El cantante puertorriqueño Bad Bunny está en el ojo del huracán tras ser señalado por PETA por el uso de gallinas vivas en su residencia musical No Me Quiero Ir de Aquí, que se realiza en el Coliseo de Puerto Rico desde el 11 de julio de 2025.
La organización internacional defensora de los derechos de los animales acusó al artista de tratar a las gallinas como “simples accesorios” durante sus shows, generando una ola de críticas en redes sociales. Este no es el primer enfrentamiento entre PETA y el intérprete, quien ya había sido cuestionado en 2024 por usar un caballo en su gira Most Wanted Tour.
La controversia estalló tras el primer fin de semana de la residencia, que consta de 30 presentaciones hasta el 14 de septiembre. En un video compartido en la cuenta de PETA Latino en Facebook, se observa a las gallinas en el escenario mientras Bad Bunny interpreta temas de su álbum Debí Tirar Más Fotos. “Un baile inolvidable para Bad Bunny, pero una pesadilla para los animales”, escribió la organización, pidiéndole al cantante que deje de usar animales vivos en sus espectáculos.
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PETA denuncia el uso de animales en concierto
PETA argumenta que las gallinas, expuestas a luces brillantes, música alta y miles de personas gritando, sufren estrés innecesario. La organización expresó su decepción con el cantante, conocido por su activismo social y su defensa de la cultura puertorriqueña. “Los artistas tienen el poder de inspirar compasión a través del arte, pero Benito solo normaliza el maltrato animal”, afirmó PETA en su comunicado. Este mensaje resonó en plataformas como X, donde usuarios debatieron sobre la responsabilidad de los artistas en el trato a los animales.
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El escándalo recuerda un episodio similar en 2024, cuando PETA criticó a Bad Bunny por incluir un caballo en su gira anterior. En ese entonces, la organización señaló que el animal parecía “visiblemente angustiado” por el entorno del concierto. A pesar de las críticas, ni Bad Bunny ni su equipo, liderado por el mánager Noah Assad, han respondido públicamente a los señalamientos actuales.
Su histórica residencia en concierto
La residencia de Bad Bunny en el Coliseo de Puerto Rico es un hito sin precedentes. Con 400,000 boletos vendidos, de los cuales 80,000 fueron exclusivos para residentes locales, el evento ha roto récords en el venue de 18,500 asientos. Jorge L. Pérez, gerente general del Coliseo, destacó que los conciertos han generado un impacto económico estimado en 200 millones de dólares, atrayendo a más de 200,000 visitantes a la isla. Los shows, que celebran la cultura puertorriqueña con elementos como la bomba, la plena y la música jíbara, han sido elogiados por su mensaje de resistencia frente a la gentrificación y el colonialismo.
El escenario, que incluye una colina inspirada en el Yunque y una casa rosada que refleja la estética de la isla, ha sido un punto central del espectáculo. Sin embargo, la inclusión de las gallinas, probablemente como un guiño a la vida rural puertorriqueña, ha generado controversia. Algunos fans defienden a Bad Bunny, argumentando que los animales son parte de la narrativa cultural del show, mientras que otros piden mayor sensibilidad hacia su bienestar.
El futuro de Bad Bunny tras la polémica
A pesar de las críticas, la residencia sigue siendo un éxito rotundo. Bad Bunny ha utilizado esta plataforma para promover su álbum más reciente, que aborda temas como la identidad boricua y la lucha contra el desplazamiento. Tras finalizar su residencia, el artista iniciará una gira mundial el 21 de noviembre en República Dominicana, con paradas en México, Brasil, Japón y Europa, hasta julio de 2026.
Por ahora, el debate sobre el uso de animales en sus shows continúa. Mientras algunos aplauden la pasión de Bad Bunny por su cultura, otros, como PETA, insisten en que el mensaje no debe venir a costa del bienestar animal. La polémica no parece frenar el entusiasmo de los fans, que llenan el Coliseo cada fin de semana para celebrar con su ídolo.