nombre del gobierno: “Rubby no solo fue un artista, fue un símbolo de nuestra identidad”. La Dirección General de Bellas Artes organizó un espacio para que los asistentes compartieran recuerdos, donde se proyectaron videos de sus presentaciones más memorables.
El ambiente en la funeraria estuvo cargado de emoción. Los presentes, entre cánticos y aplausos, recordaron anécdotas del cantante, conocido por su humildad y conexión con el público. La Asociación de Músicos Dominicanos rindió tributo con una guardia de honor, mientras figuras como Juan Luis Guerra y Wilfrido Vargas enviaron mensajes de despedida. Vargas, en un comunicado al Ministerio de Cultura, lo llamó “un hermano que elevó nuestro ritmo al mundo”. La ceremonia, que se extendió hasta altas horas, incluyó un momento de oración dirigido por la Arquidiócesis de Santo Domingo, reflejando el profundo impacto de Pérez en su comunidad.
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Rubby Pérez: Un legado que trasciende fronteras
La trayectoria de Pérez comenzó en los años 70 con la orquesta de Wilfrido Vargas, pero fue su trabajo solista en los 80 lo que lo catapultó al estrellato. Álbumes como Buscando tus besos y Tonto corazón marcaron una era dorada del merengue, ganándole premios como el Soberano al Mérito en 2010, otorgado por la Asociación de Cronistas de Arte. Su capacidad para fusionar ritmos tradicionales con letras románticas resonó con generaciones, según el Instituto de Estudios Caribeños, que lo considera un pilar de la música dominicana.
El adiós a Rubby Pérez también destacó su labor social. Durante años, apoyó programas para jóvenes músicos en Haina, financiados por la Fundación Rubby Pérez, que seguirá operando en su memoria, según la Oficina de Gestión Cultural. Sus esfuerzos fueron reconocidos por el Congreso Nacional en 2023, cuando lo nombraron “Embajador Cultural”. En el funeral, varios asistentes llevaron pancartas agradeciendo su generosidad, un testimonio de su cercanía con el pueblo.
El merengue sigue vivo
La despedida incluyó un desfile musical hacia el Cementerio Cristo Redentor, donde Pérez fue sepultado el 11 de abril. La Policía Nacional reportó que miles acompañaron el cortejo, cantando “Por ella” mientras orquestas locales tocaban en las calles. El Ministerio de Turismo anunció planes para un festival en su honor, que se celebrará en 2026 para conmemorar los 70 años de su nacimiento. “Rubby vivirá en cada acorde de merengue”, afirmó el ministro David Collado.
En las redes sociales, gestionadas por la Oficina de Comunicaciones del Gobierno, los tributos no cesaron. Usuarios compartieron videos de sus actuaciones, destacando su energía en el escenario. La Academia Latina de la Grabación también expresó su pesar, recordando su nominación al Grammy Latino en 2008. Mientras el país llora, el adiós a Rubby Pérez no marca un final, sino la continuación de un legado que sigue resonando en cada pista de baile dominicana.